15 de octubre de 2015 | Silver Spring, Maryland, Estados Unidos | Andrew McChesney, editor de noticias, Adventist Review
La Iglesia Adventista del Séptimo Día llevará a cabo el año próximo una cumbre sin precedentes de tres días sobre la educación adventista, en momentos en que tiene que enfrentar desafíos tales como bajas en el número de estudiantes y costos elevados en algunas instituciones, y busca garantizar que todos abracen las perspectivas únicas del modelo educativo original de la iglesia.
“Esta será una reunión extremadamente importante”, dijo Ted N.C. Wilson, el presidente de la denominación, al anunciar la cumbre en las sesiones del Concilio Anual de esta semana. “Será un encuentro como nunca antes”.
La cumbre tendrá lugar del 5 al 7 de octubre bajo los auspicios de la conferencia LEAD, un evento que marca el inicio del Concilio Anual y cuyo tema se centró este año en una mayor conciencia de la diversidad cultural.
En una señal de la importancia que la Iglesia Adventista otorga al encuentro de 2016, su primera sesión será llevada a cabo en la mañana en lugar de la noche, y una gama de importantes educadores adventistas, muchos de los cuales no suelen asistir al Concilio Anual, serán invitados a participar.
El estado de la educación adventista ha cobrado cada vez mayor importancia dado que algunas instituciones educativas de Norteamérica han luchado con el escaso número de estudiantes y los costos elevados. Este año, cerró el Colegio Secundario Mount Vernon, en Ohio, después de sumar deudas por 1,5 millones de dólares con la asociación local. Mientras tanto, las 31 escuelas de la Asociación de Oregón consiguieron un salvavidas inesperado cuando un grupo de donantes anónimos contribuyó con dos millones de dólares para pagar sus deudas y otorgar becas a decenas de estudiantes.
Educar es redimir. El principal objetivo de la educación adventista es restaurar la imagen de Dios en todos sus estudiantes, un propósito redentor que abarca los estudiantes adventistas y no adventistas por igual, dijo a la Adventist Review Lisa Beardsley-Hardy, la principal directiva de educación en la Iglesia Adventista, unos meses atrás.
“No me preocupa que pueda haber estudiantes de otras religiones o de ninguna religión en nuestras instituciones. Pero me preocupa que tengamos docentes sin fe, porque no pueden lograr este propósito redentor”, dijo Beardsley-Hardy, directora del departamento de educación de la Asociación General. “Lo que más necesitamos en nuestras escuelas es docentes adventistas comprometidos y convertidos”.
Wilson efectuó declaraciones similares en una conferencia de educadores y teólogos el verano pasado, diciendo que los docentes que no son “campeones de la creación según el relato bíblico” no deberían llamarse adventistas o trabajar en instituciones educativas operadas por la iglesia.
La preocupación por causa de los docentes adventistas es una de las motivaciones para llevar a cabo la cumbre de educación 2016, dijo Wilson el jueves.
“El sistema de educación adventista ha crecido y, al mismo tiempo, ha presentado desafíos internos y de fuentes externas”, dijo en una entrevista por correo electrónico. “Ahora vemos que algunas instituciones se están expandiendo hasta el punto en que se están apartando del factor importante que significa que todo el personal docente sea miembro de la iglesia, debido a que la institución ha crecido tanto. Por otra parte, vemos que algunas escuelas están cerrando sus puertas por falta de alumnos y costos elevados. Entre todas las bendiciones positivas del sistema educativo adventista, también vemos señales de que se necesita un regreso a algunas de las bases del modelo educativo original”.
La iglesia debería alimentar a las escuelas. Wilson dijo que el sistema educativo adventista era invalorable para la iglesia, y que todos en la iglesia deben alimentarlo y cuidarlo, desde las escuelas primarias hasta las secundarias, terciarias y universitarias. La Iglesia Adventista opera más de 7800 escuelas, colegios terciarios y universidades con más de 93 mil docentes y 1,8 millones de estudiantes de diversas partes del mundo, según el sitio web del departamento de educación de la Asociación General.
“La Iglesia Adventista le debe mucho a su sistema educativo por muchos de los progresos misioneros y organizacionales de la iglesia”, dijo Wilson. “Fue el plan de Dios establecer un sistema educacional muy peculiar y especial que pudiera producir obreros e ideas creativas para la proclamación de los mensajes de los tres ángeles, que anuncia el pronto regreso de Cristo”.
Wilson dijo que la Biblia y los escritos de Elena G. White, una de las fundadoras de la Iglesia Adventista, brindan principios fundamentales para el sistema educativo adventista.
“Es una bendición del cielo que es incalculable”, dijo. “El modelo del espíritu de profecía es excepcional, y explica que el ‘fundamento de toda verdadera educación es el conocimiento de Dios’”.
La cumbre de educación, que será llevada a cabo en la sede central de la iglesia en Silver Spring, Maryland, Estados Unidos, congregará a integrantes de la Junta Directiva de la Asociación General, todos los presidentes de colegios terciarios y universidades, los miembros de la Junta Internacional de Educación, los miembros de la Junta Internacional de Educación Ministerial y Teológica, y los miembros de la Asociación Adventista de Acreditación.
Se ha establecido una comisión organizadora presidida por Michael L. Ryan, asistente del presidente de la Iglesia Adventista, acompañado por Ella Simmons, una de las vicepresidentas generales de la Iglesia Adventista como vicepresidenta, y Beardsley-Hardy como secretaria. Antes del evento funcionarán subcomisiones con la participación de muchas personas de diversas instituciones y organizaciones.
Wilson dijo que la cumbre buscará animar una mayor confianza y convicción sobre el valor de los enfoques únicos que tiene la educación adventista.
“La cumbre será diseñada para que todos los líderes efectúen un renovado compromiso con esta muy importante parte de nuestra iglesia y la misión de evangelización”, dijo Wilson. “Queremos reafirmar el gran plan de Dios para la educación cristiana, según se bosqueja en el espíritu de profecía, mientras trabajamos para preparar a los jóvenes y a todos nosotros para proclamar el pronto regreso de Cristo”.
Traducción de Marcos Paseggi