Ted N.C. Wilson, presidente de la iglesia adventista del séptimo día mundial, comparó los desafíos que está enfrentando la educación adventista con la lucha de David contra el gigante Goliat y entregó a centenares de dirigentes de la iglesia el libro Educación, de Elena G. White, para utilizarlo como “piedra” en la batalla en contra de las influencias mundanas que están atacando las escuelas adventistas.
Al hablar en su sermón del sábado, el cual constituye su mensaje pastoral anual, el presidente Wilson instó a los educadores y a las escuelas adventistas, a poner siempre la Biblia y los escritos de Elena G. White, una cofundadora de la iglesia, como el centro de la educación adventista.
Invitó a la plataforma a cinco personas — un profesor de arqueología, un investigador de Elena G. White, dos maestros de escuela secundaria y un administrador de la iglesia, para que hablaran sobre la forma en que la Biblia y los escritos de Elena G. White afectan la educación adventista.
Pero la gran sorpresa para muchos de los centenares de asistentes reunidos en las oficinas mundiales de la iglesia adventista, en Silver Spring, Maryland, para la sesión de negocios del Concilio Anual, tuvo lugar cerca del final de su sermón. El presidente les pidió a los dirigentes de la iglesia, muchos de los cuales son al mismo tiempo educadores, y a otros adoradores que se encontraban en el auditorio con capacidad para 750 personas, que tomaran lo colocado en los compartimentos de sus asientos destinados a los himnarios. En vez de los consabidos himnarios de iglesia, los asistentes encontraron ejemplares nuevos del libro Educación.
“Deseo que tengan un ejemplar nuevo del libro Educación, una de las más valiosas ‘piedras’ que alguna vez podrán poseer en vuestro trabajo y que es un complemento de las instrucciones sobre educación encontradas en la Santa Palabra de Dios”, dijo el presidente Wilson. “Si se leen atentamente y con oración los principios de este libro, pueden cambiar la vida de ustedes y la dirección que sigue su institución.
En una entrevista separada, el presidente Wilson dijo que se había adquirido para el Concilio Anual un total of 1,000 ejemplares del libro Educación —900 en inglés y 100 en español. Habrá disponibles ejemplares extra para los delegados que probablemente no hayan estado presentes en el servicio de adoración, y para otros, durante y después de las reuniones del 5 al 12 de octubre.
La educación adventista está presente en la mente de los dirigentes de la iglesia, después de haber participado de una conferencia de tres días sobre este tema, celebrada inmediatamente antes del Concilio Anual.
En su sermón de 80 minutos de duración, el presidente Wilson se basó fuertemente en textos bíblicos y escritos de Elena G. White para presentar su argumento de que la Biblia y tales escritos constituyen el plano a seguir en la educación adventista.
“Debemos acordarnos de utilizar en su totalidad las instrucciones de Dios para su modelo educacional encontrado en la Santa Palabra de Dios y en el Espíritu de Profecía”, dijo el presidente Wilson. No olviden a dónde nos ha guiado Dios y lo que desea hacer en el futuro por la educación adventista. Aquellos de ustedes que han asistido a las escuelas adventistas, recuerden lo que Dios ha hecho por ustedes al colocarlos en donde se encuentran ahora como líderes. No lo olviden”.
Historias Bíblicas
Relató también tres historias de la Biblia: Sobre cómo David derribó a Goliat con una sola piedra (1 Samuel 17:45-47); del hecho de cómo los israelitas repetidamente se olvidaron de la guía de Dios, registrado en Éxodo; y de cómo Uzías, un rey de Judá “en estos días en que buscó a Jehová, él le prosperó”. Pero se volvió leproso cuando siguió su propio camino al entrar en el templo a quemar incienso (2 Crónicas 26).
“Qué gran lección para nosotros como dirigentes en la educación adventista y en la iglesia en general actualmente”, agregó. “Si buscamos al Señor en todo lo que hacemos, él va a hacer que prospere su iglesia en la gran misión de proclamar el mensaje de los tres ángeles”.
Los tres mensajes angélicos, encontrados en Apocalipsis 14:6-12, son un llamado a reconocer a Dios y a proclamar al mundo que Jesús viene muy pronto.
Dijo también que los educadores adventistas no deben olvidarse de buscar al Señor, aun cuando prosperen como empleados del sistema protestante de educación más grande del mundo, con más de 8,200 escuelas y 100,000 maestros.
“¿Nos sentimos algunas veces tan competentes como para trazar el futuro de la educación adventista sin consultar la Biblia y el Espíritu de Profecía?”, preguntó el Pastor Wilson. “¿Hemos tomado el “incensario” en nuestras manos, pensando que ya hemos llegado y que somos más capaces de determinar la dirección educacional que deben seguir nuestras instituciones, que un simple “Así dice el Señor” en la Biblia y el Espíritu de Profecía?”
El presidente Wilson rindió tributo a los maestros dedicados, incluyendo a su madre, ya fallecida, e instó a los educadores adventistas a nunca verse a sí mismos como “mejores que Dios y que sus santas instrucciones”.
