Investigadores de la Escuela de Salud Pública de la Universidad Loma Linda encontraron que una dieta deficiente, rica en comida chatarra y baja en frutas y vegetales frescos, está relacionada con salud mental deficiente, según estudios hechos en adultos en California, Estados Unidos.

23 de febrero de 2019 | Loma Linda, California, Estados Unidos | James Ponder,  Loma Linda University Health News

Un estudio ha encontrado que la salud mental deficiente está relacionada con una alimentación de baja calidad, independientemente de características personales tales como género, educación, estado civil y nivel de ingreso.

El estudio, publicado el 16 de febrero de 2019 en la International Journal of Food Sciences and Nutrition (Revista Internacional de Ciencias de la Alimentación y Nutrición), reveló que las personas adultas en California, Estados Unidos, que consumieron más alimentos no saludables, tuvieron también más probabilidades de informar síntomas ya sea de moderada o severa angustia mental, que las personas en las mismas condiciones, que consumieron una dieta saludable.

El profesor asociado de la Escuela de Salud de la Universidad Loma Linda,  Jim E. Banta, y principal autor de este estudio, dijo que los resultados son similares a estudios previos llevados a cabo en otros países, que han encontrado una relación entre la enfermedad mental y las malas elecciones de alimentación. Se ha encontrado, por ejemplo, que el incremento en el consumo de azúcar está asociado con el trastorno bipolar y que el consumo de alimentos que han sido freídos o que contienen altas cantidades de azúcar y granos procesados, pueden estar relacionados con la depresión.

“Este y otros estudios como este podrían tener grandes implicaciones en la medicina conductual, en relación con los tratamientos”, dijo el profesor Banta. “Tal vez ha llegado el tiempo en el que debamos mirar muy de cerca el papel que desempeña la dieta en relación con la salud mental, porque es posible que las elecciones saludables en cuanto a la dieta contribuyan a la salud mental. Se necesitan más investigaciones antes de que podamos tener una respuesta definitiva, pero la evidencia pareciera señalar en esa dirección”.

El profesor Banta advirtió que la relación encontrada entre una dieta deficiente y la enfermedad mental no es una relación casual. Sin embargo, dijo, los resultados obtenidos en California se basan en estudios previos y pueden afectar las investigaciones futuras y el enfoque utilizado por los proveedores de cuidados de salud al administrar tratamientos de medicina conductual.

En su estudio, el profesor Banta y su equipo revisaron datos obtenidos de más de 240,000 encuestas por teléfono entre los años 2005 y 2015, como parte del California Health Interview Survey (CHIS, por sus siglas en inglés), una encuesta realizada a través de entrevistas telefónicas durante varios años. La base de datos CHIS incluye extensa información acerca de detalles sociodemográficos, estatus de salud y comportamientos de salud. Esta encuesta fue diseñada para proveer aproximaciones en todo el Estado, según las diferentes regiones dentro de California y según los diferentes grupos étnicos.

El estudio en cuestión encontró que casi un 17 por ciento de los adultos en California tienen la probabilidad de sufrir de enfermedad mental; 13.2 por ciento de entre ellos, con moderada angustia sicológica y 3.7 por ciento con angustia o problemas sicológicos severos.

El estudio señala que los hallazgos de este equipo proveen “evidencia adicional respecto a que la reglamentación pública y la práctica clínica deben procurar en forma más explícita, mejorar la calidad de la dieta entre aquellas personas que están luchando con su salud mental”. Señala también que “las intervenciones respecto a la dieta de personas con trastornos mentales deben dirigirse especialmente a los adultos jóvenes, a aquellos con menos de 12 años de educación y a las personas obesas”.

La  versión original  de esta noticia apareció en Loma Linda University Health news site (sitio de noticias de la Universidad Loma Linda-Salud)

Traducción – Gloria A Castrejón

 


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