La nueva sede de la División Norteamericana en Columbia, Maryland, Estados Unidos. Imagen de la División Norteamericana

2 de octubre de 2017 | Columbia, Maryland, Estados Unidos | Marcos Paseggi, corresponsal principal, Adventist Review

La Iglesia Adventista en la región Norteamericana (NAD) trasladó oficialmente sus oficinas del edificio que compartía con la Asociación General (GC) de la Iglesia Adventista mundial en Silver Spring, Maryland, Estados Unidos, a la nueva sede ubicada a 20 kilómetros al norte en Columbia, Maryland, el 18 de septiembre. El traslado coronó años de planificación conjunta con los líderes de la Iglesia Adventista mundial y meses de renovaciones edilicias y consideraciones logísticas.

Un almuerzo de despedida el pasado 29 de agosto coordinado por el equipo de Ministerios de Oración de la Asociación General y un culto de consagración y banquete organizado por el equipo de líderes de la Asociación General el 20 de septiembre estuvieron marcados por momentos de gratitud, risa y lágrimas. Los líderes de la iglesia de la GC y la NAD enfatizaron que la razón principal del traslado es ayudar a que la región se enfoque con intensidad aún mayor en la misión.

La nueva sede de la División Norteamericana en Columbia, Maryland, Estados Unidos. Imagen de la División Norteamericana

“El traslado es para enfocarse en la misión, para el progreso de la misión en la NAD”, dijo Ted N. C. Wilson, presidente de la Iglesia Adventista mundial en un mensaje especial dado durante el culto de consagración. “Agradecemos [a la NAD] por ser parte de la gran familia mundial de los adventistas del séptimo día”.

La división más reciente

Durante décadas, mientras se formaban “divisiones” o regiones de la iglesia en diversas partes del mundo para servir mejor a la feligresía local, la Iglesia Adventista de Norteamérica siguió siendo una sección casi indistinta de la sede de la iglesia mundial.

“A diferencia de las demás divisiones, la División Norteamericana casi siempre ha sido administrada directamente por la Asociación General. En efecto, por muchos años las dos han sido virtualmente indistinguibles”, explicó el editor de la revistaMinistry J. R. Spangler en un artículo allá por abril de 1984 donde analizó el nuevo estatus de la NAD en ese entonces.

Después de algunas recomendaciones a fines de la década de 1970, los delegados al Congreso de la Asociación General 1980 en Dallas, Texas, Estados Unidos, votaron establecer la División Norteamericana como una división separada de la iglesia mundial, al igual que las que ya existían en otras partes del mundo. Por ejemplo, por primera vez a fines de la década de 1980 y comienzos de 1990, se designó a directores de departamento para atender las necesidades y satisfacer los desafíos de la feligresía de la iglesia en Norteamérica. La NAD y la GC, sin embargo, siguieron compartiendo el mismo edificio.

Ernie Castillo, vicepresidente de la División Norteamericana, desempaca sus materiales de oficina en la nueva sede de la división en Columbia, Maryland, Estados Unidos. Imagen de la División Norteamericana

“Los que hemos trabajado en la NAD nos dimos cuenta hace décadas que llegaría la hora cuando la NAD necesitaría más espacio para llevar a cabo su planificación y sus planes”, dijo Juan Prestol Puesán, tesorero de la iglesia mundial, en declaraciones a los empleados de la GC y la NAD durante el culto de consagración. “Nos sentimos felices de que ese momento ha llegado. [Pero] al salir de este lugar, recuerden que esta también es su casa”.

Conexiones cercanas

Los líderes de la iglesia recordaron a los asistentes que la red de conexiones cercanas entre la iglesia mundial y la iglesia de Norteamérica ha sido históricamente sólida.

“Las palabras no pueden expresar adecuadamente las interconexiones entre la GC y la NAD”, dijo Dan Jackson, presidente de la NAD, en un mensaje telefónico en vivo durante el almuerzo de despedida. Jackson, que estaba asistiendo una junta en California y no pudo estar presente en persona en el almuerzo, dijo que tenía palabras de agradecimiento por el apoyo histórico de la iglesia mundial a la NAD. “Hemos sido muy bendecidos a lo largo de los años […]. Por todo el apoyo de sus oraciones, el apoyo verbal, el apoyo real que la NAD ha recibido a través de los años, alabamos a Dios y les decimos: ‘Gracias’”.

Como parte de la transición, se invitó a los empleados de la GC y la NAD para que dejaran mensajes de despedida en una pared que lleva a la sección de las oficinas de la NAD en la sede central de la iglesia. Muchos mensajes enfatizaron de manera conmovedora cuán significativa ha sido la relación entre las dos organizaciones. Otros tuvieron sinceras palabras de aprecio por el tiempo compartido en el edificio. “Los amamos, y vamos a extrañar la camaradería”, escribió un empleado. “¡Muchos buenos momentos! ¡Muchos buenos recuerdos!”, escribió otro.

