La portada de un periódico local muestra el accidente de autobús que sufrieron los Conquistadores. Imagen de Jiwan S. Moon

16 de noviembre de 2015 | Ciudad de México, México | Fabiola Quinto/DIA

Más de treinta Conquistadores escaparon de un accidente de autobús con solo unos raspones y heridas leves gracias a la milagrosa intervención de Dios, después de que el vehículo en el que se trasladaban tuvo una falla en los frenos en una ruta montañosa, en camino a un camporí en México, dijo el director del grupo.

Los Conquistadores en el Hospital de Cuernavaca, México, después del accidente de autobús. Imagen de Roberto Cuervo/Facebook

El director Sergio Cruz Robles describió un terrible descenso por la montaña a las 5.30 del 13 de noviembre, mientras los Conquistadores del estado de Michoacán, en la región central de México, viajaban 530 kilómetros al camporí de unos 3300 Conquistadores.

Cruz dijo que se dio cuenta de que toda la noche, se le estaba diciendo difícil al conductor tomar las curvas de esa región montañosa, de manera que se dirigió a la parte delantera del vehículo para ver qué sucedía.

«Me di cuenta de que el conductor estaba tratando de encontrar la manera de detener el transporte», dijo Cruz por teléfono desde el lecho del hospital, donde se recupera de una fractura de pelvis. «Las opciones eran caer por un barranco o estrellarnos contra un árbol, lo que podría haber sido fatal».

El autobús llevaba 38 personas, lo que incluye el conductor contratado. Ya había recorrido unos 450 kilómetros del viaje cuando los frenos dejaron de funcionar.

«Cuando el chofer perdió el control, temí lo peor, y lo escuché que gritaba: ‘¡Agárrense!’, dijo Cruz.

La mayoría de los pasajeros estaba durmiendo al momento del accidente.

«Pero vi la mano de Dios, porque el autobús se fue de lado y se acostó suavemente sin ningún fuerte impacto», dijo Cruz. «Los niños solo sufrieron raspaduras y heridas leves».

Otros vehículos que pasaban por el lugar llamaron para pedir ayuda.

Sergio Cruz Robles, de 41 años y director del club de Conquistadores, en la cama del hospital, después de sufrir una fractura de pelvis durante el accidente de autobús. Imagen de Carmelita Parra de Cruz

Los 38 pasajeros del autobús recibieron primeros auxilios en el lugar, y tres de ellos fueron trasladados a hospitales de Cuernavaca, dijo Mauricio Lambra, director del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas. Entre los tres se encontraba Cruz y dos Conquistadores, de 13 y 11 años, que sufrieron lesiones menores en el cuello y la cabeza. El conductor salió ileso.

Una agencia de bienestar infantil del gobierno se hizo cargo de custodiar a los niños, y más tarde los entregó personalmente a cada uno de los padres de acuerdo con las leyes nacionales de protección infantil.

Los administradores locales de la iglesia viajaron hasta el lugar para recuperar las maletas y entregárselas a los padres. Como los padres tuvieron que viajar más de seis horas para buscar a sus hijos y entonces cumplir con todos los pasos legales antes de llevárselos, el grupo nunca llegó al camporí, que se llevó a cabo del 13 al 16 de noviembre en el Campamento Adventista en Xalostoc, Morelos, dijo Cruz.

Los Conquistadores, que viajaban en representación de tres clubes diferentes, se habían estado preparando durante cinco meses para asistir al camporí de la Unión Mexicana Central, un evento que se lleva a cabo cada cinco años. Se sintieron un poco desilusionados por estar a menos de una hora y media del camporí, aunque sin embargo, «están sumamente agradecidos por la protección divina», dijo Cruz.

El director del club explicó que los Conquistadores habían planeado asistir a una ceremonia de investidura en el camporí para marcar la compleción del año en el club.

«Ahora prepararemos algo lindo para darles», expresó, y añadió: «Gracias a Dios por el milagro que nos dio, para que cada niño reciba el botón correspondiente».

Traducción de Marcos Paseggi

Top news

Festival cinematográfico en Venezuela muestra marcados progresos, maneras efectivas de exaltar a Cristo
Barry Black, capellán adventista del Senado de los Estados Unidos, se recupera después de derrame
Si tan solo pudiera ser como la Navidad