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Ella Bates (izquierda), de Aitkin, Minnesota, y David Shafer, de Cox’s Creek, Kentucky, en la escuela adventista en Changuinola, Panamá. Imágenes de Maranatha Volunteers International

25 de agosto de 2015 | Julie Z. Lee, Maranatha Volunteers International/Adventist Review

Acaso no es otra cosa que el poder de una escuela adventista.

Hace 18 años, voluntarios adventistas construyeron una escuela en Changuinola, un húmedo pueblo costeño de unos treinta mil habitantes en el extremo nororiental de Panamá.

Un grupo de adolescentes trabaja en la construcción de nuevos salones de clase para la escuela adventista.

Este verano, un grupo de 150 jóvenes voluntarios viajaron a la animada Escuela Adventista de Changuinola para construir dos nuevos salones de clase, y para trabajar en dos iglesias que han surgido como resultado de la escuela. Los jóvenes también ayudaron a la comunidad de otras maneras, lo que incluyó atender a perros, gatos y gallinas en una clínica veterinaria gratuita. Melania Peña de Barría, una de las líderes de la iglesia local, quedó sin palabras después de que los voluntarios construyeron un nuevo templo para su congregación, durante el viaje misionero del 22 de julio al 3 de agosto, organizado por Maranatha Volunteers International.

«Me siento muy feliz, entusiasmado y agradecido. No sé si reír o llorar», dijo Peña de Barría, miembro fundador de la iglesia de Finca 6.

Su congregación había estado reuniéndose sin un templo durante ocho años, por lo general en hogares, un centro comunitario y, en los últimos tiempos, en una tienda de comestibles que estaba vacía. El último sábado del viaje misionero, la gozosa congregación se reunió en su nuevo edificio con los jóvenes voluntarios.

«Estos jóvenes nos han enseñado muchas lecciones importantes», dijo Peña de Barría. «Dan de su dinero y su tiempo para venir a ayudar a gente que no conocen. Nos inspiran […]. Ver que lo hacen de corazón nos da nueva energía».

Los voluntarios de «Ultimate Workout» (El Mejor Entrenamiento), junto a los miembros de iglesia frente a la nueva iglesia de Finca 6 en Changuinola, Panamá.

Los adolescentes participaron como voluntarios de «Ultimate Workout» (El mejor entrenamiento), el viaje misionero anual de Maranatha para jóvenes, que busca motivarlos física, mental y espiritualmente al colocarlos en situaciones a las que no están acostumbrados donde el énfasis está dado tan solo en el servicio y en Cristo. «Ultimate Workout», que este año celebra su 25° aniversario, también organizó un segundo viaje misionero en junio, en el que renovó el Colegio Secundario Adventista Milo, en el estado de Oregon, Estados Unidos.

Maranatha es una organización sin fines de lucro afiliada a la Iglesia Adventista que coordina la construcción de edificios que se necesitan con urgencia, con la ayuda de voluntarios que buscan experiencias misioneras a corto plazo. El proyecto de la escuela de Changuinola se inició hace 18 años cuando voluntarios de Maranatha construyeron la parte principal del campus a pedido de la Iglesia Adventista de Panamá. La escuela, que había abierto en una iglesia local en 1992, había superado rápidamente el espacio que tenía, y necesitaba de un campus apropiado.

En los años que pasaron desde que Maranatha construyó el edificio principal, la escuela ha añadido numerosos salones de clase a la estructura, y el número de estudiantes ha superado los 450 estudiantes. Los voluntarios de «Ultimate Workout» añadieron dos salones de clase este verano.

«Nos sentimos muy felices de que Maranatha regresó después de 18 años, y estamos muy agradecidos al Señor y a los voluntarios de Maranatha por su disposición a ayudarnos», dijo Nebelka Reid, la directora de la institución.

Becky Childers, que es veterinaria en Californai, atienda a un perro, durante una clínica veterinaria gratuita que funcionó durante dos semanas.

La escuela ha sido responsable del marcado crecimiento del adventismo en la comunidad que la rodea, dado que ha estado vinculada con el establecimiento de dos nuevas congregaciones, Finca 6 y Las Tablas.

Un equipo de «Ultimate Workout» se dedicó a Finca 6, mientras que el otro grupo trabajó en la iglesia de Las Tablas, ubicada en el corazón de las plantaciones de bananos de Changuinola. Hace unos meses, voluntarios de Maranatha construyeron el templo de Las Tablas, y el equipo de «Ultimate Workout» terminó el proyecto encargándose de pintar el edificio.

No muy lejos de Las Tablas, otro equipo de voluntarios pintó la iglesia adventista de Guabito.

Trishany Adams, voluntaria adolescente de Jamaica, dijo que estaba muy emocionada de poder servir a otros, pero que valoró de manera especial los cultos con los otros adolescentes. Los voluntarios asistieron a cultos de adoración matutinos y vespertinos donde abundaron los cánticos, el estudio de la Biblia y francos testimonios sobre la presencia de Dios durante el viaje misionero.

«La experiencia de adoración es la mejor experiencia», dijo Adams, quien también fue voluntario el año pasado con un equipo de «Ultimate Workout» en la República Dominicana. «No puedo siquiera describir qué es simplemente estar cerca de Dios y acercarme a su trono de gracia».

Aparte de la construcción, los adolescentes ayudaron en las actividades misioneras médicas y veterinarias, y en los ministerios infantiles. Cada día, equipos misioneros se organizaron en diversos vecindarios para ofrecer diversos programas.

Un equipo de voluntarios médicos sostiene un cartel que celebra el 25° aniversario de «Ultimate Workout».

Esta fue la primera vez que el viaje de «Ultimate Workout» incluyó servicios veterinarios, motivados por un pedido directo de la comunidad de Changuinola. Maranatha le pidió a Becky Childers, que es veterinaria en California, que organizara un programa comunitario de asistencia veterinaria. Junto con un veterinario local y otros integrantes de «Ultimate Workout», Childers y un equipo de voluntarios adolescentes atendieron a más de trescientos animales, en su mayor parte perros y gatos, pero también gallinas, vacas y cerdos, durante el transcurso de dos semanas.

«La cantidad de animales que hemos visto ha sido realmente increíble», dijo Childers. «Hemos estado atendiendo de entre treinta a noventa animales por día».

La atención veterinaria acaso parezca ser un ministerio inusual, pero Childers dijo que ofreció a los adolescentes una nueva manera de considerar el servicio.

«Creo que realmente les mostró que es posible amar y cuidar de las personas al ocuparnos de las cosas que les resultan importantes a ellas», expresó.

Traducción de Marcos Paseggi

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