15 de enero de 2016 | Riviera Maya, Quintana Roo, México | Libna Stevens/DIA
Los principales líderes de la Iglesia Adventista de las 24 regiones eclesiásticas principales de Interamérica se reunieron la semana pasada para evaluar el desempeño y la gestión de los fondos que se reciben, efectuar una revisión del crecimiento que estos fondos brindaron a la iglesia en los últimos veinte años, y reafirmar su compromiso con una sólido liderazgo espiritual como buenos mayordomos de los recursos de Dios durante los próximos cinco años.
“Fue una cumbre importante que en su mayor parte estuvo dedicada a fortalecer y establecer un sistema financiero más sólido”, dijo el pastor Roberto Herrera, director de mayordomía de la Iglesia Adventista en Interamérica y organizador de la cumbre.
Más de trescientos administradores regionales y directores de mayordomía de la iglesia efectuaron una revisión de la forma de distribución de los fondos de ofrenda que se recogen en más de veinte mil congregaciones de Interamérica para el desarrollo de la iglesia local, el desarrollo regional y las misiones mundiales, un plan que se encuadra dentro del plan de ofrendas 60-20-20 que tiene la iglesia.
El Plan de Ofrendas 60-20-20. El plan de ofrendas 60-20-20 establece que el sesenta por ciento del total de ofrendas recolectado en las iglesias durante un determinado período permanece en la iglesia local, mientras que el veinte por ciento es enviado a la conferencia local para proyectos de desarrollo, y el veinte por ciento restante es enviado a las misiones mundiales, explicó Herrera.
El plan fue adoptado en la División Interamericana en 1995, y una evaluación de 2005 mostró que con ese nuevo plan todos los niveles de la iglesia estaban recibiendo más fondos. Ahora, diez años después, los líderes de la iglesia dicen estar felices con los resultados.
“El Señor sigue bendiciendo a nuestros miembros que creen y contribuyen fielmente con la misión de la iglesia”, dijo Filiberto Verduzco, tesorero de la Iglesia Adventista en Interamérica al hablar a los líderes reunidos.
La iglesia de la DIA ha conservado un promedio de crecimiento de 7,98 por ciento de diezmos y un 5,57 por ciento de ofrendas durante los últimos 23 años, expresó Verduzco. A pesar de ello, en los últimos diez años el promedio ha estado disminuyendo ligeramente como resultado de la caída de la cotización de algunas monedas, que afectan el sistema financiero en vigencia, añadió.
“Aun cuando los diezmos y las ofrendas crecen a nivel local en la mayoría de los países con monedas débiles, se produce una pérdida significativa cuando esos fondos se convierten en dólares estadounidenses”, expresó Verduzco.
La clave es continuar con el plan 60-20-20 y fortalecerlo al analizar con más profundidad y hallar qué estrategias pueden implementarse a nivel de campos locales y de uniones para que el crecimiento siga siendo sostenido, más allá de los factores que afectan en forma negativa el desempeño financiero de los fondos, dijo Verduzco.
En la República Dominicana, el plan 60-20-20 ha permitido el establecimiento de 25 nuevas iglesias por año, entre otras iniciativas, dijo el pastor Cesario Acevedo, presidente de la Iglesia Adventista en ese país.
“Nuestros miembros ven que sus ofrendas contribuyen con el crecimiento de la iglesia en la isla y también apoyan nuestros proyectos misioneros en el mundo”, dijo Acevedo. La iglesia ha incorporado el proyecto de remodelar instituciones educativas y construir nuevas en los próximos años, añadió.
Consenso para el establecimiento de un sólido sistema financiero. Los administradores de la iglesia llegaron a un consenso para el establecimiento de un sólido sistema financiero dentro de cada unión y campo local. El consenso incluye llevar a cabo evaluaciones abarcadoras de su sistema financiero, implementando más programas de mayordomía, creando iniciativas para ayudar a que los feligreses profundicen su relación espiritual con Dios durante los próximos cinco años.
