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Imagen de la Universidad de Loma Linda

Salud de la Universidad de Loma Linda, una institución adventista en Loma Linda, California, Estados Unidos, celebró cincuenta años de brindar trasplante de órganos en el sur de California y otras regiones. El almuerzo aniversario del 19 de noviembre enfatizó lo maravilloso de los innovadores médicos y habilidosos cirujanos, así como la generosidad de los donantes y sus familias.

“Loma Linda ha sido una parte crítica e importante en este campo por medio siglo”, dijo el exdirector interino de salud pública de los Estados Unidos y embajador para la donación de órganos, el contralmirarnte Kenneth Moritsugu en el mensaje que compartió durante el evento.

En “el centro mismo de la donación y trasplante”, dijo, se encuentra el elemento humano, un legado hecho posible por las personas comunes. La donación de órganos, ya sea por parte de donantes vivos o donantes fallecidos y sus familias, es “el más grande don que una persona puede dar a otra”, dijo Moritsugu.

“Las ondas de la donación y el trasplante cruzan la nación en esta búsqueda para salvar vidas”, expresó.

El algo demostrado en la vida de la aptamente llamada Eva, quien fue la primera bebé en recibir un trasplante neonatal cardíaco con éxito, aquí mismo en Loma Linda. Su vida fue hecha posible gracias a un niñito llamado Eric, de Georgia, quien, aunque no sobrevivió, vive en el recuerdo por medio de la vida de Eva.

Ella ahora tiene 31 años, y es madre de tres hijos.

“Este es el significado del don de la vida”, dijo Moritsugu.

Los comienzos

Yendo por momentos a una velocidad de 160 kilómetros por hora, oficiales de la Patrulla de Caminos de California corrieron con un riñón donado hasta el Centro Médico de la Universidad de Loma Linda, donde el cirujano Louis Smith, clase de 1949, trasplantó con éxito el órgano para salvar la vida de Paul Anderson. La fecha fue el domingo 23 de abril de 1967, el centésimo día en que Anderson estaba en diálisis.

En el momento, no era una opción llevar a cabo un tratamiento a largo plazo con hemodiálisis, como sí sucede ahora.

Smith se había preparado para este momento con Joseph Murray, el legendario cirujano que llevó a cabo el primer trasplante exitoso de un riñón humano en 1954 en el Hospital Brigham y de Mujeres en Massachusetts. Murray terminaría recibiendo el Premio Nobel en 1990 por su logro.

Smith, a su vez, formó a muchos de los médicos y personal médico docente actual de Salud de la Universidad de Loma Linda. Uno de los que se formó con él fue Roger Hadley, quien ahora es decano de la Escuela de Medicina de la Universidad de Loma Linda y vicepresidente ejecutivo de asuntos médicos en Salud de la Universidad de Loma Linda. Hadley recordó la excelencia técnica de Smith para la cirugía y sus habilidades de comunicación con los pacientes, sus familias y el resto del personal médico.

Smith recibió el Premio al Servicio Distinguido de la institución en 2003 por sus contribuciones a la ciencia médica y por formar a las generaciones futuras. Smith falleció en 2016, pero su hija Patti Catalano asistió a la celebración en la universidad.

“Me siento muy honrada de ver lo que se ha formado a partir de lo que él hizo hace tanto tiempo”, dijo de su padre. Mencionó el recuerdo de su niñez, del momento en que su madre pegó el recorte de un periódico con el relato del hito del trasplante de riñón que había hecho Smith.

En las siguientes décadas se alcanzaron otros hitos, porque Salud de la Universidad de Loma Linda añadió trasplantes de córnea en 1977, trasplantes cardiacos en 1985, de páncreas, riñón e hígado en 1993, de médula ósea en 1998 y de células madre en 1999.

Hasta el 30 de octubre de 2017, el Instituto de Trasplantes ha llevado a cabo 2962 trasplantes de riñón, 808 de corazón, 661 de hígado y 227 de páncreas.

