Migrantes venezolanos disfrutan de un plato de comida en la iglesia adventista El Edén en Edén, Cúcuta, Colombia, a pocos kilómetros de la frontera con Venezuela. Desde que la iglesia lanzó el proyecto en agosto de 2017, se ha alimentado a más de 18 mil migrantes. Miles cruzan caminando a Colombia, se establecen allí o se trasladan a otras partes del país para escapar de la inestabilidad política y económica de su país natal. Fotografía: Cortesía de Julián Agudelo

28 de abril de 2019 | Cúcuta, Colombia | Libna Stevens/DIA

Lo que comenzó hace casi dos años como una idea para alimentar a un grupo de migrantes venezolanos en Colombia se convirtió en un proyecto continuado que ha movilizado a los adventistas para alimentar a más de 18 mil personas.

“Mientras estábamos estudiando mediante nuestras lecciones de Escuela Sabática sobre qué impacto dejar en nuestra comunidad usando los métodos de Cristo, quedó claro que acaso podíamos marcar una diferencia en un pequeño grupo de personas necesitadas”, dijo el pastor Julián Agudelo, pastor del distrito Villa del Rosario de iglesias en Edén, una municipalidad metropolitana en las afueras de Cúcuta, en la región Colombiana del Norte.

Habían pasado meses desde que se había cerrado la frontera, y más y más familias venezolanas se habían abierto paso hasta Colombia para golpear a las puertas de la iglesia adventista El Edén, una de las cinco iglesias que pastorea Agudelo.

“Más y más personas llegaron a la iglesia pidiendo algo que comer”, dijo Agudelo. “Así fue que activamos la junta de iglesia, que votó usar algunos fondos para brindar un plato de comida a un grupo inicial de treinta personas en nuestro comedor ese primer día”.

Julián Agudelo (segundo desde la derecha), pastor de la iglesia adventista El Edén, posa para una fotografía con los miembros de iglesia que se trabajaron cada semana como voluntarios para cocinar y distribuir comidas calientes a más de doscientas personas. Fotografía: ADRA Colombia

Comedor PAN abrió sus puertas en agosto de 2017, y los líderes se dieron cuenta de que era necesaria más comida, por lo que el sábado siguiente apelaron a los miembros para que trajeran suficientes donaciones de alimentos los martes durante los dos meses siguientes, dijo Agudelo.

Los alimentos ahora suelen distribuirse cada miércoles, excepto algunas semanas que se los alimenta tres o cuatro días, como sucedió la semana pasada, dijo Agudelo.

Con la ayuda de fondos provenientes de la oficina de coordinación local de la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA) en Cúcuta, Colombia, como así también en la sede nacional de ADRA Colombia que se encuentra en Bogotá, el proyecto tuvo un sólido comienzo gracias a la ayuda de fieles miembros de iglesia voluntarios. Los voluntarios cocinaron, limpiaron y se prepararon para albergar a doscientas personas cada miércoles en el Comedor PAN de la iglesia adventista El Edén.

“Alrededor del cincuenta por ciento de los venezolanos que vemos cada semana cruzan la frontera para vender sus mercancías aquí en Colombia y entonces regresan al día siguiente”, explicó Agudelo. “El resto emigra aquí o viaja a pie hasta otras ciudades,” contó.

Miembros de iglesia voluntaries reciben platos de comida listos para ser distribuidos, el miércoles a la hora del almuerzo. En los platos de la foto se puede ver arroz, garbanzos y un huevo duro. Fotografía: Cortesía de Julián Agudelo

Agudelo dijo que hay días en que alimentan hasta 350 personas, pero que cada vez parece haber suficiente para que todos coman.

“Tratamos de incluir carbohidratos, proteína y verduras. Un día preparamos arroz con garbanzos e incluimos un huevo”, dijo Agudelo. Implica alimentarlos, no predicar a los que llegan hasta el lugar. “Simplemente oramos antes de la comida y si nos piden que oremos, oramos por ellos”.

Para mantener el orden, las personas reciben veinte tickets que pueden usar cada vez que reciben una comida en el Comedor PAN, y entonces se les da más. “Tenía sentido que incorporáramos a ADRA en nuestro proyecto local porque ADRA es muy conocida y ellos han provisto de fondos para hacer que estas comidas puedan continuar”, dijo Agudelo.

Hasta el momento, la iglesia ha incluido financiamiento del proyecto en su presupuesto, dijo Agudelo. Cada semana, unos doce voluntarios ayudan mientras rotan los grupos para alimentarlos en el patio detrás de la iglesia. Solo el proyecto ha producido una mayor participación de los miembros en la misión de servir a otros, dijo Agudelo. “Puedo ver que nuestras hermanas de la iglesia están tan felices de ayudar, y han expresado qué felices y satisfechas se sienten de ayudar a otros cada semana”, añadió.

El pastor Julián Agudelo y los miembros de iglesia voluntaries oran por los migrantes venezolanos que han solicitado oraciones. Fotografía: ADRA Colombia

Gabriel Villarreal, director de ADRA Colombia que visitó el Comedor PAN, celebró la dedicación de los voluntarios. “Este es un perfecto ejemplo de cómo nace un proyecto en las manos de los miembros de iglesia y ayuda a llenar un vacío, en momentos en que más y más migrantes buscan un mejor camino para sus familias”, dijo Villareal. ADRA Colombia ya ha estado llevando a cabo varios proyectos para beneficiar a los migrantes venezolanos en varias ciudades de Colombia.

El proyecto también ha beneficiado a unas pocas familias pobres de la comunidad, dijo Agudelo.

Como resultado del impacto del Comedor PAN, más de treinta inmigrantes se han unido a la iglesia.

“Este ha sido tan solo un proyecto para ayudar con las necesidades básicas”, dijo Agudelo. “Pero tantos nos piden que oremos por ellos individualmente y preguntan por nuestros cultos, y han estado asistiendo”, dijo Agudelo. “Por ello, organizamos una campaña de evangelización, y ahora tenemos nuevos miembros que continuamos discipulando”.

Migrantes venezolanos se unen en oración antes de participar del almuerzo en el Comedor PAN en Edén, Cúcuta, Colombia. Fotografía: ADRA Colombia

Los líderes de la iglesia desearían tener un lugar más presentable para servir los platos de comida, pero poco a poco están marcando una diferencia.

“El Señor nos ha llamado a server, a buscar ministerios, y creemos que mientras exista esta necesidad, seguiremos alimentando y bendiciendo a las personas con la ayuda de Dios”, dijo Agudelo.

Traducción de Marcos Paseggi

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