Según Herrera, hay áreas de la mayordomía que tienen que ser fortalecidas, porque la mayordomía está relacionada con la espiritualidad del miembro de iglesia.
“La mayordomía es el plan de Dios para que sus hijos vivan para gloria de él, siendo participantes en el cumplimiento de la misión de la iglesia”, dijo Herrera. “Dios nos ha encomendado muchos dones, de manera de que se reciban recursos para contribuir con la predicación del evangelio, la construcción de más templos, el sostenimiento de nuestro sistema educativo, de las instituciones de salud y nuestras casas editoras”, dijo Herrera.
Es por ello que resulta clave contar con un programa continuo de mayordomía, para que los feligreses puedan entender que se les han encomendado dones y recursos que resultan vitales para el cumplimiento de la misión, enfatizó Herrera.
El énfasis en los ministerios de mayordomía se produce después de que la Iglesia Adventista mundial votó el año pasado hacerse cargo del salario de los directores de mayordomía de las trece sedes de las divisiones mundiales durante los próximos tres años. Los líderes de la DIA asumieron y contrataron a un segundo director asociado de mayordomía para contribuir con la tarea de fortalecer el ministerio en el territorio.
Énfasis en el evangelismo. El lema de la cumbre, que se llevó a cabo en Riviera Maya, México, del 6 al 9 de enero de 2016, fue “Adoración. Fidelidad. Evangelismo”.
Los líderes de la iglesia dieron énfasis al evangelismo como un componente importante para el éxito de un programa continuado de mayordomía.
“La mayordomía es el estilo de vida total del que se somete a Cristo como su Salvador, reconoce que todas sus posesiones son del Señor y las administra para cumplir con los propósitos de Dios”, dijo el pastor Balvin Braham, asistente del presidente de la DIA para el área de evangelismo.
“La obediencia a la Gran Comisión que se encuentra en Mateo 28:16-20 incluye un llamado a ser mayordomos eficaces de los recursos de Dios. Por ello, aunque la mayordomía implica vivir la vida con fidelidad, el evangelismo implica ayudar a que otros vivan una vida fiel”, explicó Braham.
Implica fomentar la evangelización como buenos mayordomos, explicó. Braham habló con los líderes sobre la manera en que los líderes de la DIA, de acuerdo con la iniciativa “Señor, transfórmame” de este quinquenio, busca ver una transformación en cada área de la vida de la iglesia y la vida de sus miembros,
“Nos interesa la calidad y su relación con el bienestar de la iglesia”, añadió Braham. “Las personas quieren ir a una iglesia que sea saludable, donde haya calidad en los diversos elementos del culto de adoración y donde exista calidad en la manera en que las personas experimentan la comunión con otras y calidad en la manera en que expresan su compromiso con el Señor y sirven a la comunidad y a sus prójimos”.
Por su parte, Ted N. C. Wilson, presidente de la Iglesia Adventista mundial, estuvo acompañado por los demás administradores y vicepresidentes durante el culto del sábado 9 de enero.
El pastor Wilson habló ante los líderes de la DIA de que cada uno tiene que estar seguro de ser transformado por la confianza desarrollada en Cristo, de manera similar a lo que hizo el apóstol Pedro después de comenzar a hundirse en el océano porque quitó sus ojos de Jesús.
“Como líderes de la iglesia, tenemos que confiar en Cristo y eso nos llevará a una transformación”, dijo el pastor Wilson. “Cuando somos transformados por la Palabra de Dios, podemos liderar con el ejemplo. La transformación es el líder y también el miembro”.
Esa vida transformada es lo que, creen los líderes, seguirá bendiciendo a los miembros de iglesia como buenos mayordomos, para cumplir la misión de la iglesia durante los próximos cinco años y aún después de este período.
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Traducción de Marcos Paseggi