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Participantes estudiando durante un entrenamiento de evangelización sobre el tema de salud en Rēzekne, Letonia. Imágenes por Marko Helle/TED

6 de septiembre de 2016 | Países Bálticos | Alla Nõmmik, División Transeuropea/Adventist Review

Es posible que el levantarse cada día a las 6:30 a.m., sentarse a escuchar las conferencias y participar en los ejercicios prácticos, e irse entonces temprano a la cama, no sea precisamente la idea de una vacación ideal.

Los participantes aprendiendo los principios de la preparación saludable de alimentos

Pero para 20 veinte personas de la Iglesia Adventista en la Región Báltica, además de una pareja procedente de Finlandia, este fue su programa de cuatro semanas de entrenamiento sobre evangelización a través del tema de la salud.

¿Parece duro? Tal vez, pero nadie se quejó de ello.

Las 22 personas se unieron en cantos y música durante sesiones de adoración dos veces al día, oraron, se apoyaron unos a otros, se rieron y lloraron juntos y aprendieron aspectos teóricos y prácticos sobre cómo dar a conocer un mensaje positivo de salud.

“Me motivó y llenó de inspiración”, escribió uno de los participantes en su hoja de evaluación.

Otro participante comentó acerca de cómo había mejorado su propia salud, mientras que otros se comprometieron a comenzar a impartir clases de cocina, operar un club de salud u organizar una feria de salud al regresar a sus hogares.

Uno de ellos lo resumió con estas palabras: “Deseo enfocar mejor mi atención en las personas y en amarlas”.

Con la ayuda de Linda Horner, de LIGHT, un instituto que promueve el entrenamiento sobre salud global, dirigido por miembros laicos, estos miembros de iglesia procedentes de Letonia, Lituania y Estonia, se reunieron en Rēzekne, un valle situado junto al río en el Este del país, durante esta programación en julio y agosto. Las presentaciones estuvieron a cargo de instructores LIGHT; profesionales de la salud locales de la Unión de Países Bálticos de la Iglesia Adventista; Fred Hardinge, vicedirector de salud de la Iglesia Adventista mundial; y Torben Bergland, director de salud de la División Transeuropea, cuyo territorio incluye los países Bálticos.

No fueron solamente los estudiantes los que aprendieron. Dos conferencias públicas en la ciudad de Rēzekne, de unos 32,000 habitantes, causaron honda impresión, así como dos ferias de salud en las que los estudiantes pusieron en práctica sus nuevas habilidades adquiridas en favor de 133 pacientes locales.

La evangelización con el tema de la salud, identificada como prioridad por Elena G. White, cofundadora de la Iglesia Adventista, ha cobrado un sentido de urgencia en años recientes, al constituirse en la plataforma o agenda “Ministerio de Salud Integral” del presidente de la iglesia mundial Ted Wilson. Los miembros de iglesia han llevado adelante proyectos para evangelizar de esta manera a sus comunidades, incluyendo una serie de clínicas médicas temporarias que han provisto aproximadamente millones de dólares en servicios gratuitos a miles de personas en varias ciudades en los Estados Unidos, desde el 2014.

Dando masajes en una feria de salud en Rēzekne, Letonia.

Mientras tanto, varios centros de salud han proliferado a través del territorio de la División Transeuropea. El Centro Cuisle , que se abrió el otoño pasado en Dublín, capital de Irlanda, ofrece a la comunidad una selección de bocadillos saludables, así como exámenes de salud, masaje, asesoría y simplemente un lugar seguro para conversar y relajarse. En Paisley, Escociaun edificio de escuela dominical de 109 años de antigüedad ha sido convertido en un centro de ministerio de salud y evangelización adventista, con la ayuda de una prestación de gobierno.

Volviendo a Letonia, el final de las cuatro semanas de entrenamiento trajo grandes sonrisas en muchos rostros, tanto por las profundas amistades concertadas, como por las habilidades prácticas logradas en los aspectos de masaje, hidroterapia, cocina vegetariana y organización de ferias de salud que pudieron llevarse consigo de regreso a casa.

Para Külli, procedente de Estonia la ocasión representó un bono extra. Ella deseaba participar en un viaje de fortalecimiento de la fe; sin embargo, siendo la madre de un niño pequeño, eso no le era posible.

“Sin embargo, el tiempo pasado en el campamento, puede llamarse también un peregrinaje”, dijo. “Lejos del ajetreo de la vida diaria, me dio más oportunidades para orar, leer y pensar acerca de la vida, Me ayudó a ver cosas que deberían cambiar en mi vida. Parece que mis deseos se han convertido en realidad. Dios sabía lo que yo necesitaba.

Y añadió: “Aparte del crecimiento personal, aprendí también acerca de nutrición, hidroterapia, misión en cuanto a salud, profecías bíblicas y, por supuesto, acerca de diferentes enfermedades comunes y su prevención”.

La esperanza de Külli ahora es compartir con otros tales conocimientos y habilidades. Expresó que ha hecho propio el consejo de Fred Hardinge: “Solamente podemos hacer la obra misionera si amamos a la gente con todo nuestro corazón y deseamos ser sus amigos y ayudarlos”.

De esta manera Külli puede presentarles a su mejor Amigo”, añadió.

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