Andrea Luxton dice que está lista para encarar, bajo la dirección de Dios, cualquier decisión. Imagen por la Universidad Andrews

8 de marzo de 2016 | Berrien Springs, Michigan, Estados Unidos | Andrew McChesney, editor de noticias – Adventist Review

Así que decidió viajar por la costa del sur de España durante unas vacaciones escolares.

Durante una semana caminó por las playas, oró, leyó las Escrituras y siguió caminando. Tenía que viajar de regreso a su hogar en aproximadamente cinco días, pero sabía que todavía no estaba lista para regresar; así que cambió el itinerario de su vuelo y continuó caminando y hablando con Dios.

Fue entonces cuando encontró paz mental.

“No he vuelto a ese lugar desde entonces, pero pienso que aun ahora podría encontrar la banca en que estaba sentada cuando de pronto experimenté la calma por la que había estado orando durante la última semana”, explicó Andrea Luxton. “La voz de Dios era muy clara: ‘No tengas miedo. Vas a poder pasar por esto, porque estoy caminando a tu lado’. Y eso era una realidad. Regresé a casa y esa paz nunca me abandonó en los desafiantes meses siguientes”.

Andrea Luxton ha enfrentado muchos desafíos durante el ejercicio de su cargo como rectora de dos instituciones adventistas del séptimo día de nivel superior — Canadian University College (ahora Universidad Burman y el Colegio Superior Newbold, en el Reino Unido— y se está preparando para enfrentar otros nuevos al tomar en el mes de junio el timón de la institución educativa más representativa de la iglesia -la Universidad Andrews.

La universidad nombró el 29 de febrero a Andrea Luxton, quien era su “provost” o vicerrectora principal desde el 2010, como su nueva rectora, para reemplazar a Niels-Erik Andreasen, quien se está jubilando después de 22 años de servicio.

“Andrea Luxton tiene una buena comprensión de las necesidades actuales de la Universidad Andrews y es también una persona en la que el liderazgo de la iglesia puede confiar”, dijo a la Adventist Review Benjamin Schoun, presidente de la comisión de búsqueda de nuevo rector y presidente de la junta de gobierno de la universidad.

Dijo que Andrea Luxton ha demostrado en su liderazgo el valor de tomar decisiones difíciles, conservando todavía la diplomacia, reafirmando y siendo fiel a aquello que es correcto y a los valores de la Iglesia Adventista.

El Dr. Schoun se refirió a los desafíos que enfrenta la Universidad Andrews, como la “inmediata necesidad de ser flexibles para ajustarse a la cambiante realidad demográfica y a los nuevos métodos de educación”.

Andrea Luxton, quien dijo que presentaría su visión para la universidad en unos cuantos meses, indicó que estaba lista, bajo la dirección de Dios, para enfrentar cualquier decisión difícil— como lo hiciera en esa playa española años atrás. Ciertamente, hasta sugirió que les da la bienvenida a los desafíos, porque tienden a permitir que aumente la fe.

Andrea Luxton hablando a la junta de gobierno de la Universidad Andrews poco después de que la eligiera como la siguiente rectora de la universidad, el 29 de febrero próximo pasado. Imagen por Lisa Beardsley-Hardy.

“Ha habido numerosas ocasiones en mi vida cuando me he enfrentado a preguntas que solamente pueden ser contestadas profundizando mi fe y la capacidad de vivir en paz con lo desconocido e incierto.”, dijo. “Esas son las ocasiones cuando podría decir que he encontrado cada vez más a Dios— su compasión, generosidad y su perdurable amor”.

Andrea Luxton, quien tiene la doble ciudadanía inglesa y canadiense y que fuera bautizada a la edad de 14 años, habló en una entrevista en línea de larga cobertura, acerca de su deseo de promover la educación adventista como una experiencia transformadora de la vida que merece cualquier sacrificio; de sus más entrañables recuerdos como maestra de 300 botones cuando era muy pequeña; y por qué Salmos 139 es su pasaje bíblico favorito.

P: ¿Cuál es tu visión en cuanto a la marcha hacia delante de la Universidad Andrews?

R: Realmente deseo presentar mi visión en cuanto a la Universidad Andrews unos meses más adelante. Pero diré ahora algunas cosas. La Universidad Andrews ha tenido siempre una misión e impacto nacional e internacional. En el ambiente global actual es vital la necesidad de que la universidad se vea a sí misma como una verdadera universidad global. Esto va a verse en forma diferente que como lo era en el pasado, pero aun con todas las nuevas modalidades de educación que se abren ante nosotros, todavía necesita ser parte de quienes somos.

Necesita también responder a las presiones actuales, particularmente de que los jóvenes de 18 años obtengan una educación menos costosa, digamos, en los colegios comunitarios (community colleges). Debemos encontrar formas de expresar que lo que nosotros ofrecemos es una experiencia realmente transformadora de la existencia y fortalecedora de la fe, que merece verdaderamente cualquier sacrificio. Pienso que la Universidad Andrews tiene muchísimo qué ofrecer. Necesitamos encontrar formas de abrir brecha en medio de todo ese parloteo de comunicación para hacerles llegar claramente ese mensaje a aquellos a quienes podemos prestarles nuestros servicios.

P: ¿Qué detalles de la educación adventista y de la Universidad Andrews te quitan el sueño?

