El presidente de la asociación de Potomac, William Miller (centro) y el presidente de la asociación Allegheny West, William T. Cox Sr. (derecha), consuelan a Susan Bro (izquierda) madre de Heather Heyer. Imagen por Brian Patrick Tagalog

A raíz del violento enfrentamiento en Charlottesville, Virginia, que dejó a una familia llorando la pérdida de un ser amado, 19 otras personas lesionadas y una ciudad totalmente conmocionada, algunos adoradores adventistas del séptimo día se dirigieron al sitio en el centro de la ciudad, en donde los residentes y visitantes se reunieron para dedicar mensajes de consuelo, amor y esperanza en gigantescas pizarras erigidas en la plaza de la ciudad.

Enfrente de un enorme boceto trazado con tiza, de Heather Heyer, la mujer de 32 años que falleció después de haber sido atropellada por un automóvil que se abalanzó sobre una multitud que protestaba contra una manifestación de nacionalistas blancos en su ciudad, los miembros y dirigentes de la iglesia oraron y colocaron rosas y una cadena de oración hecha a mano, en favor de su familia. Luego se dirigieron a la Calle 4, en donde tenían planes de cantar, orar y recitar la oración del “Padrenuestro”.

“Planificamos cuidadosamente cada detalle, incluyendo el reunirnos en el sitio en que Heather fue atropellada, en el momento exacto del incidente, a la 1:42 p.m., y elevar oraciones en favor de todos los que fueron afectados”, dijo Debra Anderson, directora de comunicación de la Asociación de Potomac, quien encabezó dicha respuesta adventista. “Lo que no estaba en nuestros planes fue lo que sucedió luego”.

Al dar vuelta a la esquina de la Calle 4, alguien notó la presencia de Susan Bro, su esposo y los jóvenes adultos a quienes ellos habían pedido que los llevaran al sitio donde su hija había perecido. El grupo observó y esperó en silencio para darle a la familia la privacidad correspondiente.

Miembros de la iglesia adventista en la Unión de Columbia dejan una cadena de oración en el sitio que honraba la memoria de Heather Heyer. Imagen por Brian Patrick Tagalog

Cuando Susan se percató de la presencia del grupo, muchos de entre el cual vestían prendas de vestir de color rojo, les pidió que avanzaran, diciendo: “Está bien, pueden acercarse. “Probablemente los voy a necesitar ahora mismo”.

Había pasado solamente una semana desde la muerte de su hija.

Sin pensarlo un momento más, se acercaron a la pareja, llenándolos de abrazos y palabras de consuelo y ánimo. “Los amamos”, dijo alguien. “Estamos muy tristes por lo que le ocurrió a Heather”, dijo alguien más. “¿Necesitan alguna cosa?”, preguntó todavía otro. La multitud fue haciéndose más grande mientras los adventistas, residentes de la ciudad y visitantes de cerca y de lejos, rodearon a la pareja. Entonces alguien comenzó a cantar “Esta lucecita mía, sí, la dejaré brillar. (Ver aquí un video de este canto)”

“¿Podemos orar por ustedes?”, les preguntó Daniel Xisto, pastor de la iglesia Charlottesville de Potomac. Obtenido su consentimiento, levantó su megáfono y oró de manera que la multitud pudiera escuchar: “Te agradecemos, Señor, porque … el amor es más fuerte que el odio … En este momento, queremos solamente que traigas sanidad sobre esta familia. Descienda tu sanidad. Señor, esta familia ha perdido una luz tan brillante. Y oro porque seas con ellos … que los consueles y fortalezcas en los días y semanas que están por delante. Trae sanidad y paz a este lugar, trae tu sanidad y paz a nuestro corazón…”

Después de guiar al grupo en la repetición de la oración del “Padrenuestro” y más cantos, y al ir agregándose más y más gente para abrazar a la pareja y hablarles palabras de consuelo y solaz, el grupo adventista se hizo a un lado.

“COMO IGLESIA NECESITAMOS DAR UNA RESPUESTA»

La necesidad de aunar esfuerzos movió a los dirigentes de las asociaciones de Allegheny West (AWC) y de Potomac, que cuentan con cuatro iglesias y más de 250 miembros en Charlottesville, a colaborar con la Unión de Columbia en el lanzamiento de una declaración y la planificación de una acción triple de unidad que incluye un servicio de adoración el sábado, una reunión de oración y un almuerzo conjunto.

