Adventistas celebran que plaza de Roma fue nombrada «Martín Lutero»
La gente aguarda que se descubra la placa con el nuevo nombre de la Plaza «Martín Lutero», en Roma. Imágenes de Andreas Mazza/EUD
21 de septiembre de 2015 | Roma, Italy | Andreas Mazza, EUD, y Adventist Review
Los líderes adventistas han celebrado que una plaza en el centro de Roma recibió el nombre del reformador protestante Martín Lutero, en una ceremonia a la que asistieron políticos y diplomáticos alemanes e italianos, creyentes adventistas, y hasta un «doble» del reformador.
La nueva «Piazza Martin Lutero», fue inaugurada en el parque de la Colina Oppio, cerca del Coliseo, durante un evento que fue aguardado con ansias por la pequeña comunidad protestante de Roma.
«Es un momento importante […] para el mundo protestante», dijo Dora Bognandi, directora asociada del departamento de Libertad Religiosa de la Iglesia Adventista de Italia, al hablar ante los presentes en la inauguración de la plaza el pasado 16 de septiembre.
«Es un momento importante momento para los ciudadanos europeos, dado que la reforma que inició Martín Lutero influyó con fuerzas en la cultura occidental y también en las instituciones italianas», dijo Bognandi, que es vocera del Consejo de Iglesias Evangélicas de Roma. «Es también importante para la Iglesia Católica, porque las minorías a menudo juegan un papel fundamental en cuestiones de conciencia que producen cambios».
La Iglesia Adventista de Italia solicitó en 2009 a las autoridades de la ciudad que nombraran una plaza o calle en honor a Lutero, un sacerdote católico de Alemania. Sin que la iglesia lo supiera, los líderes luteranos efectuaron una solicitud similar a la ciudad también por esa época.
Las autoridades aprobaron la propuesta varios meses después, pero solo actuaron después de varios llamados de los protestantes locales, entre ellos, de miembros de las iglesias bautistas, metodistas, del Ejército de Salvación y valdenses que apoyaron la medida.
Un importante sacerdote católico asistió a la ceremonia. La Iglesia Católica, que entre sus miembros tiene a la vasta mayoría de los residentes de Roma, ha dicho que apoya el nombramiento.
También en el evento estuvo presente el embajador de Alemania en Italia, Susanne Wasum-Rainer; la embajadora de Alemania ante la Santa Sede, Annette Schavan; una delegación parlamentaria de Berlín; Jutta Fischer, la alcaldesa de Eisleben, el pueblo de Lutero; e Ignazio Marino, alcalde de Roma.
Dora Bognandi, directora asociada del departamento de Libertad Religiosa de la Iglesia Adventista de Italia, habla en la inauguración de la plaza.
“Nos complace realmente que la Iglesia Adventista haya contribuido con este reconocimiento», dijo Stefano Paris, presidente de la iglesia en Italia.
Torsten Lange Klemmstein, que viajó desde el pueblo de Lutero para el evento, apareció en la plaza vestido de una sotana, un sombrero negro y una camisa blanca al igual que Lutero.
«Quería estar aquí en este día tan importante», expresó.
Se produjo un sostenido aplauso cuando una tela bordó y amarilla fue descorrida y reveló una placa de mármol blanco grabada con el nombre de la plaza. Algunos espectadores comenzaron a cantar «Alabad al Señor, alabad al Señor de gloria».
«El gesto de hoy muestra que Roma respeta a cada religión y fe», dijo el alcalde de Roma. «Einstein dijo que es más fácil destrozar un átomo que un prejuicio. Y bueno, aquí hemos quebrantado algunos prejuicios».
Los líderes adventistas dijeron que Roma no podría haber escogido un mejor lugar para brindar un tributo a Lutero. La plaza cuenta con una gran fuente circular donde las personas pueden sentarse y relajarse, y quizá en ocasiones compartir impresos religiosos que destaquen la fe protestante.
«Ahora es una fuente seca, pero el agua viviente pronto comenzará a brotar de una imagen del evangelio que recuerda a Cristo, el Agua de Vida, el Salvador, y el don gratuito de Dios», dijo la Iglesia Adventista de Italia en una declaración por vía electrónica. «Martín Lutero redescubrió la salvación por la gracia en las Escrituras, y devolvió la esperanza a cada hombre y mujer».
Traducción de Marcos Paseggi