Madrid, Spain - 11 may 2017
May 10, 2017 | Madrid, España | Marcos Paseggi, corresponsal principal, Adventist Review
Un innovador proyecto de establecimiento de iglesias que apunta a alcanzar la mente secular está añadiendo a la misión de la Iglesia Adventista en Madrid, la capital de España. La iniciativa “Iglesia Cero” —o simplemente “Cero”, como la conocen sus miembros y partidarios— busca conectar a personas que acaso jamás han estado en una iglesia con su necesidad interna de experimentar una experiencia espiritual basada en la Biblia.
“La gente puede pensar que no necesita desarrollar su espiritualidad, pero creo que los seres humanos siempre han sido los mismos”, dijo Ana Lugo, una miembro de la iglesia. “Necesitan una vida espiritual, pero tenemos que conectarnos con ellos usando su lenguaje, y creo que ‘Cero’ está cumpliendo esa función”.
Jonathán Contero, el pastor de la nueva iglesia, concuerda con esa apreciación. “El objetivo de la ‘Iglesia Cero’ es ser atractiva para casi todos, sin renunciar a nuestros principios y fundamentos como adventistas”, dijo. En ‘Cero’, damos lugar a momentos de compañerismo, de real hermandad, que nos permiten conocernos y al mismo tiempo fomentar una relación con el Señor”.
Cómo se terminó en Cero
Contero explicó que debido al rechazo actual de la religión y a un abrumador espíritu secular, Europa presenta grandes desafíos para compartir la Palabra de Dios. “La misión que nos dijo Jesucristo de predicar el evangelio ‘a toda nación, tribu, lengua y pueblo’ requiere de un esfuerzo creativo e imaginativo”, dijo, “para tratar de alcanzar a todos aquellos que han dejado de lado a Dios de sus vidas”.
Por ello, en el contexto de “Misión a las ciudades”—una iniciativa de la iglesia mundial de alcanzar a los miles de millones que viven en ámbitos urbanos, bajo la supervisión de los líderes de Misión Global en la sede central de la iglesia— un grupo inicial de voluntarios estableció una nueva iglesia a mediados de 2015. En octubre de 2016, la iniciativa fue relanzada en una ubicación más grande y remodelada. También fue entonces que los líderes y miembros escogieron dar a la iniciativa un nombre intrigante y distintivo. Y así nació la “Iglesia Cero”.
El proyecto ha recibido el apoyo completo de los líderes y los miembros voluntarios.
“Creo que ‘Cero’ es necesaria, para que los que están analizando por primera vez si Dios puede llegar a ser parte de su vida, puedan comprender inmediatamente que es posible”, dijo la miembro voluntaria Marta Tejel. “Nos gustaría que comenzaran a incluir una dimensión espiritual en sus vidas, de una manera fácil, confortable y contemporánea”.
Los líderes concordaron con ella. “‘Cero’ trata de compartir el mensaje del evangelio con un idioma claro y contemporáneo, de una manera que a las personas que no estén familiarizadas con la Palabra de Dios les resulte atractiva y amigable”, dijeron. “La iglesia sirve para derribar barreras y prejuicios, ideas preconcebidas, para redescubrir al Jesús de la Biblia”.
Una iglesia orientada a la acción
Contero explicó que “Cero” es un llamado al servicio, a la comunión y a la predicación. “Nuestro objetivo primordial es crecer al hacer discípulos que puedan escoger comprometerse con el Señor”, dijo. “Por ello, cada actividad apunta a un tipo de cristianismo práctico, basado en la acción”.
La iglesia de Madrid ha desarrollado varios proyectos de apoyo social, que incluyen ayudar a niños en situaciones de riesgo y a niños con enfermedades crónicas, brindar una mano a los refugiados, visitar a los enfermos, ayudar a los que no tienen hogar, y organizar campamentos para niños con discapacidades.
“En ‘Cero’ creemos en el servicio hacia afuera, en trabajar para beneficiar a otros”, dijo Guillermo Carbonell, miembro de la congregación. “Es la razón por la que nos hemos asociado con organizaciones que trabajan con niños y con refugiados”.
“El objetivo de la Iglesia Cero es estar afuera, compartiendo esperanza y las buenas nuevas”, dijo Stefan Ladovic, uno de los miembros jóvenes. “Al mismo tiempo, queremos hallar una manera de que la gente se sienta parte de nuestra comunidad”.
Es un enfoque, dijo Ladovic, que no solo beneficia a los residentes de la comunidad, sino también a los miembros voluntarios. “Desde el mismo comienzo, descubrí que podía asumir un papel activo”, dijo. “Fue el factor motivador fundamental que me impulsó a permanecer”.
Ladovic contó que, en el pasado, había sentido que tenía talentos que podía usar para beneficiar a otros, aunque no sabía cómo hacerlo. “En ‘Cero’, descubrí que era posible usar mis talentos para el servicio”, dijo, “y me gustaría que otros que acaso están sintiendo lo mismo que yo puedan probarlo”.
Es este enfoque no amenazante lo que está atrayendo a personas tanto seculares como religiosas de diversos trasfondos a la nueva congregación de Madrid.
Tomemos por ejemplo a Esther Suárez, una voluntaria que no es miembro de la iglesia.
“Descubrí a ‘Cero’ en un campamento de niños”, dijo Suárez, quien explicó que, al principio, tenía un poco de desconfianza y hasta temor de los adventistas. “Como católica, tenía mis reservas”, dijo.
Suárez contó, sin embargo, que conoció a “personas maravillosas”, que estaban dispuestas a dar todo lo que tenían a cambio de nada. “Y vi que los niños salían de allí tan felices, que sentí el impulso de ser parte de ello”, expresó.
Con informes de Hope Media España y Noticias de la Unión Española