8 de diciembre de 2016 | Uribia, La Guajira, Colombia | Shirley Rueda/DIA
Unos seiscientos niños de la comunidad indígena wayú en Uribia, La Guajira, en el norte de Colombia, recibieron una bicicleta nueva gracias a la Iglesia Adventista y a los miembros que colaboraron como voluntarios animando a los niños para que asistan todos los días a la escuela. La iniciativa, que fue bautizada “Ruedas para Educar”, concluyó el proyecto del año entre el 7 y el 12 de noviembre pasado, con la entrega de bicicletas a una de las zonas más afectadas por la sequía.
“Este evento ha tenido un gran impacto en esta comunidad necesitada”, dijo Mauricio Buitrago, director de ministerios jóvenes de la Iglesia Adventista en la región Colombiana del Norte y organizador de la iniciativa. “Muchos de los niños tienen que caminar tres o cuatro horas todos los días por caminos de tierra, en un clima desértico, para llegar a la escuela”.
Buitrago dijo que más de cien voluntarios, muchos de ellos de la Universidad Adventista de Colombia en Medellín, y miembros de iglesia participaron en brindarles el tan necesario medio de movilidad.
“Como Iglesia Adventista del Séptimo Día, creemos que educar es redimir”, dijo Buitrago. “Por ello, si los niños estudian, si los niños son formados, tendremos profesionales dedicados que podrán realmente servir a la comunidad”.
La iniciativa “Ruedas para Educar” consistió en la recolección de bicicletas en buena condición, que entonces fueron reparadas y pintadas gracias a donaciones de empresas privadas y el trabajo voluntario de miembros de iglesia y amigos, dijo Buitrago. “Por ello, si nuestros niños estudian, si nuestros niños son formados, tendremos profesionales dedicados que realmente podrán vivir para servir a la comunidad”. La iniciativa fue coordinada en forma conjunta con la Secretaría de Trabajo Social de Uribia.
“Estamos tan agradecidos a Dios por esta gran iniciativa de la Iglesia Adventista”, dijo Jaineth Daza, a cargo del trabajo social en Uribia. “Hay muchos niños que no reciben ningún tipo de educación, porque no cuentan con este medio de transporte, y esto es una gran ayuda para los niños de estas regiones vulnerables que no solo necesitan agua y alimento, sino una manera de llegar a la escuela”.
Además de las bicicletas, los voluntarios también limpiaron parques y calles, llevaron a cabo brigadas de salud, ofrecieron servicios odontológicos, y distribuyeron prendas de vestir y alimentos para los niños de la región.
“Pedimos a Dios que este proyecto pueda continuar multiplicándose aquí, para que más niños, personas y familias puedan verse beneficiados”, dijo Yérica Gutiérrez, directora del Centro Educativo Jururá.
Los medios locales cubrieron la iniciativa, y también el Canal de Noticias de Guajira dedicó varios segmentos de televisión a la obra de la iglesia en la región.
Unos meses atrás, ADRA Colombia y sus voluntarios ya habían brindado ayuda en La Guajira.
Traducción de Marcos Paseggi