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Jóvenes adventistas se arrodillan en la vía principal de un gran mercado de la ciudad de Oaxaca, en el estado de Oaxaca, México, como parte de una iniciativa de evangelismo joven llevada a cabo en julio de 2016. Unos 136 jóvenes de la región Interocéanica de México de la Iglesia Adventista participaron de una iniciativa de impacto misionero y de evangelización. Imágenes de la Unión Mexicana Interoceánica.

3 de agosto de 2016 | Oaxaca, Oaxaca, México | Libna Stevens/DIA

Jóvenes adventistas durante una sesión matutina de capacitación en evangelismo.

Decenas de jóvenes adventistas inundaron la ciudad y las comunidades de Oaxaca, México, con un mensaje de paz, esperanza y buena voluntad en las últimas semanas. La mayoría viajó desde los estados aledaños de la región Mexicana Interoceánica para ser parte de un movimiento de evangelización de dos a cuatro semanas que siguió el modelo de la iniciativa “Un año en misión”, establecida por la Iglesia Adventista mundial en años recientes.

“Estamos agradecidos a Dios por los 136 jóvenes que llegaron para alcanzar cada extremo de la ciudad, dejando su marca al tiempo que compartieron un mensaje de amor, repartieron artículos a los necesitados y señalaron el pronto regreso de Cristo”, dijo el pastor Tonny Gil, director de ministerios jóvenes de la Iglesia Adventista en la región Interoceánica y organizador de la iniciativa de evangelismo.

Los delegados jóvenes tomaron tiempo libre de sus empleos y estudios para orar por la ciudad, dijo Gil.

Los jóvenes también participaron de tareas para ayudar a la comunidad a crear huertas familiares, entonaron cánticos de alabanza en los autobuses, distribuyeron alimentos y canastas de comida, y trabajaron junto con los líderes locales para compartir el evangelio en las comunidades donde aún no hay presencia adventista.

Jóvenes oran por una pareja, como parte del impacto de los jóvenes adventistas en la ciudad.

El impacto en la ciudad, de dos semanas de duración, se llevó a cabo bajo el lema “Manos Generación en Acción – Manos para Oaxaca”, que comenzó en la semana del 10 de julio, estuvo acompañado de sesiones diarias de capacitación en evangelismo para los delegados visitantes, dijo el pastor Gil. La capacitación misionera incluyó, entre otras cosas, predicaciones, planificación estratégica, cómo dar estudios bíblicos, liderazgo joven y un repaso de las doctrinas adventistas”.

“Quisimos brindar una capacitación adicional a nuestros jóvenes que ya han pasado meses en sus hogares ayudando a sus congregaciones locales a compartir el evangelio por medio de esta estrategia de evangelismo que hemos desarrollado en el territorio de nuestra unión”, explicó Gil.

La iglesia de la región Interoceánica designó a Oaxaca como una ciudad blanco de evangelismo para el impacto de jóvenes y la capacitación en evangelismo, añadió Gil. La ciudad tiene una población de aproximadamente 600 mil habitantes.

Un joven entrega una ración de alimentos durante el impacto en la ciudad.

Los jóvenes fueron capacitados durante las sesiones matutinas y salen a participar del impacto en la comunidad durante la tarde.

Días después de que los jóvenes comenzaran sus proyectos en la ciudad, un camión lleno de cientos de empanadas, tamales, pan y manzanas fue entregado en el lugar de las sesiones matutinas. El dueño de un restaurante se enteró de la obra del grupo misionero de jóvenes y quiso apoyarla.

“Los jóvenes tuvieron suficientes alimentos para ese día, y otros cientos de almuerzos fueron distribuidos entre la gente que aguardaba en las salas de espera de los hospitales locales”, dijo Gil.

Al final del proyecto de dos semanas, casi el ciento por ciento de los jóvenes permaneció para ser parte de la segunda fase de dos semanas que buscó colaborar con una campaña pública liderada por el evangelista adventista José Vicente Rojas. La campaña vespertina se está llevando a cabo en unas instalaciones con capacidad para 4500 personas, y concluye este 6 de agosto.

Las actividades comunitarias de esta semana incluyen reforestar la ciudad, participar de campañas de evangelización en grupos pequeños, buscar a exmiembros de la iglesia, dar estudios bíblicos y ayudar en la gran campaña de evangelización, explicó Gil.

“Nuestros jóvenes capacitados tienen la tarea de involucrar a más jóvenes en los proyectos misioneros locales”, dijo Gil. Cada joven presentará un plan estratégico a su misión local o al liderazgo de su asociación, añadió.

“Esperamos tener un ejército bien preparado de jóvenes, que se involucre plenamente para traer a otros jóvenes para que proclamen el mensaje del Cristo crucificado, resucitado y próximo a venir”, dijo Gil.

Un grupo de jóvenes ayuda a limpiar la parte trasera de una casa de familia.

Gil puede ver cuán felices, osados, confiados, bien dispuestos y comprometidos están los jóvenes de la iglesia, y anima a los líderes de la iglesia a que inviertan más en los jóvenes a la hora de evangelizar en estos tiempos complicados.

“Nuestros jóvenes fueron desafiados aquí a dedicar todo un año al servicio de Dios en un lugar alejado de sus ciudades de origen”, dijo Gil. Hay tantas historias inspiradoras que compartir, dijo Gil.

“Un joven delegado me contó que se atrasó en sus estudios, pero que está listo para cumplir la misión de Cristo”, dijo Gil. También Erick, un contador público de la ciudad de Cuautla, Morelos, renunció a su trabajo de gerente de una compañía para dedicar un año a trabajar en Chilpancingo, en el estado de Guerrero. “Los dueños de la compañía le dijeron que predicara allí, diciéndole que ‘hay muchos que podrían usar tu predicación, así no tienes que dejar el trabajo’”, añadió. “Mi decisión es firme: Jesús quiere que esté en Chilpancingo, y yo iré allí”, explicó Erick.

Al ver tales compromisos, el pastor Gil dijo que está seguro de que Cristo vendrá pronto. “Necesitamos apoyar a nuestros jóvenes. Dios usó a jóvenes para comenzar la Iglesia Cristiana, y usó a jóvenes para comenzar la Iglesia Adventista. De la misma manera, estoy seguro de que Dios terminará su obra con los jóvenes”.

Fotografía grupal de los jóvenes que viajaron a Oaxaca.

La Unión Mexicana Interoceánica, que cuenta con casi 201 mil adventistas del séptimo día, es una de las cinco grandes regiones eclesiásticas de México. Esa región eclesiástica supervisa la obra de la Iglesia Adventista en los estados de Guerrero, Hidalgo, Morelos, Oaxaca, Tlaxcala, Tabasco y Veracruz.

Si desea saber más sobre la región Mexicana Interoceánica de la Iglesia Adventista y sus iniciativas, visite iasd-umi.org

Traducción de Marcos Paseggi

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