Lo que sigue a continuación es un mensaje para los miembros de la Iglesia Adventista de parte de Ted N. C. Wilson, presidente de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, antes del comienzo del Concilio Anual. ~ Editores de la Adventist Review
Saludos a cada uno de ustedes como miembros de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en todo el mundo, a los casi 21 millones de miembros. Sí, les estoy hablando directamente a cada uno de ustedes, los miembros fieles y estimados del movimiento adventista de Dios. Pronto, la Junta Directiva de la Asociación General se dará cita en Battle Creek, Míchigan [Estados Unidos], con el lema de “Alcanzar el mundo: Creed a sus profetas”, y el lema de nuestra conferencia LEAD de “El pasado con un futuro: Miremos hacia atrás para avanzar”. Repasaremos de qué manera Dios ha guiado a su pioneros en el pasado, y tengo gran confianza de la manera en que él nos guiará en el futuro. Como siempre, confiamos plenamente en él. Salmos 23:1-3 nos dice: “Jehová es mi pastor, nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma. Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre”. Tenemos que apoyarnos en Jesús como nuestro Pastor y permitirle que nos guíe en todo lo que hacemos como Junta Directiva.
En nuestro Concilio Anual, estaremos analizando una recomendación sumamente sensible que viene de la Comisión de Supervisión de la Unidad, y que refleja los aportes de la iglesia mundial, en relación con el cumplimiento de los votos tomados por la iglesia de Dios, según se solicitó en el Concilio Anual del año pasado por parte de representantes de la iglesia mundial. El propósito de esta recomendación es brindar un marco para que las organizaciones más cercanas a una determinada cuestión de no complimiento resuelvan el problema de una manera como lo haría Cristo y redentora. En la responsabilidad que tengo como presidente de la Asociación General, hago un llamado a una sesión especial de oración a partir de ahora mismo y hasta el sábado 20 de octubre, para pedir que exista un espíritu bondadoso, respetuoso y amante por parte de todos los asistentes, y que se permita que el Espíritu Santo dirija las deliberaciones respecto de qué desea la iglesia mundial que se lleve a cabo. Les pido que reenvíen o compartan este mensaje con todos, para así alcanzar el campo mundial solicitando una oración especial.
Tenemos que venir ante Dios en oración en todo momento, pero en especial cuando enfrentamos situaciones de grandes desafíos, dado que necesitamos su conducción, dirección, y sabiduría. Estamos enfrentamos un momento así, y necesitamos humillarnos y pedir que la lluvia tardía del Espíritu Santo caiga sobre el pueblo de Dios, para llevar a cabo su gran misión de proclamar los mensajes de los tres ángeles al mundo, en preparación para el pronto regreso de Cristo. ¡Sí, él viene pronto!
Segundo de Crónicas 7:14 nos dice: “si se humilla mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oran, y buscan mi rostro, y se convierten de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, perdonaré sus pecados y sanaré su tierra”.
Hermanos, me humillo ante Dios, orándole, buscando su rostro y apartándome de mis propias inclinaciones, y les pido que hagan lo mismo. Necesitamos el reavivamiento y la reforma en nuestra propia vida y en la vida de la iglesia. Necesitamos incrementar nuestra dependencia completa de Cristo, su gracia, y su justificación que nos justifica y santifica en nuestra vida. El diablo sabe que cuando nos humillamos ante Dios y nos sometemos plenamente a él, caerá la lluvia tardía del Espíritu Santo. Satanás hará todo lo que puede para impedir nuestro acatamiento humilde a Dios, dado que el diablo entonces puede producir disensión y dudar de la iglesia de Dios y su autoridad colectiva en los Concilios Anuales o en un Congreso de la Asociación General. Testimonios para la iglesia, tomo 9, página 209, expresa: “Dios ordenó que tengan autoridad los representantes de su iglesia de todas partes de la tierra, cuando están reunidos en el congreso de la Asociación General.
