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14 de julio de 2015 | San Antonio, Texas, Estados Unidos | Stephen Chavez, Adventist Review/ANN
El Alamodome de San Antonio se asemejó más a las Naciones Unidas que a un estadio deportivo cuando decenas de miles de adventistas, muchos de ellos vestidos de ropas tradicionales, celebraron el progreso de la misión adventista en los últimos 152 años.
El “Desfile de las naciones”, que tradicionalmente es uno de los puntos destacados durante el último fin de semana del Congreso de la Asociación General, fue bautizado con un nombre distinto, que buscó reflejar el progreso de la obra misionera adventista. Denominado “Misión en movimiento”, el programa destacó cinco períodos del progreso de la misión, desde los comienzos de la iglesia en 1863 hasta el presente. El desfile de este año repasó no solo los progresos de la misión adventista, sino los cambios sociales que la acompañaron.
Los cinco períodos descritos a lo largo de la noche fueron “El nacimiento de las misiones (1863-1873)”, “La misión a las naciones cristianas (1874-1889)”, “La misión al mundo (1890-1945)”, “La misión como intento consciente (1946-1985)”, y “La misión para los no alcanzados (1986-hasta el presente)”. Junto con los progresos de la misión adventista, presentaciones de video proyectadas en pantallas gigantes repasaron los avances tecnológicos en las comunicaciones, el transporte y los medios para esparcir el evangelio.
Los presentadores, Audrey Andersson, secretaria de la División Transeuropea, y Garrett Caldwell, director asociado de comunicaciones de la Asociación General, tuvieron que competir con las exclamaciones y los aplausos de la audiencia, al anunciar cada país por orden y presenciar el paso por el escenario de más de 450 representantes que ostentaban las vestimentas tradicionales de su tierra.
Al presentar a cada nación, los amigos de la audiencia se levantaban para gritar y aplaudir. Las respuestas más entusiastas provinieron de grupos de creyentes que representaban países del hemisferio sur, como por ejemplo Brasil, México, Zambia, las Filipinas y, acaso de manera más visible, Cuba. Los delegados de los países del hemisferio norte recibieron aplausos corteses aunque decididamente más animados.
Un ejemplo de los cambios demográficos incluye el hecho de que la mayoría de la población mundial ahora vive en las ciudades y zonas metropolitanas con más de un millón de habitantes. Una iglesia donde la mayoría de sus miembros se reunía originalmente en zonas rurales ahora tiene que alcanzar a poblaciones que viven principalmente en zonas metropolitanas de alta densidad de población.
La presentación de la noche, que repasó el progreso del adventismo en los últimos 152 años, también reveló los tremendos desafíos que aún tiene por delante. Varios países donde la iglesia ha establecido una “presencia adventista” hoy día no cuentan con ningún miembro. En otros países, donde los adventistas han estado presentes durante décadas, el número de miembros en comparación con la población en general carece de significación estadística. En unos pocos países, el número de cristianos en general en realidad se encuentra en disminución.
Gershom Bageni, quien asistió por primera vez a un Congreso de la Asociación General y proviene de Uganda, describió el programa de la noche con una sola palabra: “¡Maravilloso!”. Bageni dijo que disfrutó de ver de qué manera la historia de la misión adventista coincidía con la historia de la sociedad en general.
Edson Jarvis, de Tampa, Florida, Estados Unidos, mencionó que uno de los puntos destacados de la noche fue el cántico “El clamor de medianoche”, que entonó Kimberly Palmer Washington, cerca de la finalización del desfile. Washington cantó sobre el escenario, rodeada de cientos de adventistas en sus vestimentas tradicionales. Jarvis dijo que fue un momento “espectacular”. “El lema del congreso, que señala la segunda venida de Cristo, es exactamente lo que necesitamos”, dijo.
La parte musical final de la noche fue un arreglo de “Siervos de Dios la trompeta tocad”, que fue arreglado, orquestado, y dirigido por Williams Costa Jr., director de comunicaciones de la Asociación General. El coro fue un conjunto conformado por 1100 integrantes desde niños hasta adultos, que cantaron durante todo el evento. La actuación, que hizo que casi todos siguieran la instancia de pie, fue el resultado de tan solo una práctica el día anterior.
Antes de elevar la oración final sobre la producción de casi tres horas de duración, Ted N. C. Wilson, presidente de la Asociación General, apeló a los allí reunidos para que sean llenos del Espíritu Santo y compartan los mensajes de los tres ángeles con sus familias, amigos y vecinos. Entonces, para reiterar lo que dijo en casi cada una de sus declaraciones públicas a lo largo del congreso, Wilson repitió una vez más: “¡Jesús viene pronto!”
Traducción de Marcos Paseggi