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Un muchacho juega en el centro de refugiados con el que colabora ADRA en Belgrado, Serbia. Imagen de Igor Mitrović

12 de septiembre de 2016 | Belgrado, Serbia | Andrew McChesney, editor de noticias, Adventist Review

El pastor adventista Igor Mitrović creía en el pasado que el llamado profético de la iglesia era proclamar la segunda venida de Cristo.

Después de trabajar sin embargo en la vanguardia de la crisis de refugiados en Europa durante el último año, Mitrović ve un segundo e igualmente importante llamado profético: ayudar a los indefensos.

Los dos llamados están relacionados entre sí, dijo Mitrović en una entrevista en un centro de crisis para refugiados con el que colabora en Belgrado, la capital de Serbia. Al llegar hasta los que no pueden ayudarse por sí mismos, los adventistas están compartiendo el evangelio con tanto poder como si ofrecieran una campaña de evangelización.

“Toda vez que encontramos un extraño, alguien que necesita ayuda, somos llamados a levantar nuestra voz y protegerlo”, dijo Mitrović, citando al profeta Amós del Antiguo Testamento y sus fuertes denuncias de la explotación de los indefensos en pasajes tales como Amós 2:6-8 y 8:4-7.

Igor Mitrović habla con un periodista fuera del centro de refugiados en Belgrado. (Victor Hulbert/TED)

Mitrović, que ha trabajado como director de país de ADRA en Serbia durante los últimos cinco años, también expresó un nuevo aprecio por los personajes bíblicos que fueron refugiados, y dijo que la obra de vanguardia de la iglesia con los refugiados estaba señalando el mensaje del evangelio tanto a los refugiados como a los socios no adventistas de la iglesia. El pastor contó que un intérprete hace poco comenzó a asistir a una iglesia adventista.

ADRA no está sola para ayudar a los refugiados en Serbia. Muchos de los seis mil adventistas de ese pequeño país balcánico entraron en acción tan pronto como los refugiados inundaron el país el año pasado, recolectando alimentos, prendas de vestir y agua y entonces distribuyéndolos. Los feligreses también quisieron abrirles sus hogares, pero las autoridades se los prohibieron, diciendo que necesitaban llevar un control de los refugiados al albergarlos en instalaciones designadas por el estado, dijo Djordjija Trajkovski, presidente de la Iglesia Adventista en la Unión Sudeste Europea, cuyo territorio incluye a Serbia, Bosnia y Herzegovina, Macedonia, y Montenegro.

“Los miembros de iglesia han tenido una actitud sumamente positiva con los refugiados que han llegado a Serbia”, dijo Trajkovski. “Nos quedamos sorprendidos por la velocidad en que algunas iglesias se organizaron para ayudar. Muchos jóvenes se ofrecieron como voluntarios en los puntos donde los refugiados necesitaban ayuda inicial, en especial al comienzo, cuando otras ONG no estaban preparadas para ayudar”.

Trajkovski dijo que los feligreses pudieron empatizar con los refugiados, porque ellos han experimentados dificultades similares en medio de los devastadores conflictos armados que se produjeron después de la desintegración de la ex Yugoslavia en la década de 1990.

“Ellos entienden lo que es estar en una situación semejante”, dijo Trajkovski. “Al igual que con cada problema, este ha unido más a las personas. Los llevó a unirse en sus esfuerzos para aliviar el dolor y el sufrimiento de sus vecinos”.

ADRA se pone a la vanguardia

En julio de 2015, ADRA se puso a la vanguardia al abrir un centro de crisis con otras cuatro organizaciones cerca de la principal estación de trenes de Belgrado, justo cuando la crisis de refugiados de Europa se salió de control.

“ADRA ha hecho inversiones significativas para establecer tanto una respuesta internacional como a nivel de países frente a las catástrofes”, dijo Jonathan Duffy, presidente de ADRA Internacional. “La situación en Serbia sirve de buen ejemplo de cómo funciona el plan, porque pudimos movilizarnos y responder con rapidez”.

Una intérprete de ADRA muestra un botecito de papel que hizo un niño en el centro de refugiados. (Victor Hulbert / TED)

En el presente, hay en Serbia todo el tiempo unos cinco mil refugiados, una disminución de las cifras más elevadas de hace un año, cuando miles de personas pasaban por las fronteras todos los días, dijo Mitrović.

Muchos de esos refugiados se detienen en el Centro de Información sobre Asilo de ADRA, que les brinda alimentos y otros artículos, apoyo psicológico, actividades para los niños, e información a los padres y adolescentes en el piso superior. En la planta baja, donde trabaja otra organización, les ofrece apoyo legal e Internet gratuita. El centro de refugiados está abierto las 24 horas del día, y ADRA cuenta con siete empleados pagos, que trabajan cada día con un grupo de cincuenta a setenta menores solos o familias.

