21 de agosto de 2018 | Puebla, México | Libna Stevens/DIA
Casi cinco mil líderes de grupos pequeños en la región Interoceánica de México celebraron el crecimiento en evangelismo, fortalecieron el ministerio y renovaron su compromiso para continuar compartiendo en evangelio en sus comunidades, durante un gran encuentro llevado a cabo del 17 al 18 de agosto de 2018.
La celebración del festival, denominado como “Primero la misión” y llevada a cabo en el Centro Expositor de Puebla, México, reunió a líderes de la iglesia mundial para ser testigos del progreso de la iglesia, y animó a los congregados para que sigan proclamando el mensaje de salvación.
Primero la misión
Ted N.C. Wilson, presidente de la Iglesia Adventista, celebró el esforzado trabajo de los líderes de la iglesia y de los grupos pequeños al reclamar las promesas de Dios y avanzar con la misión de alcanzar a los perdidos en cada rincón de la región Unión Interoceánica de México.
“Estoy tan impresionado por la manera en que Dios está obrando por medio de ustedes”, dijo el pastor Wilson. “Es la comisión especial que Dios les ha dado, la de ser parte de esta proclamación del evangelio en los últimos días”.
El pastor Wilson motivó a la congregación para que sigan siendo embajadores de Cristo, según se menciona en 2 Corintios 5. “Dios los está llamando a la acción y a la misión en primer lugar”.
“Dios quiere que proclamen su Palabra y sean parte de Todos los Miembros Involucrados, proclamando los mensajes de los tres ángeles, la justicia de Dios, la predicación del evangelio de la paz, y siendo una bendición para la comunidad, llevando a las personas al pie de la cruz”, dijo el pastor Wilson.
El líder adventista invitó a los líderes de grupos pequeños para que humillen sus corazones ante Dios, dejen de lado el yo y permitan que Jesús controle sus vidas por completo.
Al reflexionar en el libro de Juan 9 el versículo 4, el pastor Wilson señaló de qué manera Jesús mismo se refirió a su obra, y cuán en sintonía estaba él con el lema “Primero la misión”, porque Jesús reconocía la urgencia de la necesidad.
“Dios los está llamando a que sepan qué creer y a quién creer”, dijo Wilson. “Muchos de ustedes pueden enfrentar persecución y acoso. La gente los rechazará, pero no se desanimen; sepan tan solo que sirven a la mayor autoridad del universo”.
“Pongan en primer lugar a la misión hasta que Cristo venga”, los animó el pastor Wilson.
El pastor Elie Henry, presidente de la Iglesia Adventista en Interamérica, recordó a los líderes de los grupos pequeños que tienen que depender del Espíritu Santo.
“El Espíritu Santo es el catalizador, el que los lleva al compromiso con la misión”, dijo el pastor Henry al dirigirse a la delegación.
“Ustedes están mostrando aquí lo que Dios está haciendo por medio de ustedes y los grupos pequeños que lideran”, dijo el pastor Henry. “Para seguir creciendo, tenemos que estar en Cristo, y tenemos que estar en la Palabra de Dios”. No es el propósito de los grupos pequeños seguir siendo pequeños, añadió. “El propósito principal de ellos es crecer aún más”.
Líder de un grupo pequeño
Las palabras del pastor Wilson, del pastor Henry y de otros oradores durante la convención hallaron eco en Miralda Ortiz Rinza, quien viajó desde el estado de Veracruz en la región sudeste. Ella fue uno de los 4800 líderes de grupos pequeños llevada por su asociación local para participar de presentaciones y seminarios especiales, durante los dos días del festival. Ortiz recibió el principal reconocimiento por su liderazgo al ayudar a 46 personas que aceptaron a Cristo y fueron bautizadas en la iglesia.
“Contar a otros cuán bueno es Dios y las grandes cosas que él ha hecho por mí ha sido mi principal misión los últimos nueve años”, dijo Ortiz, que ha asumido muy en serio el papel de embajadora de Cristo como líder de un grupo pequeño en la ciudad de Coatzacoalcos.
