Imagen de la Adventist Review

30 de noviembre de 2016 | Brasilia, Brasil | Marcos Paseggi/Adventist Review

El líder de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en la región o División Sudamericana expresó sus condolencias después de que un avión que llevaba a un equipo de fútbol de Brasil y un considerable número de reporteros se estrelló en una zona escarpada al sur de la ciudad Colombiana de Medellín el lunes por la noche. El pastor Erton Köhler, presidente de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Sudamérica, lamentó el trágico accidente que, según diversos informes de los medios, se cobró la vida de al menos 76 personas.

La mayoría de los pasajeros del vuelo contratado eran jugadores y dirigentes del equipo de fútbol brasileño Chapecoense, que iba en camino a jugar la primera final de la Copa Sudamericana contra un equipo colombiano.

Fotografía de archivo de la Adventist Review

“La familia adventista de Sudamérica está orando por las familias afectadas por esta terrible tragedia”, dijo Köhler. “Oramos sinceramente para que la paz y la esperanza que solo Dios puede dar fortalezca a las familias de los jugadores, reporteros y demás personas que viajaban en la aeronave que se estrelló en Colombia”.

La División Sudamericana de la Iglesia Adventista, que tiene su sede en Brasilia, Brasil, comprende los ocho países más meridionales de Sudamérica, lo que incluye a Brasil. Esa nación tiene casi 1,7 millones de miembros adventistas bautizados, lo que lo convierte en el país del mundo con más adventistas.

En un impactante giro de los acontecimientos, la Adventist Review había informado en enero pasado que Carlos Vítor da Costa Ressurreição, un portero de fútbol profesional que fue bautizado en la Iglesia Adventista hace un año, había rechazado firmar un contrato con el equipo Chapecoense, de la primera división, después de que sus dirigentes se negaran a incluir una cláusula especial que le habría permitido faltar a las competencias y entrenamientos en sábado, el día bíblico de reposo. Siguiendo el ejemplo de Cristo, los adventistas de todo el mundo se abstienen de actividades seculares en ese día y, por el contrario, dedican esas horas para adorar a Dios y cultivar las relaciones humanas.

La historia llegó a las primeras planas de los medios de Brasil porque el Chapecoense, o ACF, como se suele conocer, había mostrado interés en contratar a Ressurreição después de que sus actuaciones resultaran fundamentales para que su equipo, el Londrina Esporte Clube, pasara de la tercera a la segunda división del fútbol brasileño.

Las grandes atajadas de Ressurreição en su puesto de portero hicieron que la Confederación Brasileña de Fútbol lo nombrara el “Portero del Año” para la tercera división. Poco después de ello, el Chapecoense le ofreció un contrato que hubiera duplicado su salario.

El nuevo contrato, sin embargo, no fue el único beneficio al que renunció Resurreição. Debido a su negativa de entrenar y jugar los sábados, el Londrina Sporte Clube donde jugaba decidió no renovarle el contrato que finalizaba en mayo pasado, y el portero adventista se vio obligado a dejar de jugar profesionalmente hasta hace solo unos días, cuando firmó un contrato con un nuevo club que respeta su observancia del sábado.

“Me siento en paz porque mi vida se encuentra en las manos de Dios”, declaró Ressurreição semanas antes de quedar sin trabajo. “El Señor ya me ha mostrado en el pasado que él cuidará de mí”.

No podemos sino acompañar en el duelo a los deudos de la reciente catástrofe aérea. Al mismo tiempo, Ressurreição bien puede estar pensando de qué manera una decisión que tomó hace ya unos cuantos meses lo salvó de ser parte de esa horrible tragedia.

Traducción de Marcos Paseggi

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