Si un mito es repetido por suficiente tiempo y con el suficiente volumen, mucha gente lo aceptará como la realidad. Durante siglos, las personas pensaban que la tierra era plana, y que el sol daba vueltas alrededor de la tierra. Aun científicos y estudiosos de renombre de sus días enseñaban y repetían el mito. Un mito es un mito no importa con cuánto volumen sea proclamado y no importa quien lo proclame.
Hay mitos que están circulante en forma rampante en los medios sociales sobre el documento, “Consideración y práctica de los votos tomados por el Congreso de la Asociación General y la Junta Directiva de la Asociación General”,que se votó hace poco en el Concilio Anual 2018.
Algunos afirman que la Asociación General desea controlar lo que sucede aun a nivel de la iglesia local y que nadie está seguro de sus tentáculos de control. El documento ha sido llamado “papal”, “antiprotestante” y “no bíblico”.
Analicemos siete mitos comunes y los hechos del documento.
Mito #1: El documento es una extralimitación de la Asociación General para centralizar el poder.
Hecho #1: El documento en realidad expresa: “La planificación y la garantía de conformidad será encomendada inicialmente a la entidad más cercana a la cuestión” (p. 1, línea 25).
La intención del documento es permitir que la entidad más cercana a la cuestión de falta de conformidadse ocupe del tema. En lugar de una centralización de poder, alienta a lo contrario. Insta que todas las cuestiones de falta de conformidad con los reglamentos sean resueltas a nivel locall. Si eso no es posible, podrá involucrarse el siguiente nivel más próximo de organización eclesiástica. Por ejemplo, si una asociación local tiene un desafío con la falta de conformidad que no puede o quiere resolver, la Unión Asociación o Misión puede involucrarse para llegar a una solución. Esto se aplica a cada nivel de la organización de la iglesia.
Si existe una falta de conformidad con el voto tomado por el Congreso de la Asociación General o la Junta Directiva, la Junta Directiva de la Asociación General podría involucrarse.
Mito # 2: El documento usa un método de coerción no bíblico.
Hecho #2: El documento hace exactamente lo opuesto. Esto es lo que expresa el documento: “Los administradores que enfrenten cualquier cuestión de falta de conformidad ejercerán el proceso cristiano debido que incluirá mucha oración y diálogo” (p. 2, línea 35).
El documento está diseñado para ser redentor, no punitivo. Brinda un proceso de diálogo, oración y consejos para determinar de qué manera resolver mejor la cuestión de falta de conformidad. Sigue el modelo bíblico de reconciliación y resolución, según se bosqueja en Mateo 18.
Mito #3: El documento implica un enfoque autoritario de mano dura a la resolución de problemas.
Hecho #3: El documento da lugar a la tolerancia. Permite que los administradores de la entidad que se percibe fuera de conformidad un período de sesenta días para seguir dialogando y ofrecer soluciones a la situación que presenta desafíos(p. 2, línea 14).
Las provisiones al debido proceso en el documento alientan la discusión y la consideración con oración de cómo resolver cuestiones de falta de conformidad. En lugar de un mandato dictatorial de mano dura, el documento garantiza un proceso de colaboración y busca hallar soluciones a los problemas de falta de conformidad.
La “advertencia” y la “reprensión” propuestas tienen por objetivo permitir que las entidades piensen en la seriedad de la falta de conformidad con los votos tomados por la iglesia mundial, y busca animarlas a regresar a la armonía con la iglesia mundial. Cualquier advertencia, reprensión u otra consecuencia tiene que ser votada por la Junta Directiva de la Asociación General con representación de todo el mundo.
Mito #4: El voto final de autoridad en relación con las consecuencias depende de Silver Spring, Maryland, de la Comisión Administrativa de la Asociación General
Hecho #4: El documento expresa claramente: “Si después de que la organización más cercana a la cuestión ha sido incapaz de resolver una cuestión de falta de conformidad y la Comisión de Revisión de la Conformidad de la Asociación General ha recomendado consecuencias, solo la Junta Directiva de la Asociación General y/o el Congreso de la Asociación General tiene autoridad para implementar la recomendación” (p. 3, líneas 27-30).