Mitrović dijo que la actual crisis de refugiados es un llamado a despertar para los adventistas, que no solo tienen que vestirse bien y proclamar el evangelio a extranjeros en hermosas sedes, sino también participar con los extraños que están indefensos.

El pastor bien puede hallar una base para esta postura en el ministerio terrenal de Cristo, que dedicó mucho más tiempo a sanar a los enfermos y atender a los marginados que a predicar sermones.

El trabajo con los refugiados ha permitido que Mitrović vea los personajes de la Biblia y a Cristo con una nueva luz.

“Todos los principales personajes de la Biblia han sido refugiados: Adán y Eva, Abraham, Jesús”, dijo Mitrović, quien proyecta una imagen sensata con su físico muscular, cabeza rapada y una voz decidida. “Cuando uno tiene esa experiencia de primera mano, es posible apreciar las historias de la Biblia de manera diferente”.

Alcanzar a los refugiados… y a los socios

Al igual que los personajes de la Biblia, los refugiados de hoy tienen historias de hogares perdidos y de verse desarraigados de varias maneras, dijo. Todo lo que tienen son sus pertenencias, mientras buscan un lugar que llamar propio.

“Tienen esta maravillosa oportunidad de aprender cómo Dios puede ayudarlos”, dijo. “La mayoría de ellos proviene de un trasfondo religioso adecuado. Creo que si encuentran una comunidad cristiana auténtica en el camino, estarán mucho más abiertos a escuchar el llamado de Dios”.

Mitrović dijo que ha visto una apertura similar al llamado de Dios entre los no adventistas que se asocian con ADRA como intérpretes y trabajadores sociales. Dijo que si bien ADRA tenía una pequeña oficina en Serbia, la crisis de refugiados lo colocó en una posición que le permite atraer a profesionales altamente calificados para ayudar. Como resultado, las primeras personas que ven el evangelio en acción han sido los socios no adventistas de ADRA.

Familias de refugiados reciben asistencia en el piso superior del centro de refugiados en Belgrado. (Igor Mitrović)

Mitrović dijo que su fe no ha sido un tema de discusión en la oficina, pero que hace unos días, un colega le dijo: “¿Sabía usted que mi tía es adventista, y que ella me ayudó cuando huí de Croacia?” En una ocasión diferente, otro dijo: “Mi abuela es adventista y vive en Australia. Ella me ayudó a mí y a mi familia durante las duras guerras de la década de 1990, enviándome dinero”. Otros le dijeron que habían estado escuchando por Internet los sermones de la iglesia que él y otros miembros del personal de ADRA dan.

“Nos vamos a asociar personalmente con Dios para alcanzar a las personas cuando nos asociemos con ellas para alcanzar a otros”, dijo. “Las primeras personas alcanzadas serán aquellas con las que nos asociamos cada día. Esa es mi experiencia”.

Un enfoque de la misión que entusiasma

Este enfoque de asumir un lugar destacado al asociarse con los no adventistas para ayudar a terceras partes en una emergencia es una manera fascinante de pensar en la misión, dijo.

“¿Pueden imaginar una relación más cercana que esta, cuando uno tiene que trabajar algunos días las 24 horas del día, durmiendo muy poco?”, dijo. “Cuando sudamos y sangramos por otras personas, nos conectamos tan bien. Entonces podemos ver de qué estamos hechos. Estamos hechos de amor”.

Y añadió Mitrović: “En muchas ocasiones, aprendemos de nuestros colegas no adventistas qué significa estar hecho de amor”.

Mitrović contó que un intérprete de ADRA en el sur de Serbia ha comenzado a asistir a la iglesia adventista local. El hombre vivió una vida salvaje después de crecer como huérfano en un monasterio católico de Armenia, trasladándose a Israel, y entonces recorriendo el este de Europa con una banda de rock. Se estableció en Serbia después de que una serbia dio a luz a su hijo. Como habla fluido árabe, se apuntó con ADRA, gracias a su experiencia anterior de trabajar con refugiados en Jordania. Comenzó a asistir a la iglesia adventista local gracias a la influencia de un conductor de ADRA.

“Tiene un gran don de gentes”, dijo Mitrović.

Aunque ADRA está haciendo todo lo que puede para ayudar en Serbia, Mitrović dijo que la crisis de los refugiados sigue siendo enorme, y que es probable que siga empeorando.

“Estamos básicamente indefensos”, dijo. “Todo lo que podemos hacer cuando vemos una necesidad es ser inteligentes para brindar el mejor remedio posible. Pero la única solución será la segunda venida de Cristo”.

Los adventistas, sin embargo, deberían perseverar para hacer el bien, dijo.

“En las calamidades, algo extraño pasa en el corazón”, dijo. “O se endurece, o por primera vez se torna más tierno”.

Traducción de Marcos Paseggi

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