4 de enero de 2019 | Brasilia, Brasil | Cígredy Neves, División Sudamericana y Adventist Review
Representantes de ADRA Brasil informaron acerca de las amplias sonrisas, miradas de asombro y expectación, entre algunas de las reacciones observadas en un grupo de niños venezolanos refugiados y sus padres, quienes pudieron disfrutar de una cena de Navidad provista para ellos el 23 de diciembre de 2018. Muchas de esas familias han estado viviendo en las calles en torno a una estación de autobuses en Manaos, estado de Amazonas, Brasil.
La Iglesia Adventista del Séptimo Día patrocinó la iniciativa a través de la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA) Brasil, en la región de Amazonas y a través de Acción Solidaria Adventista (ASA). Se invitó a los refugiados a asistir a este evento al Centro de Apoyo y Referencia para Refugiados y Emigrantes (Care), administrado por adventistas.
Ajenos a la situación y despreocupados, los niños más pequeños que abordaron los autobuses que los llevaban al lugar del evento, ni siquiera veían a dónde eran conducidos, dijeron los dirigentes de ADRA. Sin embargo, los padres de esos niños manifestaban expectación en su mirada. Al mismo tiempo, se dejaron entrever las miradas tristes de muchos de ellos, las cuales parecen permanecer como señales de la dura vida que han dejado atrás en su país de origen.
Sin embargo, todo pareció cambiar tan pronto como las familias llegaron al lugar del evento en el Centro CARE. Durante unas cuantas horas, parecían personas diferentes, dijeron los organizadores. “Sonreían, conversaban alegremente y parecían totalmente ajenos a su difícil situación”, dijo uno de los dirigentes. Tuvieron la oportunidad de celebrar la Navidad con miembros de su familia quienes también habían sido capaces de cruzar la frontera hasta llegar a Brasil. Mientras disfrutaban de la cena, cantaron y contaron sus historias”.
Explicaron los organizadores que cada uno recibió regalos y ropa mientras veían a sus hijos jugar y pasar un buen tiempo.
Rafael Riveiro se dedicaba a vender artículos de artesanía en Venezuela. Rafael cruzó la frontera hasta el estado de Roraima en el norte de Brasil y había ya estado permaneciendo en Manaos durante algunas semanas. Rafael vino con su esposa, dos hijas y su nieta. “Nuestros hermanos brasileños nos han provisto de alimentos, pero todavía no tenemos una casa”, dijo. Estamos todavía a merced de las condiciones del clima”. Y añadió con lágrimas en los ojos: “Sin embargo es estupendo poder gozar de una cena de Navidad”.
Asistencia a refugiados
Los dirigentes de ADRA Brasil, en la región del Amazonas, vieron la urgente necesidad de abrir un centro para ayuda y asistencia en favor de los refugiados que arriban a Manaos. Ese fue el comienzo del Proyecto CARE, dijeron.
“Las personas que llegan sin documentos o careciendo de alguna persona de contacto, reciben consejo legal gratuito, asistencia sicológica, ayuda para redactor sus currículos y llamadas telefónicas e Internet gratuitos”, dijeron los dirigentes.
El Centro Care ha establecido también relaciones y asociación con agencias de gobierno, tales como el Departamento de Asistencia Social local, la oficina de Defensa Pública de la Unión y la policía federal. “De esta manera, los refugiados pueden recibir no solamente orientación, sino también son referidos a los servicios ofrecidos por la entidad municipal o por la estatal”, dijeron los dirigentes.
Traducción – Gloria A. Castrejón