26 de agosto de 2016 | Glasgow, Escocia | Mark A. Kellner, editor de contenidos en línea, Adventist Review
Una escuela dominical de 109 años en Escocia está siendo transformada en un ministerio adventista de salud y centro comunitario con ayuda de una subvención del gobierno.
Ambientes Históricos de Escocia, una agencia gubernamental que ayuda a renovar edificios históricos, ha destinado más de 100 mil libras esterlinas (unos 139 mil dólares) hacia el futuro Centro de Vida Sana Hope en Paisley, una ciudad ubicada a menos de 20 kilómetros al oeste de Glasgow y a casi 100 kilómetros de Edinburgo.
John Wilby, tesorero de la iglesia adventista de Paisley, dijo que el nuevo centro podría servir potencialmente al 25 por ciento de la población de Escocia (que suma 5,3 millones de habitantes), y que la iglesia está buscando activamente cómo juntar los 470 mil dólares restantes que necesitan para hacer una realidad el proyecto.
“Escocia es la región más secular del Reino Unido, dado que el 52 por ciento afirma no tener afiliación religiosa, y dos terceras partes de la población dice que nunca, o rara vez, va a la iglesia”, dijo Wilby, refiriéndose a una encuesta reciente. “Nuestro enfoque de la obra comunitaria sigue el método de Cristo, que se mezclaba con la gente, identificaba sus necesidades y ayudaba a sanarlos. Realmente creemos, como lo expresó Elena White, que el ministerio de salud es la diestra del evangelio”.
El Centro de Vida Sana Hope, un edificio de dos pisos que, se espera, sea inaugurado en 2017, tendrá una zona de recepción y una oficina, un auditorio y una zona de actividades con capacidad para 128 personas, además de una cocina y un café en el primer piso, informó esta semana el periódico local Daily Record. El segundo piso contará con un auditorio con capacidad para 230 personas y una sala separada con capacidad para otras 40 personas.
El centro adventista ofrecerá chequeos de salud, clases para dejar de fumar y de cocina saludable, talleres sobre nutrición, drogas y alcohol, y cursos sobre ejercicios y cuidado de los pies, en sociedad con las autoridades locales de salud, dijo.
Los líderes de la comunidad han ofrecido apoyo para el proyecto, destacando que los desafíos de la vida moderna también afectan a los residentes de Paisley y sus alrededores. La ciudad de 76 mil habitantes supo ser famosa por su industria textil —las telas con el entramado que en inglés se llama Paisley derivan precisamente de la ciudad— pero hoy es más conocida como la localidad donde se encuentra el Aeropuerto Internacional de Glasgow, y la Universidad de Escocia Occidental.
“Reconocemos la necesidad, de parte de nuestros arrendatarios y la comunidad en general, de más servicios e instalaciones para ayudar a la gente para que disfrute de una mejor salud y bienestar”, dijo Adele Fraser, directora ejecutiva de la Asociación de Viviendas Linstone, en una carta de apoyo al centro adventista.
Linstone, que es dueña y administradora de viviendas en Paisley, fue una de varias organizaciones comunitarias, que incluyen las que brindan servicios de salud mental y se ocupan de las necesidades de los ancianos, que salió a apoyar el proyecto.
La obra comunitaria de salud ha adquirido una renovada urgencia en los últimos años en la Iglesia Adventista, y Ted N. C. Wilson, el presidente de la iglesia mundial, ha hecho del “Ministerio Abarcador de Salud” una prioridad de sus dos períodos en el cargo. Los miembros de iglesia han incrementado los esfuerzos de alcanzar a sus comunidades, lo que incluye una serie de clínicas médicas temporarias que han ofrecido unos 80 millones de dólares en servicios gratuitos a miles de personas en varias ciudades de los Estados Unidos desde 2014.
Otros centros de salud han surgido en la Asociación de la Unión Británica, cuyo territorio abarca a Escocia. El Centro Cuisle, que se inauguró hace menos de un año en Dublín, la capital de Irlanda, ofrece a la comunidad una selección de bocadillos saludables, así como chequeos de salud, masajes, consejería, y simplemente un lugar seguro donde dialogar y relajarse.
Traducción de Marcos Paseggi