Estar al frente de un grupo pequeño de veinte personas todos los miércoles en su casa le da alegría y gozo. Provee alimento y bebidas a los miembros del grupo y las cuatro o cinco visitas, antes de sumergirse en el estudio de la Biblia y orar juntos. Los jueves, visita a los nuevos, visita a otros los viernes, es anciana de su iglesia, asiste a su congregación los sábados, y trabaja con el pastor en la estrategia de las actividades misioneras. Hace otras visitas los domingos, lunes y martes, mientras se conecta con las personas mediante WhatsApp para enviar mensajes de aliento, pedidos de oración. También les recuerda de la reunión de los miércoles.
Tiene en claro su papel de establecer los cimientos bíblicos de los nuevos creyentes antes de que se unan a la iglesia. “El trabajo real comienza después de que son bautizados, porque necesitan ser fuertes en su nueva fe, con un plan específico de retención”, dijo Ortiz, una tarea que les lleva al menos un año en completar, explicó.
Ortiz dice que no puede imaginar no ser parte de un ministerio de grupos pequeños. “Me parece que no podría existir. Sentiría como si me faltara un brazo”. Ortiz cuida todos los días a su esposo enfermo en su casa, lo deja sentado antes de salir a hacer visitas, distribuyen alimentos en vecindarios necesitados, organiza brigadas de salud y campañas de evangelización en comunidades sin presencia adventista junto con su grupo pequeño. “Realmente no tengo tiempo de estar triste, porque llevar a otros a Cristo me mantiene en movimiento. Es mi pasión, y lo seguirá siendo hasta el día en que Cristo vuelva”.
Los grupos pequeños fortalecen a la iglesia
Ortiz es parte de los 9800 líderes de grupos pequeños de la Unión Interoceánica de México que han contribuido en el fortalecimiento de la iglesia durante los últimos diez años, convirtiéndose en la primer región de Interamérica en el ministerio de grupos pequeños, dijo el pastor Melchor Ferreyra, director de ministerios personales de la Iglesia Adventista en Interamérica.
“Los grupos pequeños no son tan solo otro programa de la iglesia; deberían en realidad llegar a ser la vida de la iglesia”, dijo Ferreyra. Implica volver a la vida que vivieron los primeros cristianos en tiempos del Nuevo Testamento, reuniéndose en grupos pequeños con un método efectivo de discipulado con camaradería, estudio de la Biblia, oración y testificación en sus comunidades, dijo Ferreyra. “Los grupos pequeños trabajan juntos, testifican juntos y estudian juntos. La iglesia del siglo XXI no es la iglesia de multitudes y de muchos eventos, sino la iglesia donde están las necesidades”.
No implica tan solo traer personas a la iglesia, dijo Ferreyra. “Implica llevar la iglesia donde se encuentran las personas, y eso es lo que hacen los grupos pequeños”.
Los grupos pequeños son parte de la iglesia que crece con nuevos miembros que efectúan una transición hacia la vida de la iglesia, explicó Ferreyra. “Llegan a ser parte de las clases de Escuela Sabática, se vuelven activos en la iglesia, multiplican los esfuerzos para que la iglesia crezca aún más, lo que produce nuevas congregaciones que se tornan iglesias sólidas”, dijo Ferreyra.
Crecimiento de los grupos pequeños
Eso es precisamente lo que se está produciendo en la Unión Interoceánica Mexicana y en otras uniones de la División Interamericana, dijo Ferreyra. En el presente hay 80 mil grupos pequeños activos en las 22 mil iglesias y congregaciones de Interamérica.
La Unión Interoceánica Mexicana posee el plan más abarcador, según Ferreyra, uno que puede inspirar a otras uniones para fortalecer sus grupos pequeños. Una decena de líderes de las 24 uniones de la División Interamericana fueron testigos del trabajo duro de los líderes de la iglesia, los pastores y los directores de los grupos pequeños durante el evento.
