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Jacob Harris comparte su historia en una iglesia. (Visitor)

8 de julio de 2016 | Silver Sring, Maryland, Estados Unidos | Heidi Wetmore, Columbia Union Visitor

Cuando Jacob Harris tenía 8 años, su familia se trasladó de Liberia, en África, al estado de Maryland, en los Estados Unidos, para que su padre pudiera cumplir sus funciones de ministro luterano.

En la escuela, Harris fue acosado por otros estudiantes porque no era de los Estados Unidos. Decidió entonces que no quería ser diferente y comenzó a andar con integrantes de una pandilla. Esa decisión lo llevó a un estilo de vida perjudicial que incluyó las drogas, las peleas y los delitos.

Harris comenzó a entrar a robar a otras casas, y también a robar carros.

Un día mientras había salido, un equipo de fuerzas especiales de seguridad llegó a su casa. Sus primos, que estaban en la casa, quedaron aterrorizados. Esto impresionó mucho a Harris, porque se dio de que habían sido atrapados por las consecuencias de sus acciones. Sintió deseos de cambiar.

Jacob Harris ora con Justin Montero y Stephen Finney, pastor de jóvenes de la iglesia de Spencerville al momento de su bautismo. Imagen de Juliana Baionin/Visitor

Harris fue arrestado y acusado de robo de autos y de casas, entre otras cosas. Entonces, Harris oró y le prometió a Dios que cambiaría.

Después del juicio, todos los cargos fueron desestimados excepto por uno: perturbación de la paz.

Harris fue a una escuela privada especial para vencer su adicción a las drogas, pero después de un año, Harris volvió a caer y comenzó a salir con sus antiguos amigos. El paso por la escuela militar tampoco lo ayudó. De regreso en Maryland, fue un día hasta el Colegio Secundario Adventista de Spencerville. Allí llenó la solicitud y contó su historia a los encargados de admisiones.

Dawn Thompson, la secretaria de matrícula de la institución, sintió que tenía que votar para que lo aceptaran.

“Era tan transparente y honesto en sus respuestas”, dijo Thompson. “Parecía estar seguro de que nuestra institución podría marcar esa diferencia en su vida que tanto él deseaba. Había tenido buenas calificaciones, y sentía que solo necesitaba tener una oportunidad de un cambio de vida”.

Harris comenzó una vida nueva en el último año del secundario durante el último año escolar. En noviembre, Chad Stuart, pastor principal de la iglesia adventista de Spencerville, llevó a cabo una campaña de evangelización en la iglesia y el colegio de manera simultánea. Harris asistió a las reuniones del colegio, y sintió deseos de saber más sobre el sábado, el estado de los muertos y la doctrina del infierno.

“Todo tenía sentido para mí, y quería saber más”, dijo.

Harris comenzó a tomar estudios bíblicos con Justin Montero, un instructor bíblico con un pasado similar. Se estableció una conexión entre ellos, y siguieron estudiando hasta que Harris fue bautizado en marzo en la iglesia de Spencerville.

Antes de graduarse hace unas semanas, Harris se mostró activo en la vida espiritual del campus, y predicó y usó un rap para contar su testimonio en varias iglesias y cultos de la institución. La clase de Periodismo de Transmisión ha preparado un video con su historia.

Cuando se le preguntó que tiene el futuro guardado para él, Harris dijo: “Me gustaría estudiar teología. Me encantan aprender más de Dios”.

Traducción de Marcos Paseggi

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