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Un campo de cebada. Los alimentos de origen vegetal suelen tener menos impacto negativo en el medio ambiente, dicen los investigadores. (Pixabay)

29 de marzo de 2016 | Loma Linda, California, Estados Unidos | Adventist Review

Investigadores adventistas de la Universidad de Loma Linda han propuesto un nuevo campo de investigaciones que podría enfatizar los beneficios ambientales de una dieta vegetariana.

La Escuela de Salud Pública de esa institución de California propone la inclusión de nuevo campo, la Nutrición Ambiental, en un trabajo que será publicado en el número de mayo de la revista científica American Journal of Public Health.

La Nutrición Ambiental, que combina los campos existents de las ciencias de la tierra y la vida con la ciencia de la nutrición, busca analizar la sustentabilidad de los sistemas alimentarios del planeta al investigar las complejas relaciones con esos sistemas que afectan la salud pública, dijo la universidad. Los sistemas alimentarios pueden tener un impacto significativo sobre el medio ambiente, al contaminar el aire y el agua con peligrosos químicos y desechos animales.

“Los tipos y cantidades de recursos usados influyen sobre el tipo y la cantidad de contaminación que se crea, lo que a su vez puede comprometer la calidad de los recursos naturales”, dijo Helen Harwatt, investigadora de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Loma Linda, en una declaración de la universidad. “Es importante identificar los alimentos que tienen el mínimo impacto ambiental y al mismo tiempo los máximos beneficios para la salud, además de producir etiquetas alimentarias que transmitan esa información a los consumidores”.

Ciertos grupos de alimentos demandan muchos más recursos y, por lo tanto, tienen un mayor impacto sobre el ambiente, “y los productos de origen animal tienen por lo general el mayor impacto, mientras que los alimentos de origen vegetal tienen el impacto más pequeño”, expresó la declaración.

En el presente, la mayoría de las evaluaciones del ciclo de vida alimentario se enfoca tan solo en la producción de los alimentos. Los investigadores adventistas dicen que el análisis debería expandirse para incluir otras etapas del sistema alimentario. La propuesta de la universidad, presentada en un trabajo titulado “Nutrición ambiental: La nueva frontera de la salud pública”, también hace un llamado a un “Modelo de Nutrición Ambiental” que clarifique la interacción entre los sistemas alimentarios, el medio ambiente y la salud pública.

“El [modelo] ayudará a mostrar la manera en que el proceso de la producción de alimentos, que incluye las prácticas de procesamiento, transporte, almacenamiento, consumo y eliminación de residuos, impacta en forma directa sobre el medio ambiente y afecta el cambio climático”, dijo Joan Sabaté, profesor y director ejecutivo del Centro de Nutrición, Estilo de Vida Saludable y Prevención de las Enfermedades de la universidad.

La universidad ya ha explorado en el pasado la relación entre el régimen alimentario y el medio ambiente. En un estudio publicado por la revista científica American Journal of Clinical Nutrition en julio de 2014, halló que una dieta vegetariana o semivegetariana es una herramienta factible y efectiva contra el cambio climático causado por las emisiones de los gases que producen el efecto invernadero. La investigación determinó que una dieta vegetariana produce casi un tercio menos de emisiones de ese tipo de gases que una dieta que incluye productos animales.

Traducción de Marcos Paseggi

 

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