“En nuestra obra educativa de acuerdo al modelo de Dios, no debemos procurar la independencia guiada por nuestra propia voluntad, ni la libertad académica que nos aleja de la elevada y sagrada responsabilidad de instruir a los estudiantes como parte de la gran proclamación final divina de la verdad bíblica y la comprensión profética”, dijo. “Tenemos que resistirnos a los esfuerzos de emplear la alta crítica y el método histórico crítico en nuestra enseñanza de la Biblia, lo cual solamente nos aleja de Dios y exalta nuestro yo, en vez de exaltar a Jesús”.
Deber del Maestro Adventista
En vez de ello; afirmó, los maestros deben usar su aula de clase “para poner en alto a Jesús, su Palabra, su justicia, su servicio en el santuario, su poder salvador en la gran controversia, sus tres mensajes angélicos, su poder creativo manifestado en una creación reciente de seis días de duración, su mensaje de salud, su misión para el mundo en los últimos días, su muy próxima segunda venida”.
Dijo que el educador tiene un deber mucho mayor que el de simplemente proveer conocimiento libresco. Leyendo del libro Educación, p. 98, dijo: “No puede contentarse con transmitirles únicamente conocimientos técnicos, con hacer de ellos meramente contadores expertos, artesanos hábiles o comerciantes de éxito. Su ambición es inculcarles principios de verdad, obediencia, honor, integridad y pureza, principios que los conviertan en una fuerza positiva para la estabilidad y la elevación de la sociedad”.
Los educadores deben cultivar en sus estudiantes su relación con Dios, dijo.
“Deseamos que formen parte de la Misión en las Ciudades y del Ministerio de Salud Integral”, agregó. Permitamos que enfoquen su atención en Cristo y en su justicia y fidelidad a Dios y su Palabra. Permitámosles ser parte de Participación Total de los Miembros bajo la dirección del Espíritu Santo, a fin de que puedan participar activamente en la última advertencia dirigida al mundo. ¡Jesús viene muy pronto!
Misión en las Ciudades es una iniciativa de la iglesia mundial de esparcir el evangelio en las grandes ciudades del mundo. Ministerio de Salud Integral es un programa de la iglesia cuyo blanco es atender las necesidades físicas, sicológicas y espirituales de las comunidades. Participación Total de los Miembros procura animar a cada uno de los 19.5 millones de miembros de iglesia a encontrar formas de activamente dar a conocer a Jesús cada día.
Invitados en la Plataforma
A mitad del sermón, el presidente Wilson invitó a Michael Hasel, arqueólogo y profesor en la Universidad Southern Adventist, en Tennessee, para hablar acerca de la deconstrucción de las Escrituras, un método de interpretación de la Biblia. El profesor Hasel dijo que los maestros debían ser cuidadosos y asegurarse de que el enfoque de deconstrucción en la interpretación de la Biblia, el cual niega la existencia de una verdad absoluta, no entrara en sus aulas y neutralizara la Palabra de Dios.
Después de él, Dwain Esmond, director asociado del Patrimonio Elena. G. White, tomó la palabra para enfatizar que los escritos de Elena G. White juegan un papel clave dentro del sistema de educación adventista.
Finalmente, tres educadores procedentes de California —Paul Negrete, director de la Academia San Gabriel; Bonnie Iversen, directora de desarrollo de la escuela, Velino Salazar, presidente de la Asociación del Sur de California y presidente de la junta escolar— relataron una extraordinaria historia, acerca de cómo su escuela de 500 estudiantes, desde jardín de infantes a grado 12, comenzó a prosperar después de que sus maestros decidieron leer el libro Educación y poner en práctica sus principios.
Este resultado es una buena razón para que los dirigentes de la iglesia dirijan una nueva mirada al libro Educación, dijo el presidente Wilson.
“Deseo poner algo en sus manos: Es una piedra que puede ayudarles a destruir a los gigantes Goliat que ustedes enfrentan. Es una piedra que representa el poder real que les puede dar la victoria sobre las influencias mundanales y lanzar a sus escuelas a la victoria a través de la sangre y la gracia de Jesucristo, el Gran Maestro”, dijo el presidente Wilson.
“Una nueva lectura de este libro bajo la dirección del Espíritu Santo transformó a la Academia San Gabriel y reforzará el sendero de todos ustedes hacia la instrucción celestial tanto en su vida como en su escuela”, añadió.
Animó también a los educadores a no preocuparse por las críticas y los ataques personales si seguían la dirección divina y la Biblia. La iglesia adventista y sus escuelas, añadió, no están destinadas a ser simplemente una denominación entre muchas otras.
“Este es un movimiento único, con un mensaje peculiar y una misión también única, dirigido por el Capitán de las Huestes Celestiales, Jesucristo, el Gran Maestro”, dijo. “La Iglesia Adventista del Séptimo Día no va a quedar neutralizada, ni su sistema educativo va a ser arrebatado por las influencias seculares, si nos sometemos humildemente al Señor y recordamos sus consejos bíblicos y del Espíritu de Profecía. No debemos mezclarnos con el mundo, sino proclamar las doctrinas bíblicas distintivas, centradas en Cristo”.
Traducción por Gloria Castrejón