25 de noviembre de 2015 | Minas Generales, Brasil | División Sudamericana / ADRA / ANN
La Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA) de Brasil se ha movilizado para tratar de satisfacer las necesidades de más de 250 mil habitantes del estado brasileño de Minas Generales, que están sin agua potable como resultado de lo que los líderes del país están denominando una «catástrofe ambiental».
El pasado 10 de noviembre, dos diques operados por una compañía minera privada tuvieron una falla, lo que causó un masivo alud tóxico de sedimentos naranjas que ingresaron al Río Dulce, y llegaron finalmente al Océano Atlántico. Los componentes tóxicos del alud, que incluyen arsénico, cinc, cobre y mercurio, también han contaminado el suministro de agua en la región, y han hecho que el agua no pueda ser potabilizada. El alud también provocó la muerte de nueve personas, y hay 19 desaparecidas y otras 500 desplazadas.
Inmediatamente después de la catástrofe, ADRA Brasil complementó el apoyo ofrecido por el gobierno nacional y la compañía minera distribuyendo equipos de higiene personal a 600 familias con jabón, papel sanitario o higiénico, pañales descartables y otros elementos.
«Este es el momento de que la iglesia muestre solidaridad y compasión por las personas, sin importar quiénes sean», dijo Fabio Salles, director de ADRA Brasil.
A medida que las necesidades de los residentes se tornaron más aparentes con el flujo continuo de barro tóxico, grupos e instituciones de la Iglesia Adventista, entre ellos, ADRA Brasil, clubes de Conquistadores e instituciones educativas adventistas, han organizado diversos métodos de recolección y distribución de agua a las familias necesitadas.
ADRA Brasil planea distribuir 200 mil libros de agua a 1900 familias de la ciudad de Gobernador Valadares, y 60 mil litros de agua a 570 familias de la ciudad de Colatina. El club de Conquistadores «Almirante Tamandaré», de la iglesia adventista Sierra Central, ha organizado una recolección de botellas de agua que espera juntar más de mil litros, dijo Tarcisio Goese, director del club.
La Escuela Adventista Barra de San Francisco se ha convertido en un centro de recolección de agua embotellada, recibiendo las contribuciones de otras escuelas adventistas de la región.
«En este momento, es importante unir fuerzas para ayudar a los que están privados de esa necesidad tan básica», dijo Luciana Ritter, rectora de la Escuela Adventista de Barra de San Francisco. «En especial para las familias que tienen niños».
Traducción de Marcos Paseggi