Pioneros en el trasplante de corazón en bebés

La mayor contribución que Salud de la Universidad de Loma Linda ha hecho a la ciencia del trasplante de órganos le dio renombre mundial cuando en 1984, el doctor Leonard Bailey llevó a cabo un trasplante revolucionario de corazón en una bebé recién nacida conocida como Baby Fae, colocándole el corazón de un babuino. Fae fue la primera bebé del mundo en recibir un trasplante cardíaco de otra especie, entrando en la historia médica.

Los intentos previos en otros hospitales de llevar a cabo trasplantes de corazón entre bebés humanos habían fallado. Bailey concibió la idea de trasplantar un corazón de babuino por su deseo de salvar a bebés nacidos con afecciones cardíacas gravísimas.

Mientras integrantes de los medios y activistas de los derechos animales se agolpaban fuera del edificio, Bailey y el personal médico dedicaron toda su energía a la niñita.

Los primeros días después del trasplante fueron muy buenos, dijo Bailey. Pero entonces comenzó a empeorar. “Nada de lo que sucedía tenía sentido”, dijo Bailey.

Cuando Fae falleció el 15 de noviembre de 1984, buscaron respuestas, y descubrieron que su muerte no se debió a un rechazo del corazón de babuino.

En realidad, dijo Bailey, su corazón “fue el último órgano que falló”.

En cierto sentido, sin embargo, el corazón de Baby Fae sigue latiendo, porque Bailey tomó las lecciones que aprendió a partir de la vida de ella y pasó a llevar a cabo el primer trasplante exitoso de corazón de bebé a bebé en 1985, en un niñito llamado Baby Moses. Moses, que ahora tiene 32 años, aún conserva el mismo corazón.

Desde Baby Moses hasta el día de hoy, Salud de la Universidad de Loma Linda ha llevado a cabo 338 trasplantes de corazón en infantes (en menores de un año).

Las historias humanas

Dos pacientes (una que es donante viva y otro que recibió de un órgano) compartieron sus historias durante la celebración. Charles Price dijo que el equipo de trasplante y el personal que atiende a los internados son “algunas de las mejores personas que me he encontrado en la vida”.

Antes de buscar tratamiento en Loma Linda, Price sentía que la vida se le iba escapando, porque médico tras médico, hospital tras hospital, no lograba darle un diagnóstico a su enfermedad. Cuando Salud de la Universidad de Loma Linda le dio el diagnóstico correcto, fue colocado en la lista de espera para recibir un trasplante de hígado.

Después del trasplante, Price se levantó con la cabeza ligera por primera vez en mucho tiempo. Al mirar a la audiencia durante el almuerzo de celebración, vio a algunas de las enfermeras que lo atendieron en el hospital.

“No puedo decir lo suficiente, pero gracias”, dijo. También expresó una profunda gratitud al que le donó el hígado, como así también al Instituto de Trasplantes, por ayudarlo a alcanzar su “quinto re-nacimiento”.

Expresiones de gratitud

De Vera dijo que no fue una coincidencia que la celebración del quincuagésimo aniversario del primer trasplante en Salud de la Universidad de Loma Linda se llevó a cabo durante la semana de Acción de Gracias.

Expresó agradecimiento por los pacientes del Instituto de Trasplantes, y por los donantes de órganos, tanto los que viven como los fallecidos.

“Me siento agradecido, honrado y privilegiado de hacer esto todos los días”, dijo de Vera. “Los trasplantes son en verdad un deporte en equipo”.

La misión de Salud de la Universidad de Loma Linda queda de relieve gracias al milagro del trasplante de órganos, dijo Kerry Heinrich, gerente general del Centro Médico de la Universidad de Loma Linda.

“Nuestra misión es tocar la vida de los pacientes, y los trasplantes llevan a cabo esta tarea de una manera sumamente real”, dijo.

La versión original de esta noticia fue publicada en Salud de la Universidad de Loma Linda

Traducción de Marcos Paseggi

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