2 de octubre de 2015 | Maryland, Estados Unidos | Andrew McChesney, editor de noticias, Adventist Review
Una madre adventista se encuentra entre las víctimas del tiroteo dirigido específicamente contra los cristianos en un colegio terciario del estado de Oregón, Estados Unidos, dijo su pastor este viernes.
Sarena Moore, de 44 años, que era estudiante de la institución y miembro de la iglesia adventista de Grants Pass, falleció junto con al menos otras ocho personas en el ataque de un solo hombre armado en el Colegio Terciario Umpqua, en Roseburg, Oregón, el jueves.
“Como iglesia, estamos estupefactos, dedicando muchos momentos a la oración y analizando maneras de apoyar y consolar a sus tres hijos ya mayores”, dijo Christian Martin, pastor de la iglesia de Grants Pass, a la Adventist Review. “Ella amaba mucho a sus dos hijos”.
Además de las nueve personas que perdieron la vida, al menos siete personas sufrieron heridas en el ataque a esa institución rural del sur de Oregón.
El responsable de la masacre, Christopher Harper Mercer, de 26 años, murió después de un intercambio de disparos con la policía, que respondió a los llamados de emergencia desde el campus.
No están claros los motivos del asesino, pero varios testigos dijeron a los medios que comenzó a disparar en los salones de clase, ordenó a los presentes que se tiraran al piso, y entonces comenzó a decirles que se pusieran de pie y dijeran si eran cristianos. “Si decían que eran cristianos, les disparaba otra vez”, dijo Janet Willis, al citar un diálogo con su hija Ana Boylan, que recibió un tiro en la espalda, informó el periódico Los Angeles Times. Willis dijo que Boylan sobrevivió quedándose en el piso y haciéndose la muerta. La adolescente se estaba recuperando este viernes en un hospital.
Moore nació el 8 de julio de 1971, y decidió entregar su corazón a Cristo en 2005 durante una campaña de evangelización en la iglesia adventista de Hayfork, en la Asociación del Norte de California, dijo Martin, donde fue bautizada por el pastor Rob Kearbey.
“Fue aceptada con amor en la familia de Dios”, dijo Martin.
Moore se mudó más tarde a Oregón y se unió a la iglesia de Grants Pass. Era su tercer semestre de estudios en el Colegio Terciario Umpqua.
“Estaba entusiasmada por poder estudiar”, dijo Martin. “Creía que era una respuesta directa a la oración. Alababa al Señor por abrirle las puertas para seguir estudios en ciencias empresariales”.
Martin agregó que muchos miembros de la iglesia consideraban que Moore era una mujer de oración, y que tenía un corazón bondadoso.
“Era conocida como una sólida creyente en la oración”, dijo. “A menudo pedía que oraran por ella, y también oraba los demás. Aunque no tenía muchas posesiones, tenía un gran corazón, y trataba de ayudar a los menos afortunados”.
Destacó asimismo que Moore a menudo hablaba de su fe en su página de Facebook, donde escribía mensajes tales como “Aprecio las bendiciones de Dios”, “Oren por favor por mí”, y “¡Gracias, Señor!”
Si Moore fue blanco del ataque por ser cristiana, dijo, entonces “demostró su fe de una manera en la que muy pocos de nosotros nos sentiríamos preparados”.
“Fue un acto de valor y fe que Dios seguramente tuvo en cuenta, y su fe se transformará en certezas en la mañana de la resurrección”, dijo.
Los líderes de la Iglesia Adventista ofrecieron condolencias a los afectados por el tiroteo, y pidieron a los miembros de iglesia que los tengan presentes en sus oraciones.
“Es difícil creer que una gran nación como los Estados Unidos tiene que llorar otra vez la pérdida de hijos de Dios, cuyas vidas han sido quitadas sin sentido alguno en manos de un tiroteo masivo”, dijo Daniel R. Jackson, presidente de la Iglesia Adventista en Norteamérica. “Por cierto, esta nación, que ha llegado a ser un faro de esperanza y oportunidades para muchísimas personas, puede ser una tierra donde todos se sientan seguros de la violencia de las armas de fuego”. Jackson hizo un llamado a la sociedad de los Estados Unidos para “intervengan en un diálogo abierto, honesto, civilizado y productivo sobre la manera de hallar soluciones y poner fin de una vez por todas a la violencia con armas de fuego”.
“Oramos para que esta tragedia traiga el cambio tan necesario y enfrente la pandemia de la violencia con armas de fuego”, dijo en una declaración.
Por su parte, Ted N.C. Wilson, presidente de la Iglesia Adventista mundial, dijo que su corazón acompañaba a los que sufren por la violencia.
“Por favor, acompáñenme en oración por las familias y amigos de estos preciosos jóvenes que perdieron la vida por su fe, y por todos los que se han visto afectados por esta tragedia”, dijo en su página de Facebook.
Traducción de Marcos Paseggi