“Como iglesia, aborrecemos el mal y estamos en contra de personas y organizaciones que perpetúan el odio, la violencia y la discriminación”, dijeron en una declaración publicada el 15 de agosto del presente. “Dios nos llama a cada uno de nosotros a amar, a sentir compasión y a mostrar misericordia hacia todas las personas, independientemente de su género o raza. Honramos ese llamado y nos ponemos solidariamente de parte de aquellos que buscan la paz y la justicia. Prometemos hacer cualquier cosa que esté en nuestro poder para poner fin al surgimiento del racismo, el sexismo y la discriminación, cuandoquiera y dondequiera que esté presente”. (Lea la declaración completa en inglés o en español.)

El sábado de mañana, los miembros de las mencionadas cuatro iglesias se reunieron en la iglesia Bethania, de Allegheny West y a pesar del índice récord de temperatura reinante, marcharon por aproximadamente kilómetro y medio hasta la iglesia Charlottesville de Potomac, cantando y coreando “Love Wins” (El amor triunfa).

Ataviados de rojo y usando un megáfono, los pastores Nathaniel Drew, de la iglesia Bethany y Daniel Xisto, de la iglesia de Charlottesville, dirigen al grupo hacia el servicio conjunto de adoración que reunió a casi doscientos asistentes. Imagen por Brian Patrick Tagalog

Durante el servicio de adoración que prosiguió, cada orador se hizo eco del sentimiento haciendo un llamado para que puedan prevalecer el amor y la unidad. “Cuando ellos hablen de odio, nosotros vamos a hablar de amor mucho más fuerte”, dijo el pastor de Bethany, Nathaniel Drew.

“Lo que ustedes están viendo en el televisor, no es precisamente lo que somos”, dijo el vicepresidente municipal de Charlottesville, Wes Bellamy. “Ahora, más que nunca, estamos unidos, más solidariamente juntos y más que dispuestos a enfrentar y atender nuestros asuntos, no en forma aislada, sino en forma colectiva”.
William Miller, presidente de la asociación de Potomac, que tiene dos iglesias en Charlottesville, explicó la razón por la que quiere participar. “Como iglesia, tenemos necesidad de responder”, dijo. “Esto ha sucedido enfrente de nosotros mismos. Esto ha sucedido en nuestros días”.

Su homólogo, William T. Cox Sr., presidente de la asociación de Allegheny West, que tiene también dos Iglesias en esa ciudad, estuvo de acuerdo: “Estoy seguro de que cuando ejercemos juntos nuestra acción, Dios puede sanar todas nuestras heridas . . . Los problemas no perdurarán por siempre. Dios le ha puesto una fecha de expiración al odio, al temor y al prejuicio. Dios le ha puesto una fecha de expiración a la muerte y al morir”.

Fernando Muller, quien pastorea la congregación Hispana Central de AWC, expresó una razón más en favor de la asistencia al evento: “Cuando comenzamos a hablar acerca de reunirnos este día, hubo una palabra que comenzó a encontrar eco en mi corazón. Esa palabra es compasión”, dijo, produciendo con ello un coro de “Amenes” por parte de los adoradores. “Espero que el día de hoy podamos manifestar compasión porque esa es la razón por la que Dios creó la iglesia, para mostrar compasión en estos momentos”.

Celeste Ryan Blyden presta sus servicios como vicepresidenta de Comunicación Estratégica y Relaciones Públicas de la Unión Asociación de Columbia.

José Cortés Jr., un director ministerial asociado, de la División Norteamericana, y Celeste Ryan Blyden, guían a los adoradores en una oración de entrega y compromiso durante el servicio conjunto del 19 de agosto pasado en Charlottesville, Va. La transcripción de la oración está disponible en online.

Esta historia apareció originalmente en la página web del Columbia Union Visitor. Para más imágenes sobre el evento, entra a la página de Instagram del Columbia Union Visitors Instagram page.

Traducción – Gloria A. Castrejón

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