El festival brindó una oportunidad de que las once asociaciones y misiones del territorio informen sobre sus progresos, reciban capacitación de parte de los líderes de la Iglesia Adventista mundial, disfruten de inspiración espiritual y de la oportunidad de evaluar el ministerio de grupos pequeños que han estado creciendo desde 2008, dijo el pastor Moisés Reyna, presidente de la Iglesia Adventista en la región Interoceánica Mexicana.
De los seis mil grupos que se formaron hace diez años, los 9800 grupos actuales hablan volúmenes, porque es un ministerio que apoya el trabajo del pastor en la retención de miembros y que permite que los miembros participen de la misión de la iglesia, explicó Reyna. “No es que los grupos pequeños están trayendo miles de bautismos más cada año, sino que los miembros están quedándose en la iglesia y están más involucrados, y que hay menos que se están yendo de la iglesia”, dijo. “La clave de los grupos pequeños es la retención de los miembros”.
Retención de los miembros
Ese método de retención de los miembros gracias a los grupos pequeños apoya la obra de los pastores distritales, que a veces tienen que supervisar a 15, 25 o hasta 30 iglesias, según Reyna. “Nuestros 240 pastores distritales simplemente no pueden hacer todo el trabajo de retención, de manera que dependemos de los grupos pequeños como una parte esencial del crecimiento de la iglesia, porque si un nuevo miembro no llega gracias al ministerio de los grupos pequeños, el proceso queda un tanto desarticulado porque acaso la persona no esté tan firme en la fe para llegar a ser un miembro activo inmediatamente”, añadió Reyna.
Los grupos pequeños recibieron el desafío de buscar al menos a dos miembros inactivos de la iglesia, y de participar de una misión de rescate para traer a los adventistas que han dejado la iglesia, dijo Reyna.
La bendición del ministerio de grupos pequeños ha producido un gran desafío a los líderes de la iglesia en el lugar. Se necesitan nuevas iglesias, dijo Reyna. “Simplemente no tenemos los recursos financieros para adquirir propiedades para construir iglesias ahora mismo”, dijo. La iglesia ha tenido un plan para construir iglesias, pero hasta el momento, los líderes no pueden estar a la par del crecimiento de los miembros.
“Muchas de nuestras congregaciones alquilan salones y auditorios más grandes en los que realizar sus cultos”, dijo Reyna. La unión está empleando un promedio de doce nuevos pastores, para que estos estén al frente de la creciente feligresía.
Los delegados recibieron un manual con presentaciones sobre retención de miembros, instrucciones de cómo hacer que más miembros participen de la misión de la iglesia en la iniciativa Todos los Miembros Involucrados de la iglesia mundial, el papel de la Escuela Sabática, los mensajes de los tres ángeles y el santuario celestial y su función, entre otros. Al mismo tiempo, la unión presentó un plan de doce meses con iniciativas, actividades y eventos, para fortalecer a los líderes de los grupos pequeños en su ministerio.
Los oradores invitados durante el Festival de Líderes de Grupos Pequeños incluyeron al pastor Ramón Canals, director de ministerios personales de la Iglesia Adventista; el doctor Alberto Timm, director asociado del Patrimonio White; el pastor Leonard Johnson, secretario ejecutivo de la División Interamericana; y Filiberto Verduzco, tesorero de la División Interamericana.
La Unión Interoceánica Mexicana supervisa a once asociaciones y misiones en los estados de Guerrero, Hidalgo, Morelos, Oaxaca, Puebla, Tlaxcala, el sudeste de Tabasco hasta el río de Samaria y Mexcalapa, y Veracruz. Hay más de 206.500 adventistas que se reúnen en 3046 iglesias y congregaciones en la Unión Interoceánica Mexicana. La Iglesia Adventista en la Unión Mexicana Interoceánica también administra noventa escuelas primarias y secundarias en el territorio.
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Traducción de Marcos Paseggi