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13 de octubre de 2017 | Silver Spring, Maryland, Estados Unidos | Andrew McChesney, Misión Adventista

Una doctora que estaba orando para que Dios la usara después de escuchar un sermón durante el Concilio anual sobre la obra misionera en las ciudades ayudó a traer un bebé al mundo en el estacionamiento de la sede mundial de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.

La doctora Yvette C. Ross Hebron asistió en el nacimiento de un saludable varoncito en el automóvil de sus padres, quienes habían estado apresurándose para llegar al hospital pero entraron al estacionamiento de la sede de la iglesia en Silver Spring, Maryland, Estados Unidos, después de perderse, poco antes de la 10.00 del 12 de octubre.

Hebron dice que cree que Dios preparó toda la situación.

“La oportunidad más maravillosa en respuesta a nuestras oraciones fue orquestada por el Maestro”, dijo.

Hebron comenzó a orar pidiendo saber cómo hacer más para servir a Dios después de escuchar la predicación del presidente de la iglesia Ted N.C. Wilson ante varios cientos de líderes, durante las reuniones del Concilio Anual en la sede de la Asociación General el 7 de octubre. La doctora y su esposo Harold, que son miembros de la iglesia adventista Emmanuel Brinklow en Ashton, Maryland, habían estado conduciendo a la iglesia y, al ver el estacionamiento lleno en la sede de la iglesia, se detuvieron en cambio a asistir al culto de ese sábado.

“A medida que avanzaba el culto, quedó muy evidente que estábamos en el lugar correcto para este sábado en particular, y que Dios nos había llevado allí con un propósito”, dijo Hebron.

En un sermón titulado “Trabajen en las ciudades sin tardar,” Wilson apeló por un esfuerzo renovado para alcanzar a las personas de las ciudades, y habló de la necesidad de médicos y otros profesionales de salud para alcanzar a los residentes urbanos.

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Cinco días después del sermón, Hebron y su esposo estaban conduciendo junto a la entrada a la sede de la denominación cuando vieron que un hombre entraba al estacionamiento, saltaba frenéticamente de su automóvil, y corría a su alrededor. Bajando la ventanilla, escuchó llantos y gritos. “¡Se viene el bebé!” Entonces escuchó los gritos de la madre expectante en el auto.

“Mi esposo y yo entramos inmediatamente al estacionamiento”, dijo.

Momentos después, nació el bebé. Mientras Harold Hebron llamaba por teléfono a los paramédicos, el nuevo padre se quitó los cordones o agujetas de los zapatos y encontró un par de tijeras en el auto. Siguiendo las directivas de Hebrón, ató el cordón umbilical y lo cortó.

Yvette Hebron envolvió al bebé en una manta de su auto y se aseguró de que estuviera cómodo y respirando bien. Llegó entonces la seguridad de la Asociación General para ayudar a que el lugar estuviera tranquilo. Después de breves minutos, los paramédicos llevaron a una madre sana y estable junto con su bebé al hospital.

Horas más tarde, Hebron visitó a la madre en el hospital y una vez más sostuvo al bebé en sus brazos.

La madre les contó entusiasmada a las enfermeras que Dios había enviado un ángel para ayudarla en el estacionamiento.

“No sé de dónde salió”, dijo la madre. “Solo miré, y allí estaba”.

Los nuevos padres expresaron el deseo de visitar la sede de la Asociación General para saber más de la fe adventista.

En una entrevista, Wilson se mostró maravillado ante la manera que tiene Dios de abrir puertas para las personas que tienen el corazón dispuesto para el servicio.

“Dios brinda inclusive las circunstancias más interesantes como un nacimiento de emergencia para dar gloria a su nombre y permitir que las personas comprometidas participen en la proclamación de los mensajes de los tres ángeles por medio de la testificación personal”, dijo.

Los mensajes de los tres ángeles, que se encuentran en Apocalipsis 14, son un llamado a proclamar el pronto regreso de Cristo al mundo.

“Qué bendición que muchos de los que escucharon el llamado el sábado sobre ‘Misión a las ciudades’ se han tomado a pecho este desafío bíblico y del espíritu de profecía”, dijo. “Alabo a Dios por las personas humildes que aman a Cristo con todo su corazón, y que están dispuestas a ser usadas por el Señor en las grandes ciudades del mundo, y aun en el estacionamiento de la Asociación General. Que todos podamos ser fieles para seguir la orientación del Espíritu Santo al ministrar a las personas como lo hizo Jesús por medio de su poder”.

Hebron dijo que no tiene dudas de que lo que sucedió en el estacionamiento fue una respuesta a la oración.

Esta noticia apareció originalmente en AdventistMission.org

Traducción de Marcos Paseggi

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