Más allá de lo que puedan haber escuchado o leído, sepan por favor que la Asociación General se ha esforzado a conciencia en el diálogo específico, la información exacta y la oración sincera para brindar entendimiento y claridad a la iglesia en relación con el privilegio y la sagrada responsabilidad de cada líder elegido de respetar los votos tomados de los Congresos de la Asociación General y la Junta Directiva de la Asociación General, aun cuando acaso no estemos de acuerdo con cada uno de esos votos. Piensen en el caos organizacional y la desunión que resultaría si la iglesia no estuviera guiada por reglamentos analizados con detenimiento y acordados por todas las personas. Esto requiere de fe en Dios y de aprender a confiar en que el Espíritu Santo guía a la iglesia.
Pido a Dios que todos, como miembros de la iglesia mundial, apoyemos y oremos por la iglesia mundial y por la Asociación General. Oren para que todos los miembros del mundo estén unidos en el espíritu de Dios para cumplir su misión por medio de la Participación Total de los Miembros y todo otro tipo de actividad misionera personal y pública. ¡Qué aliento maravilloso tenemos en Salmos 133:1: “¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es que habiten los hermanos juntos en armonía!”
Me humillo ante el Señor y le pido que me ayude a enfocarme en la oración de Cristo por la unidad en Juan 17, con ese maravilloso deseo de nuestro Señor en el versículo 21: “Para que todos sean uno; como tú, Padre, en mí y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste”. Prometo humildemente permanecer enfocado en Cristo y su deseo de unidad, pidiendo que oren para que la iglesia mundial de Dios haga lo mismo. Por la gracia de Dios, que cada uno de nosotros, y me incluye, nos sometamos plenamente al orden y la armonía perfectos de Dios, evitando de esta manera las dificultades que se detallan en Testimonios para la iglesia, tomo 1, página 650: “
“Satanás sabe muy bien que el éxito sólo puede ser el resultado del orden y la acción armoniosa. Bien sabe que todo lo conectado con el cielo está en perfecto orden, que la subordinación y la disciplina más completa marcan los movimientos de la hueste angélica. Se esfuerza en forma deliberada para llevar a los cristianos profesos tan lejos de las disposiciones celestiales como le sea posible. Por lo tanto, engaña aun al pueblo profeso de Dios y los hace creer que el orden y la disciplina son enemigos de la espiritualidad, que la única conducta segura para ellos consiste en dejar que cada uno siga su propio camino, y en permanecer especialmente distintos de los cuerpos de cristianos que están unidos y trabajan por establecer disciplina y armonía de acción. Todos los esfuerzos hechos por establecer orden son considerados peligrosos, una restricción de la legítima libertad, y por lo tanto dignos de ser temidos como el papismo. Estas almas engañadas consideran que es una virtud hacer alarde de su libertad de pensar y actuar en forma independiente. No aceptan el dicho de nadie. No se unen con nadie. Se me mostró que la obra especial de Satanás es llevar a los individuos a sentir que su acto de avanzar por sí mismos está de acuerdo con los propósitos de Dios, y que deben escoger su propio rumbo, independiente de sus hermanos”.
Qué maravilloso permanecer enfocados en Cristo y su misión que nació en el cielo y que nos ha encomendado a nosotros para preparar a un pueblo, mediante el poder del Espíritu Santo, para el pronto regreso de Cristo. Esa es mi pasión. Es la carga de mi alma y el gozo de mi vida. Es donde quiero pasar mi tiempo. Enfoquémonos en la misión de Dios. Que alcanzar a los perdidos para Cristo sea nuestra principal prioridad. El Señor nos ha dicho: ¡Avanzad juntos, avanzad juntos, avanzad juntos!
Una vez más, hago un llamado para que inicien una sesión de oración en todo el mundo ahora y hasta el sábado 20 de octubre, orando con fervor por el reavivamiento y la reforma, pidiendo que el poder unificador del Espíritu Santo caiga sobre durante el Concilio Anual. Por favor, que todos se enteren de esta sesión especial de oración. Que las oraciones de los miembros dedicados en todo el mundo resulten en la unificación del pueblo de Dios en un espíritu de cooperación y misionero para cumplir el mandato celestial dado a su pueblo remanente, la Iglesia Adventista del Séptimo Día.
Oremos juntos….
Traducción de Marcos Paseggi