“El diezmo es sagrado”, destacó Juan Prestol-Puesán, tesorero de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, “y no lo tomamos de manera trivial”. Los comentarios de Prestol-Puesán fueron parte de una actualización de la Junta Directiva de la Asociación General sobre el uso que hace la iglesia de una importante devolución de los diezmos que comenzó en 2007.
Un compromiso inesperado
El informe financiero de Prestol-Puesán repasó brevemente la historia de este “diezmo extraordinario”, un término usado para designer devoluciones sustanciales de diezmos que se dan en circunstancias especiales. En este caso, a comienzos de 2007, una familia notificó a los líderes de la iglesia su intención de vender los activos de sus empresas internacionales. La familia se había comprometido a devolver fielmente el diezmo sobre las ganancias de las ventas a medida que estas se llevaran a cabo.
“El monto era extraordinariamente grande”, explicó Prestol-Puesán. Se hicieron amplias consultas respecto de dónde devolver el diezmo. Los líderes de la asociación local y de la unión, los directivos de la Iglesia Adventista en Norteamérica y los líderes de la iglesia mundial, fueron contactados para analizar el mejor enfoque para recibir los fondos.
El consenso dentro de la iglesia fue que esos fondos de diezmos deberían ser remitidos directamente a la Asociación General. Dos factores primordiales impulsaron esa decisión.
En primer lugar, todas las partes acordaron que una suma tan grande de diezmos distorsionaría dramáticamente las estructuras de los ministerios de las asociaciones locales involucradas. Según los reglamentos de la iglesia, el diezmo solo puede ser usado para ciertos objetivos ministeriales relacionados directamente con el crecimiento del reino. Una gran organización que opera a escala global, fue el razonamiento, podría aplicar de manera más efectiva y apropiada esos fondos.
El segundo factor fue el marco internacional de la compañía que se puso en venta. “La empresa era por naturaleza multinacional, y los fondos habían sido obtenidos en múltiples regiones geográficas, que abarcan múltiples regiones del mundo”, explicó Prestol-Puesán. “El sentimiento fue que la Asociación General, antes que la asociación local, estaba en una mejor posición para administrar esos fondos”.
Circunstancias particulares
El consenso de los líderes de la iglesia fue solicitar a la Junta Directiva de la Asociación General en Concilio Anual que se vote una variación de los reglamentos aplicables de distribución, que estipulan que el diezmo es remitido por medio de una congregación local a una asociación local. De allí, partes son enviadas a la unión local, a la división y, finalmente, a la Asociación General.
“La cuestión fue presentada a la Junta Directiva de la Asociación General en el Concilio Anual en octubre de 2007”, recordó Prestol-Puesán. “Se votó la variación del reglamento, y entonces se autorizó a la Tesorería de la Asociación General a que recibiera esos fondos de diezmos”. La investigación en los archivos de la Asociación General ha confirmado que esta ha sido la única variación en la recepción de los diezmos que se ha votado en la historia de la iglesia.
Como parte de su informe financiero ante la Junta Directiva de este año, el tesorero de la iglesia mundial compartió entonces un cronograma de votos que afirmaron la variación respecto del reglamento, a la vez que mantuvo informados a los líderes y delegados de la iglesia. El Concilio de Primavera de la Junta Directiva de la Asociación General en 2008 confirmó la decisión, dijo Prestol-Puesán.
Adicionalmente, se estableció un fondo operativo por separado para esos fondos y en forma mensual se pusieron a disposición de todos los miembros de la Junta Directiva de la Asociación General informes detallados al respecto. Por último, los delegados votaron un informe detallado relacionado con la actividad del fondo, como parte del informe financiero del Congreso de la Asociación General, tanto en 2010 como en 2015.
Distribución global
En un período de diez años (2007-2017), la familia ha continuado enviando multiples cuotas de esos fondos de diezmos generados por la venta continuada de los activos de la compañía. Los desembolsos han sido recibidos por la Tesorería de la Asociación General, y la mayoría de ellos han sido aplicados a diversas partes del mundo para actividades y proyectos de edificación del reino, así como para iniciativas de la Asociación General. La asignación de los fondos ha sido coordinada junto con las divisiones (regiones) de la iglesia mundial, y en respuesta a una diversidad de propuestas de proyectos misioneros que provinieron de esas divisiones. Prestol-Puesán dejó en claro que esos fondos no han sido usados para las operaciones generales de la Asociación General o alguna otra entidad.
Prestol-Puesán también informó que el desembolso más reciente de esos fondos de diezmos fue remitido hacia fines de 2017. Dado que desde 2015 la familia no había remitido ningún fondo de diezmo, se buscó aclaración respecto de la fuente de los fondos. Prestol-Puesán compartió que ha recibido una carta de la familia, que confirma que los activos restantes vendidos a fines del verano de 2017 y el diezmo de ese monto son parte de los términos del acuerdo que ya tiene una década.
Prestol-Puesán concluyó su presentación enfatizando el compromiso de la iglesia con la supervisión diligente del uso del diezmo. “Queremos asegurar a la iglesia que la razón por la que esto es de suma importancia se debe a que tratamos con cuidado a los diezmos”, dijo. “Ejercemos precaución extra para tratar con esos fondos de la manera más respetuosa y apropiada”.
Traducción de Marcos Paseggi