Fotografía de Andrew McChesney, Misión Adventista

Jannie Bekker, un amable sudafricano de cabellos rubios ondulados, fue enviado a la capital de Vietnam con dos millones de dólares y la trascendental tarea de establecer el primer “centro de influencia” de la iglesia en ese país del sudeste asiático.

Bekker, sin embargo, no podía hallar una propiedad adecuada en Hanoi. El precio que le pedían superaba los dos millones de dólares, y a menudo rondaba los tres y los cuatro millones.

Entonces, un día, alguien le ofreció un terreno de primera calidad con un edificio nuevo de siete pisos por solo 1,8 millones… y el resto es historia.

Bekker estaba radiante de gozo el 22 de mayo de 2018, cuando el presidente de la Iglesia Adventista Ted N.C. Wilson y otros líderes inauguraron un edificio de siete pisos, que albergará una librería, una tienda de alimentos saludables, una escuela de idioma extranjero, una escuela de música, un centro de salud, la sede de ADRA Vietnam, y salones para que se reúnan dos congregaciones.

“Dios se apareció de manera más milagrosa que lo que podría haber imaginado”, dijo Bekker. “Nos dio más de lo que habíamos pedido en oración”.

Al hablar en la ceremonia de apertura, Wilson reconoció el trabajo duro de Bekker y de su asesor de construcción Peter Kookik y otras personas para levantar el centro comunitario, que se llama Emprendimiento Avanzar.

“Dios obra milagros por medio de las personas, de manera que no estamos dando la gloria a las personas. Le damos la gloria a Dios, que usa a sus siervos para hacer grandes cosas”, dijo Wilson. “¡Qué bendición ser usados por Dios para tocar la vida de las personas en las grandes ciudades!”

Wilson entrega una llave simbólica en la ceremonia de inauguración del centro comunitario Emprendimiento Avanzar en Hanoi, Vietnam. A su derecha se encuentra Jannie Bekker, quien jugó un papel clave en la apertura del centro comunitario. Fotografía de Andrew McChesney, Misión Adventista

Se siembra una semilla

Los orígenes del proyecto se remontan a 2014, cuando Wilson visitó Hanoi en el norte después de conducir una histórica campaña de evangelización en Ho Chi Minh, en el sur del país. Wilson fue la primera persona no nativa a la que se autorizó hablar en un evento adventista de evangelismo en Vietnam desde 1975, un gran paso para la iglesia, después de que en 2008, el gobierno otorgara permiso a la denominación para volver a operar.

Después de la visita, Wilson pidió que se estableciera un centro comunitario para servir a los habitantes de Hanoi, y se asignó a Bekker al proyecto. Wilson prometió ayudar a juntar los fondos, con la idea de colaborar en partes iguales el monto que aportaran la División de Asia Pacífico Sur y la Unión Misión del Sudeste Asiático de la Iglesia Adventista. Al final, la iglesia mundial terminó aportando un millón de dólares, y la división y la unión aportaron 500 mil dólares cada una.

A pesar de ello, Bekker no podía hallar un terreno apropiado. Las propiedades que visitó costaban mucho o estaban en lugares no adecuados. Una posible compra finalmente se cayó.

“He perdido la cuenta de cuántos viajes hice a Vietnam”, dijo Bekker, que a veces viajó con los líderes de la unión y la división. “Quizá fueron unas quince o veinte veces”.

Entonces, el amigo de un amigo presentó a Bekker a un constructor que era dueño de un terreno y estaba construyendo un edificio de siete pisos en él. El constructor quería tan solo 1,8 millones de dólares por todo. Cuando Bekker vio la propiedad, se dio cuenta de que era perfecta.

La burocracia y otros inconvenientes retrasaron la finalización de la compra. Otro comprador tomó nota de la propiedad y ofreció una suma mayor de dinero. Bekker siguió orando, y el constructor finalmente rechazó la nueva oferta, expresando que el plan adventista buscaba beneficiar a la comunidad y no enriquecer a sus dueños.

El presidente de la Iglesia Adventista Ted N.C. Wilson saluda a una niña junto a su esposa Nancy, en Hanoi, Vietnam, el 22 de mayo de 2018. Fotografía de Andrew McChesney, Mission Adventista

Los que participaron del proyecto no pueden explicar la compra.

“Fue realmente un milagro”, dijo Koolik, que es australiano y ha asesorado a la iglesia sobre propiedades en diversas partes del mundo. “Aquí no hay agencias de bienes raíces o inmobiliarias. Todo es de palabra”.

“Dios hizo más de lo que esperábamos, y sigue haciendo más y más cada día”, dijo Bekker. “Por eso, le damos a él toda la gloria y la honra”.

Un don especial de Dios

Durante la inauguración, los líderes adventistas recorrieron el centro comunitario y oraron en cada uno de los pisos. La iglesia cuenta con quince pastores ordenados en Vietnam, y todos fueron invitados al evento. También asistieron cuarenta agricultores, que alquilaron un autobús en el sur de Vietnam y recorrieron mil kilómetros en dos días hasta Hanoi, además de algunos líderes laicos como Vo Hiep, de 75 años.

“Este es un regalo especial del Señor”, dijo Vo al referirse al centro comunitario.

Vo, que ha construido siete iglesias en Vietnam con dinero que recolectó de vietnamitas que viven en el extranjero, expresó el deseo de que algún día se erija un centro comunitario similar en Da Nang City, su ciudad natal, que está a catorce horas de tren desde Hanoi.

La Iglesia Adventista cuenta con unos 12.600 miembros en Vietnam, un país de 93 millones de habitantes.

Después de la inauguración, Wilson visitó a dos importantes funcionarios de gobierno para agradecerles por su apoyo que permitió la apertura del centro comunitario, y por la libertad religiosa que Vietnam brinda a sus ciudadanos.

Wilson (segundo desde la izquierda) corta la cinta roja junto a Somchai Chuenjit, presidente de la Unión Misión del Sudeste Asiático, y otros líderes. Fotografía de Andrew McChesney, Misión Adventista

“Quiero asegurarles el compromiso adventista a la hora de ayudar a la sociedad”, expresó Wilson al senador Ngo Sach Thuc, vicepresidente del Frente Fatherland Vietnam, que supervisa las organizaciones religiosas en Vietnam.

Ngo habló en elogiosos términos de las iniciativas adventistas para ayudar a otros.

“Apreciamos lo que la Iglesia Adventista está haciendo para ayudar al pueblo de Vietnam”, dijo.

Dos horas después, el general Vu Chien Thang, senador y presidente de la Junta de Gobierno de Asuntos Religiosos, recibió a Wilson en su oficina y lo felicitó por la inauguración del centro comunitario.

“Apreciamos lo que está haciendo, y lo que están haciendo los miembros de iglesia en Vietnam”, expresó. “Podemos ver que la Iglesia Adventista está haciendo mucho bien en la comunidad, ayudando a los pobres y de múltiples maneras”.

Wilson compartió pasajes de la Biblia con los dos funcionarios del gobierno y oró por ellos.

Junto a Wilson durante todo el día estuvo Tran Thanh Truyen, presidente de la Misión de Vietnam. Su amplia sonrisa manifestó lo complacido que estaba.

“Han pasado diez años desde que el gobierno nos reconoció oficialmente”, dijo en su mensaje durante la ceremonia de inauguración. “Estoy seguro de que Dios bendecirá aún más a Vietnam”.

Este informe apareció originalmente en AdventistMission.org

Traducción de Marcos Paseggi

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