Una pareja recibe artículos esenciales por parte de ADRA Indonesia, que les serán de ayuda para comenzar a recuperarse del fatal tsunami en que cientos de personas perdieron la vida y miles más fueron desplazadas en la región oeste de Indonesia, el 22 de diciembre de 2018. Imagen cortesía de ADRA Indonesia

5 de enero de 2019 | Indonesia | Noticias de la División Asia Pacífico Sur

Días después de que un fatal maremoto golpeara las poblaciones costeras cercanas al estrecho de Sonda (Selat Sunda), en Indonesia, el 22 de diciembre de 2018, las autoridades de gobierno locales informaron acerca de 426 personas fallecidas, 7,202 heridos, 23 personas desaparecidas y  40,386 evacuadas.  Estas cifras oficiales continúan modificándose en tanto las operaciones de rescate continúan su marcha.

De acuerdo con la agencia local de desastres de Indonesia, el maremoto fue producido por un deslizamiento o deslave submarino inusual causado por la erupción volcánica en Anak Krakatoa. Esta actividad de la naturaleza creó un tsunami con olas de más de 3 metros de altura que se estrellaron contra las costas de los alrededores, barriendo en su fuerza a personas, casas y establecimientos comerciales.

La Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA) en Indonesia, inmediatamente envió equipos de respuesta a emergencias y coordinó sus esfuerzos con entidades de gobierno para llevar a cabo rápidas evaluaciones y determinar qué tipos de asistencia podían proporcionarse a las familias afectadas en el menor tiempo posible.

“El gobierno está concentrando sus esfuerzos, durante esta etapa, en la búsqueda y rescate, por lo cual es todavía limitada la precisión de los datos”, dijo Kyriakos Ersantukides Erlan, director de proyectos de Resiliencia Comunitaria, a través de ADRA y la agencia Church Partnership (CRACP). “Se establecieron cientos de refugios provisionales para alojar a las personas desplazadas por el tsunami. Continuamos comunicándonos con las poblaciones afectadas a fin de hacer una evaluación más precisa de sus necesidades”, añadió.

Las regiones Pandeglang y Serang de la provincia Banten, en Java, son zonas que sufrieron los peores efectos del mencionado tsunami. De acuerdo con los informes de los medios de comunicación, las operaciones de rescate y asistencia fueron organizadas prontamente en esta zona densamente poblada, que abarca también el Parque Nacional Ujung Kulon y varias playas muy populares.

La agencia de control de desastres continúa advirtiendo a las personas que se mantengan lejos de la costa, siendo que Anak Krakatau continúa mostrando señales de temblores y erupciones. Las autoridades han elevado el nivel de amenaza del volcán, de nivel 2, a nivel 3, con una zona vedada o de riesgo, de más de 5 kilómetros. Las rutas aéreas han sido también desviadas a fin de evitar las erupciones del volcán, siendo que se informó que está lanzando al aire pilares de cenizas.

Los equipos de respuesta ADRA Indonesia iniciaron su labor preliminar de distribución de alimentos y atención de otras necesidades básicas, el sábado de mañana, en el poblado de  Sumber Jaya, en Sumur, Regencia de Pandeglang, provincia de Banten.

“Las familias afectadas experimentan al presente una situación plena de desafíos y necesitan gran ayuda tanto en el aspecto físico, como mora, para sobreponerse a esta crisis”, dijo el director Erlan. “Estas familias necesitan alimentos, agua potable, instalaciones sanitarias, cobijas, servicios de salud, carpas, suplementos de nutrición, refugios para desplazados, letrinas y medicinas”.

De acuerdo con los informes, un grupo de adventistas procedentes de una iglesia local en la zona Kelapa Gading de Jakarta, se encontraban gozando de un retiro en Serang, el 22 de diciembre. El lugar en donde se encontraban fue alcanzado por el tsunami y diez personas del grupo fueron lastimadas. Todos los miembros han regresado ya a Jakarta, y todos están ahora en buenas condiciones.

Traducción – Gloria A. Castrejón

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