Pienso que los desafíos de la educación adventista difieren en las diferentes partes del mundo. Yo diría que el mantener sin necesidad de ofrecer disculpas, un ethos adventista y cristiano, es algo que en diferentes formas ejerce su impacto sobre todos nosotros. Para algunos, el desafío tiene que ver con la gran cantidad de estudiantes o aun el personal y la facultad no adventistas. Para otros, es el desafío de vivir en un ambiente secular en donde la educación cristiana y adventista de alguna manera se percibe como de segunda clase o comprometida, por causa de su perspectiva religiosa. Algunas familias adventistas luchan también para enviar a los estudiantes a escuelas adventistas, siendo que no tienen el dinero para hacerlo. Algunos son adventistas nuevos que no comprenden todavía en forma total la naturaleza vital de la educación adventista, mientras que otros se preguntan si la educación adventista tiene realmente valor agregado y piensan que tal vez la iglesia local puede hacer la misma buena labor de desarrollo de la fe.

En la Universidad Andrews tenemos la bendición de contar con estudiantes increíblemente talentosos y comprometidos, procedentes de los Estados Unidos y de todo el mundo. Sin embargo, hay muchos otros a quienes les gustaría unirse a nosotros, pero que acuden a las universidades públicas porque sienten que no pueden pagar una educación adventista, o porque no creen que estamos ofreciendo lo que ellos necesitan. Esto es muy triste, porque pienso que se están perdiendo una tremenda oportunidad.

P: ¿Cómo te gustaría ver resueltos estos desafíos?

Las soluciones no son fáciles o no son siempre aparentes. Pienso que nosotros— el sistema de educación adventista— tiene que hacer lo siguiente:

Asegurarnos de que realmente estamos ofreciendo la calidad de educación que los estudiantes merecen.
No ofrecer disculpas por nuestra filosofía y enfoque de la educación, porque después de todo eso es lo que nos hace peculiares.
Estar a la vanguardia en lo que es posible al ofrecer educación, particularmente esas cosas que nos permiten fortalecernos mutuamente a través de la colaboración y la asociación
Esforzarnos juntos con el resto de la iglesia en entusiasmar al constituyente respecto a lo que realmente es y puede ser la educación adventista.

P: ¿Podrías indicarnos cuál es el desafío más serio que has enfrentado en la educación adventista y cómo lo resolviste?

He enfrentado muchos desafíos individuales. Pero hay un desafío que se repite una y otra vez en diferentes formas, y que no puedo decir que lo he resuelto permanentemente, sino solamente a corto plazo para algunas personas.

Como ya lo mencioné, pienso que uno de los grandes desafíos dentro de la educación adventista, es que la gente simplemente no cree que puede hacer una diferencia. Los rumores acerca de todo lo que anda mal tienden tristemente a esparcirse mucho más rápido que los rumores de lo que es bueno o correcto. Y esto puede ser un enorme problema. Si se creen tales rumores, pueden desanimar a otros de acceder a aquello que podría ser para ellos una maravillosa experiencia educativa.

¿Qué podemos hacer? Pienso que tenemos que mantenernos esparciendo las buenas nuevas, y más rápidamente que los falsos rumores. Debemos mostrar que vamos a atender los problemas reales y a resolverlos. Y tenemos que desmentir a voces la falsa información cuando podamos hacerlo.

Así que, en conclusión, he encontrado en algunas situaciones que hemos podido ser capaces de cambiar la situación de una baja o disminuida inscripción, simplemente al involucrarnos en un tipo preactivo de comunicación: dando el mensaje correcto e invitando a la gente a ser socios en la tarea de hacer que tenga éxito la institución.

P: ¿Cuál es recuerdo más vívido de tu niñez?

Crecí en una pequeña población en el Reino Unido, llamada Whitwell, a unos 32 kilómetros de la escuela primaria y secundaria adventista. Ahí era donde mis padres enseñaban y en donde fui a la escuela. Mis padres, Ruth Maureen Luxton (de apellido de soltera Wynne) y Ronald William Albert Luxton, fueron ambos educadores toda su vida, lo cual me hizo a mí desear ser lo mismo.
Así que algunos de mis recuerdos más vívidos de mi infancia son del lugar en donde yo también “enseñaba”. Mis alumnos variaban, de entre los aproximadamente 300 botones que mi madre guardaba en su cajita de botones, hasta las muchas castañas de India que podía encontrar en el otoño. Me gustaba también merodear por los campos detrás de nuestra casa y soñar en el galpón del heno, a menos de un kilómetro de la casa.

Q: ¿Cuál es tu versículo de la Biblia favorito y por qué?

Tengo muchos versículos favoritos, pero el Salmo 139 es mi favorito de todos los tiempos. Es un pasaje con el que me familiaricé durante mi adolescencia tardía, durante uno de esos períodos de cuestionamiento que son tan típicos en torno a los 17 y 18 años. Lo leí sentada frente al mar en el Sur de Gales. Es un Salmo lleno de metáforas acerca de la intimidad y a la vez la grandeza de Dios, paralelo al ir y venir de la marea, con olas que en un momento se estrellan y en el siguiente, son mar en calma.

Así que cada vez que leo este salmo ahora, puedo sentir el olor de la sal en torno, escuchar el mar y recordar cuán cercano estaba Dios de mí, como adolescente cuestionadora— y cuán bien me conoce ahora. Un pensamiento muy confortante y desafiante a la vez.

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