Florida, United States - 10 oct 2017
9 de octubre de 2017 | Miami, Florida, Estados Unidos | Libna Stevens/DIA
Casi tres semanas después de que el huracán María destruyó todo a su paso, la isla de Puerto Rico y su gente parece atrapada en otro tiempo. Aún sin energía eléctrica, con escasez de alimentos y gasolina, los bancos que no funcionan normalmente, y sin suficiente artículos y ayuda, “la esperanza parece casi ausente”, dijo el pastor Israel Leito, presidente de la Iglesia Adventista en Interamérica después de una visita de dos días a la isla.
“Es tan deprimente ver tanta necesidad en todas partes”, dijo el pastor Leito, quien ha viajado decenas de veces a la isla en las últimas dos décadas. “Ver tanta destrucción, tantos árboles caídos, animales muertos al costado del camino, largas filas para todo…me rompe el corazón”.
Llevará tiempo hacer que la iglesia vuelva a ser lo que era antes del huracán, dijo el pastor Leito.
Durante los dos días que visitó la isla del 1-3 de octubre, el pastor Leito se reunió con los líderes de la iglesia en San Juan, visitó las dos instituciones principales de la iglesia, y animó a los miembros de iglesia desplazados por la tormenta.
La visita del pastor Leito llevó varios artículos necesarios y teléfonos satelitales para que puedan usarlos los líderes de la iglesia, dado que las comunicaciones se han visto afectadas en toda la isla desde que la tormenta azotó la isla el 20 de septiembre.
Los líderes de la iglesia local en San Juan informaron que muchas iglesias de la isla están haciendo lo mejor que pueden para dar los pocos alimentos y el agua que tienen para ayudar a los miembros y a los integrantes de la comunidad, dijo el pastor Leito. Por ejemplo, los miembros de la iglesia adventista en Toa Baja, una iglesia que aún no está lista para congregarse, se están reuniendo afuera cada sábado para adorar y ofrecer platos de comida en el vecindario, dijo el pastor Leito. “Eso me emociona, porque la fe y el amor cristiano de ellos sigue brillando en medio de una situación tan devastadora”, dijo. “Parece que en medio de su propia catástrofe, están cuidando de la comunidad y unos de otros”.
El pastor Leito instó a los líderes de la iglesia para que sigan animando a las iglesias en la tarea de compartir esperanza y un plato de comida cada sábado para cada miembro y vecino de la comunidad.
Durante su visita, el pastor Leito visitó a los miembros de iglesia albergados en un refugio en Isabela, en la región occidental de la isla. “Oré con ellos y los animé, y les dije que la ayuda estaba en camino”, dijo el pastor Leito. Verlos en un refuio como ese le resultó preocupante al pastor Leito. “Nuestros líderes locales están haciendo todo lo que pueden para hallar otra opción para sus miembros”, dijo.
“Dios está abriendo las puertas en medio de una crisis nacional”, dijo el pastor José Alberto Rodríguez, presidente de la Iglesia Adventista en Puerto Rico. Aunque las dos estaciones de radio han estado caídas desde que azotó la tormenta, los líderes regionales se reúnen día por medio en San Juan, la ciudad capital, para analizar informes, las necesidades de la iglesia, la actividad de la iglesia y los planes de compartir con la feligresía.
“Enfrentamos tantos desafíos, porque muchos de los hogares de nuestros pastores y miembros fueron destruidos por completo, pero a pesar de ello, alabamos al Señor por cuidar de nosotros”, dijo el pastor Rodríguez.
Entretanto, la División Interamericana ha estado proveyendo de fondos de respuesta a emergencias para ayudar a los miembros de iglesia de toda la isla. Asimismo, la iglesia llevó a cabo un envío inicial aéreo de agua, alimentos y artículos asistenciales la semana pasada para ayudar, mientras aún se trabaja en la logística de la distribución de la ayuda en los puertos y aeropuertos de la isla.
Asimismo, la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA) ha enviado un director de respuesta de emergencia para ayudar en la evaluación y coordinación de los esfuerzos asistenciales con los voluntarios locales, para ayudar a miles de personas afectadas.
Los principales líderes de Puerto Rico están dejando que los líderes locales de las cuatro asociaciones y misiones se ocupen de sus miembros y de las escuelas primarias y secundarias de la mejor manera posible, mientras la administración de la unión supervisa las dos instituciones principales de la iglesia: el hospital y la universidad.