Mito #5: Este documento cambia la cultura de la Iglesia Adventista del Séptimo Día e inhibe la libertad de conciencia.
Hecho #5: Lo que cambiará la cultura de la Iglesia Adventista del Séptimo Día es que no se respeten los votos del Congreso de la Asociación General y su Junta Directiva. Si cada entidad desde la iglesia local hasta las asociaciones, uniones y divisiones no respeta las decisiones de la iglesia corporativa, la iglesia será llevada a un caos organizacional, fragmentación, desunión y congregacionalismo.
La cuestión que está ante la iglesia es decidir si desea permanecer como un cuerpo unido mundial, valorando las decisiones colectivas del Congreso de la Asociación General y su Junta Directiva, o si se convertirá en un cuerpo vagamente conectado de entidades organizacionales.
Mito #6: La Asociación General no tiene una entidad que supervise sus actividades y acciones.
Hecho #6: La Asociación General responde a la Junta Directiva de la Asociación General. Es por ello que se dan informes periódicos durante el Concilio de Primavera y el Concilio Anual. Asimismo, la Asociación General es auditada periódicamente para establecer su conformidad financiera por la firma de auditoría independiente y bien respetada Maner & Costerisan.
Durante el Concilio de Primavera 2018, representantes de Maner & Costerisan informaron que la Asociación General guardaba conformidad con los Reglamentos Eclesiástico-Administrativos de la Asociación General en cuestiones financieras.
También durante el Concilio Anual 2018, como parte de los informes financieros, Finanzas de la Asociación General presentó el informe “Rendición de cuentas sobre el uso de los diezmos”.
Esto, junto con el informe de Maner & Costerisan, puede ser leído en Boletín de la Junta Directivade la Asociación General de Mayo 2018.
Mito #7: El documento no es bíblico. Coloca a los reglamentos por encima de las Escrituras y, por lo tanto, es contrario a la Reforma Protestante porque viola la libertad de conciencia.
Hecho #7: La organización de la iglesia es un principio fundamental de las enseñanzas del Nuevo Testamento. La iglesia es sostenida en unión por el Espíritu Santo, por medio de un compromiso común con Cristo, una creencia compartida en las enseñanzas bíblicas, una pasión por la misión y una organización eclesiástica mundial. Si alguna de esas partes es socavada sutilmente, toda la iglesia está en peligro.
Los reglamentos de la iglesia jamás dictan o sustituyen la conciencia individual. Cada creyente es libre de seguir los dictados de su conciencia. Habrá momentos en que personas honestas verán las cosas de manera diferente. Los reglamentos son acuerdos sobre la manera en que la iglesia decide operar. Determinan de qué manera tiene que funcionar una familia internacional y global.
Aquí está el punto. Los reglamentos no dictan lo que creemos, sino que deberían gobernar las acciones de los líderes de la iglesia. Los líderes de la iglesia tienen la responsabilidad ética de respetar las decisiones tomadas conjuntamente por los representantes de la iglesia mundial en un Congreso de la Asociación General.
Los reglamentos no son enseñanzas bíblicas inamovibles, y jamás deberían ser elevados por sobre la verdad bíblica. Son principios operativos que los delegados a un Congreso de la Asociación General o la Junta Directiva pueden cambiar y, en ocasiones, así lo han hecho. Si se hace un cambio a algún reglamento aprobado por el Congreso de la Asociación General o la Junta Directiva, tiene que ser hecho por el mismo cuerpo que lo votó.
Dónde no se encuentra la batalla
Los mitos jamás nos resultan útiles. Nos llevan a operar a partir del temor y en un mundo ilusorio. Lo peor de todo, nos disuaden de la misión de la iglesia de vivir y predicar el evangelio para cumplir la misión de Cristo.
Creer en mitos nos lleva a pelear donde no está la batalla en lugar de enfocar nuestras energías espirituales y atención a alcanzar a los perdidos, para preparar a hombres y mujeres para la venida de nuestro Señor.
Que el Cristo viviente llene nuestros corazones y guíen nuestros pensamientos para que nos enfoquemos en lo que realmente importa: las almas salvadas eternamente para su reino.
El pastor Mark Finley es un bien conocido evangelista, autor y vicepresidente ya jubilado de la Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.