Iglesia Adventista de Jamaica llama a luchar contra la violencia y el abuso

27 de agosto de 2018 | Kingston, Jamaica | Nigel Coke/DIA

La Iglesia Adventista de Jamaica está llamando a sus más de 300 mil miembros, otros grupos de la iglesia y la sociedad en general para que se opongan a la violencia y el abuso de todo tipo, en especial contra los niños y los adolescentes.

“Las víctimas deberían ser nuestra prioridad. No tiene que ver con cuidar la imagen sino con salvar vidas”, dijo la doctora Lorraine Vernal, directora de familia, mujeres y niño de la Iglesia Adventista en Jamaica, al dirigirse a los integrantes de la prensa durante el lanzamiento del Año del Niño y el Adolescente en la sede regional de la iglesia en Kingston, el 24 de abril de 2018.

La doctora Lorraine Vernal, directora de familia, mujeres, niños y adolescentes de la Iglesia Adventista de Jamaica, presenta el mensaje principal el 24 de abril de 2018. Fotografía de Nigel Coke

“Seamos deliberados como padres, maestros y figuras en autoridad para aprender la diferencia entre el abuso y la disciplina”, dijo Vernal. “Tenemos que romper el silencio sobre todo tipo de abuso e informarlo, aun si el infractor es un pariente, pastor o líder de la comunidad”.

Vernal expresó que la Iglesia Adventista del Séptimo Día está comprometida con la tarea de hacer que la iglesia sea un lugar seguro para los niños y los adolescentes. Tomamos en serio nuestra responsabilidad de minimizar el riesgo de abuso sexual infantil y violencia contra los niños en el ámbito eclesiástico. Como líderes, tenemos que ver los ataques a nuestros niños como algo maligno y, por ello, tenemos que vivir con ética y estar atentos, para que las iglesias e instituciones sean lugares seguros para los jóvenes”.

Las cifras de la Secretaría del Registro Infantil muestran una tendencia en alza en la cantidad de casos informados de en su mayoría niñas que fueron abusadas sexualmente en el período 2005-2017. Es interesante que las cifras pasaron de 121 en 2007 a 3806 en 2015 y que, según las estadísticas de la policía, el abuso sexual de los niños es ahora uno de los delitos de más marcado crecimiento en Jamaica.

Como prueba de su compromiso con la protección de los niños, la iglesia organizó un seminario de capacitación sobre protección infantil para decenas de administradores, pastores, docentes y consejeros provenientes de las cinco asociaciones, iglesias y escuelas de la isla. Esto se llevó a cabo para implementar una Ley de Cuidado y Protección Infantil, les relacionadas con los niños y jóvenes, y los reglamentos que detalla Adventist Risk Management, explicó Vernal.

Audrey Budhi, directora de programas infantiles y de familia de la Agencia de Servicios Familiares y de Protección Infantil, presenta su mensaje. Fotografía de Nigel Coke

En su mensaje a los medios, Audrey Budhi, directora de programas infantiles y de familia de la Agencia de Servicios Familiares y de Protección Infantil, celebró los esfuerzos de la Iglesia Adventista, y comprometió el apoyo de la agencia.

Budhi prometió el apoyo incondicional de la agencia a la iniciativa de la iglesia, y dijo que es un desafío abrumador, pero dijo que quién otra podría llevar adelante esa noble tarea en Jamaica que la Iglesia Adventista del Séptimo Día. “Queremos tener la capacidad de regresar a los días cuando la iglesia ocupaba un lugar primordial en la crianza de los niños”, dijo Budhi.

“Necesitamos volver a recuperar nuestras comunidades y pueblos. Nuestro objetivo es ayudar a construir una Jamaica apta para los niños y la familia de la iglesia, y la comunidad es integral en este sentido”, dijo Budhi.

Un seminario titulado “El establecimiento de un reglamento de protección infantil” ocupó un lugar central para los 52 empleados de la iglesia que participaron del evento de capacitación.

Betty-Ann Blaine, una muy conocida defensora de los niños, y la consultora del Ministerio Internacional Georgia Lewis-Scott, presentaron temas tales como Factores de riesgo infantil, Ley de Cuidado y Protección Infantil de Jamaica, Qué tiene que saber usted sobre abuso infantil; Creación de un reglamento de protección infantil en su iglesia (CPP), Mejores prácticas en el diseño y la implementación del CPP, y Claves para programas sustentables de prevención y promoción.

Betty-Ann Blaine, disertante y defensora de los derechos de los niños (derecha), durante una de sus presentaciones a los participantes del seminario sobre el Reglamento del establecimiento de la protección infantil en Kingston. Fotografía de Nigel Coke

Blaine explicó que es necesario no solo para los adventistas, sino que todos los grupos religiosos implementen un CPP porque “la iglesia es un blanco fácil de los depredadores sexuales, porque creen que la gente de la iglesia es ingenua. Saben que los miembros de iglesia aún están diciendo que eso no es posible que pase en sus congregaciones, y algunos se muestran resistentes al cambio y no creen que las iglesias deberían exigir el certificado de antecedentes o siquiera preparar CPP”.

Vernal agregó asimismo que ya se ha establecido una comisión para preparar un manual de reglamentos de protección infantil, que debería completarse para fines de este año para entonces usarse en iglesias, escuelas e instituciones. “Un elemento crítico del reglamento es la averiguación de antecedentes de los voluntarios y obreros que son responsables de cuidar a nuestros niños”.

Las actividades que marcan el Año del Niño y el Adolescente en Jamaica incluyen ser sede de una convención de niños y adolescentes, la observancia del día de EndItKnow, una Semana de Oración para Niños y Adolescentes, y un fin de semana de los niños vulnerables y en cuidados temporales, entre otras actividades.

“Las víctimas necesitan saber y creer que no merecen que se los trate mal”, volvió a enfatizar Vernal. “Decimos: ¡Pongamos fin a la violencia y el abuso contra los niños y adolescentes! ¡Tenemos que poner le fin ahora mismo!”

La Iglesia Adventista de Jamaica tiene más de 307 mil miembros de iglesia que se reúnen en 738 iglesias y congregaciones. La iglesia administra 29 escuelas primarias y secundarias, una universidad y un hospital.

Traducción de Marcos Paseggi