El Hospital Bella Vista sigue sirviendo a la comunidad
La institución de salud de la iglesia, el Hospital de Bella Vista, ha seguido operando gracias a sus tres generadores, uno de los cuales está fallando, dijo el pastor Leito, después de visitar a los administradores y el personal del hospital.
“Necesitan otro generador y fondos para hacer que esos generadores sigan funcionando con combustible, que en este momento se está volviendo un gran gasto”, dijo el pastor Leito.
La División Interamericana y la Asociación General se han unido para brindar una ayuda financiera especial de manera de ayudar al hospital a corto plazo, dijo el pastor Leito. “El Hospital Bella Vista ha estado brindando servicios a la comunidad durante más de sesenta años, y tenemos que lograr que la institución siga funcionando con suficiente apoyo, para que continúe sus ministerio de brindar atención de salud”, dijo el pastor Leito.
La División Interamericana ha encontrado un generador de última generación con la ayuda de la Universidad de Loma Linda, que estará cubriendo los costos del envío del generador al Hospital Bella Vista.
Por el momento, el comedor del hospital solo está ofreciendo alimentos a los pacientes y al personal médico esencial, informó el pastor Leito.
La Universidad Adventista de las Antillas reanuda las clases
La Universidad Adventista en Mayagüez ha estado ocupándose de más de doscientos estudiantes internacionales desde que la tormenta afecta el cronograma de clases hace casi tres semanas.
Varios edificios del campus, lo que incluye las residencies estudiantiles, han estado funcionando con generadores cada día. Los estudiantes han recibido alimento y agua todos los días sin falta, informó el pastor Leito. “Sí, ha habido problemas con el faltante de agua potable, pero dadas las circunstancias después de la tormenta, hay agua disponible en el campus”.
Una de las cuestiones principales, sin embargo, es el suministro diario de suficiente agua para atender las necesidades de la institución, según informó el pastor Leito durante su visita.
“La División Interamericana está ayudando a la universidad para construir un nuevo depósito de agua con capacidad para 50 mil galones (190 mil litros)”, dijo el pastor Leito.
Desde la tormenta, la universidad ha estado operando con unos 30 mil galones (unos 114 mil litros) por día, según el doctor Obed Jiménez, presidente de la Universidad Adventista de las Antillas.
“El nuevo depósito de agua mejorará la infraestructura de suministro de agua en el campus justo cuando los estudiantes reanuden las clases”, dijo Jiménez. Entretanto, la universidad está consiguiendo agua para el campus. El nuevo depósito debería estar listo tan pronto como los ingenieros comiencen a caver, añadió.0
Los estudiantes han estado ayudando en la comunidad cerca del campus, trayendo alegría y limpiando los escombros de menor tamaño de la tormenta, dijeron los funcionarios de la universidad.
El personal docente y no docente ha limpiado y preparado la institución para que reanude sus clases en el día de hoy. Jiménez ha estado respondiendo preguntas por medio de sesiones en vivo en la página de Facebook de la institución.
Dado que en promedio hay más de dos mil personas en el campus, es importante que la institución funcione plenamente como lo hacía antes de la tormenta, dijo Jiménez. Jiménez dijo que la institución necesita generadores adicionales para la biblioteca y el departamento de tecnología, dado que las autoridades han anunciado que puede llevar más tiempo restaurar la energía eléctrica en la zona.
Jiménez dijo que la institución jamás ha tenido que suspender clases durante el año escolar como lo hizo durante el huracán María. La institución cerró en 1928 cuando se trasladó a Cuba durante varios años y más tarde regresó a Mayagüez en la década de 1950.
El pastor Leito aseguró a los administradores y líderes locales de que continuará supervisando las instituciones que la iglesia opera allí en Puerto Rico.
“Estamos tratando de garantizar que nuestra universidad pueda atravesar estas circunstancias, y esperar que los estudiantes internacionales decidan quedarse”, dijo el pastor Leito.
Toda la ayuda a las instituciones y a la feligresía de la iglesia está siendo coordinada a través de la sede de la unión, expresó el pastor Leito.
Por más información sobre cómo usted puede ayudar a los miembros de iglesia en Puerto Rico que han sido afectados por los recientes huracanes, ENTRE AQUÍ
Para ayudar a las comunidades afectadas por las catástrofes naturales de Interamérica, envíe un correo electrónico a adra@interamerica.org pidiendo información adicional.
Traducción de Marcos Paseggi