23 de mayo de 2016 | Gisenyi, Rwanda | Andrew McChesney, editor de noticias, Adventist Review
Un esposo que realmente ame a su esposa, le dará de obsequio una vaca. Un hombre que desee contraer matrimonio con una mujer seguirá frecuentemente la antigua tradición de proveerle a la familia de ella, una dote en términos de ganado vacuno. Una vaca ofrece leche nutritiva para los niños, es una fuente de ingreso y un suministro regular y constante de fertilizante natural para los huertos y jardines.
Los miembros de la Iglesia Adventista del Séptimo Día obsequiaron 25 vacas a familias de bajos recursos en una festiva ceremonia celebrada al aire libre durante el fin de semana.
Las vacas, las cuales cambiaron de dueño en una reunión a la que asistieron unas 6,000 personas, en un herboso campo junto al lago turístico de la ciudad de Gisenyi, fueron parte de los casi US$350,000 obsequiados el domingo en términos de ganado, alimentos, medicinas, seguro médico y otros artículos donados por miembros de la iglesia para contribuir al bienestar de las personas en sus comunidades.
Hesron R. Byilingiro, presidente de la Iglesia Adventista en Rwanda, describió las donaciones como un componente clave de las reuniones de evangelización que se están llevando a cabo en más de 2,200 sitios por todo el país y que se espera que culminen en el bautismo de 100,000 personas el sábado entrante.
“No podemos ir al cielo si no tenemos buena salud. No podemos ir al cielo cuando nos vamos a dormir con el estómago vacío” dijo el presidente Byilingiro, dirigiendo su mirada hacia una multitud compuesta de diaconisas vestidas de ondulantes trajes de color azul brillante, bien portados Conquistadores y Guías Mayores que vestían sus uniformes verdes y pañoletas amarillas y atentos jovencitos Aventureros de camisa azul y pañoletas anaranjadas. Mucha gente portaba pañoletas, camisas o corbatas con la leyenda Participación Total de los Miembros o “TMI” por sus siglas en inglés, para simbolizar su compromiso de dar a conocer a Jesús y su amor diariamente a otros.
“Podemos predicar el evangelio a cada persona solamente después de haberles dado algo de comer. Esa es la forma como nuestro mensaje será escuchado y cumplido” dijo el presidente Byilingiro.
Las vacas van a nuevos hogares
Escuchando bajo una carpa blanca, detrás del presidente Byilingiro, se encontraban el gobernador de la Provincia Occidental de Rwanda, el alcalde de Gisenyi, el jefe de la policía local y una delegación adventista encabezada por el presidente de la iglesia mundial, Ted N.C. Wilson y Blasious M. Ruguri, presidente de la iglesia en la División Africana Central del Este, que incluye Rwanda.
El sitio de la reunión, enclavado en medio de majestuosas colinas, fue recientemente adquirido por la Iglesia Adventista para la construcción de una iglesia, una escuela y una clínica médica.
Cuando fueron traídas las vacas, algunos con teléfonos celulares se levantaron para tomar fotografías y una columna de Conquistadores formó una sólida barrera alrededor de los inquietos animales para mantenerlos en su lugar. Las vacas y sus documentos de propiedad les fueron entregados a las 25 personas seleccionadas por los ancianos de iglesia en conjunto con las autoridades.
El gobierno de Rwanda patrocina una donación de vacas en la que todas las familias, comenzando con las más necesitadas, califican para recibir gratuitamente una vaca. Este programa se ha estado implementando gradualmente en este país de 11.8 millones de habitantes, y los adventistas están proveyendo un muy bienvenido apoyo, dijo a la multitud la Gobernadora de la Provincia Occidental, Caritas Mukandasira.
“Con todas esas actividades ustedes están promoviendo lo que la Biblia enseña: Que un espíritu saludable mora en un cuerpo también saludable”, dijo la Gobernadora Mukandasira, aludiendo a 3 Juan 2, que dice: “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma”.
“Esto es exactamente lo que dice el pastor”, dijo. “No se le puede predicar a una persona que tenga el estómago vacío”.
Lo que Donaron los Miembros de Iglesia
En total, los miembros de iglesia donaron el domingo, en toda Rwanda, 63 vacas, con un costo aproximado de US $215 cada una.
El Pastor Wilson y la Gobernadora Mukandasira saludaron de mano a dos hombres que donaron una vaca cada uno. Los nuevos propietarios aceptaron las vacas con la promesa de continuar esta buena obra regalando sus primeros becerros a otras familias necesitadas.
Entre las otras donaciones informadas el domingo, los miembros de iglesia construyeron 122 nuevas casas a un costo de US$119,000; repararon 302 casas (US $65,000) y regalaron 797 ovejas y cabras ($4,500), de acuerdo a un informe provisto por la Iglesia Adventista en Rwanda (en PDF). Otras 12,430 personas recibieron seguro de salud (US$48,000), que les permite pagar solamente el 10 por ciento del costo de sus cuentas médicas.
Los miembros de iglesia han ayudado a sus comunidades en el pasado, incluyendo el proveer seguro médico gratuito, pero esta ha sido la iniciativa más grande hasta ahora. Casi cada uno de los 720,000 creyentes adventistas en Rwanda contribuyó en alguna forma a este esfuerzo y muchos expresaron su alegría de poder haber mejorado la vida de otras personas.
“Cuando doy esa ofrenda para comprar vacas para regalarlas a gente pobre, me siento muy feliz porque sé que ese dinero va a ayudar a muchas personas necesitadas”, dijo Juvenal Nsengiyumva, quien tiene cuatro hijos, enseña en una universidad de Gisenyi y presta sus servicios como anciano de su iglesia local.
Y añadió: “En Rwanda, no hay mejor forma de decir que se ama a alguien, que el regalarle una vaca”.
En su discurso, el presidente Byilingiro agradeció a los miembros de iglesia por su generosidad.
“Que Dios recuerde todas esas buenas acciones hechas por cada uno y todos”, añadió.
Traducido por Gloria A. Castrejón