En general, muchos mensajes de los empleados expresaron el deseo de seguir visitándose mutuamente, en especial teniendo en cuenta que la sede de la NAD se encuentra a tan solo unos minutos del edificio de la GC, y que algunas familias tienen miembros que trabajan en ambas instituciones.

Intimaciones proféticas

Ted Wilson dirige un momento de oración de consagración, en un reciente culto de consagración y despedida de la NAD. Imagen de Pieter Damsteegt

En un momento más solemne, se invitó a los líderes de la GC y la NAD a un culto de consagración para reflexionar en el significado histórico de la obra adventista en Norteamérica y sus implicaciones contemporáneas para la misión.

Wilson comenzó su culto especial de consagración al reflexionar en un enfoque del ministerio impulsado por la misión. Sobre la base del pasaje bíblico deJosué 1:3—“Yo os he entregado […] todos los lugares que pisen las plantas de vuestros pies”—, animó a los líderes de la NAD para que avancen con la misión.

“La NAD se encuentra delante de ustedes, como lo ha estado desde el comienzo”, dijo Wilson a los líderes regionales. “La maravillosa oportunidad que tiene la NAD de alcanzar cada rincón de la división es un don maravilloso de Dios”.

Aunque dejó en claro que no era su intención ser nacionalista, Wilson recordó a los empleados sobre la importancia profética de los Estados Unidos y su trasfondo en relación con los comienzos de la Iglesia Adventista. Después de repasar brevemente lo que enseña la Biblia sobre una bestia que surge de la tierra (Apocalipsis 13:11, 12), que la profecía adventista tradicionalmente ha identificado con los Estados Unidos de América, dijo que en los planes de Dios no existe el azar.

“Dios estableció que su pueblo del tiempo del fin comenzaría en este país por una razón”, dijo al referirse a las contribuciones significativas que la Iglesia Adventista de los Estados Unidos ha hecho al campo mundial. “Se han enviado miles de misioneros; se han gastado millones y millones de dólares”, dijo. “La gente aún mira a los Estados Unidos por una increíble cantidad de apoyo financiero, de oportunidades intelectuales, de la oportunidad de vivir en una sociedad libre. Alabamos a Dios por lo que hizo para preparar a este país para el mensaje adventista”.

Peter Landless, director de Ministerios de Salud de la Iglesia Adventista mundial y oriundo de Sudáfrica, estuvo de acuerdo en que la contribución de Estados Unidos y la región Norteamericana a la iglesia mundial ha sido destacada.

Dan Jackson y G. Alexander Bryant, junto con sus esposas y otros líderes de la NAD, participan en una oración de consagración, durante el reciente culto de despedida de la NAD. Imagen de Pieter Damsteegt

“La NAD ha estado muy cerca de mi corazón a través de los años, porque todas las revistas, todos los misioneros que conocí alguna vez, han provenido de esta región del mundo”, expresó.

Un llamado a enfocarse en la misión

Wilson dijo que aunque la mayoría de los miembros de la Iglesia Adventista vive fuera de la NAD—una región que ahora abarca no solo a los Estados Unidos sino también a Canadá, Bermuda, Guam y los Estados Federados de la Micronesia en el Pacífico—se siente confiando en que “la NAD seguirá siendo una gran fuerza poderosa para la misión”.

Wilson recordó a los líderes que “el traslado [de la NAD] a unos kilómetros de distancia no tiene significación alguna en términos de separarse de la iglesia mundial”, hizo un llamado a todos para que permanezcan enfocados en la misión.

“Avancemos. Movámonos juntos. Permanezcamos juntos. Ocupémonos de la misión de la iglesia. Colocamos nuestros pies en cada rincón del territorio, no solo de Norteamérica sino del mundo”, expresó.

Al mirar hacia el futuro, Jackson dijo que lo que ve como un camino de dos vías se fortalecerá después del traslado a la nueva sede regional.

“Creo que, en los próximos años, el obvio apoyo y las conexiones de la NAD con la iglesia mundial se harán más y más evidentes”, dijo. “Estoy orando por ello, y creo que todos necesitamos orar por ello”.

Wilson se mostró completamente de acuerdo.

“Como lo ha escrito el presidente de la NAD, ‘la iglesia y el pueblo de la División Norteamericana poseen una gran lealtad hacia la Iglesia Adventista mundial’. Lo creemos y lo aceptamos. Entonces, unámonos para avanzar, colocando nuestros pies en cada rincón de esta gran división y en todo el mundo”, expresó.

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