12 de mayo de 2019 | Loma Linda, California, Estados Unidos | Ansel Oliver
El Dr. Leonard Bailey, renombrado cirujano del Sistema de Salud de la Universidad Loma Linda que captó la atención internacional de los medios de comunicación en 1984 al trasplantar un corazón de mono babuino a una pequeña conocida mundialmente como “Baby Fae”, investigación que eventualmente dio lugar a trasplantes de corazón humano entre infantes y otros exitosos avances en tratamientos de problemas cardíacos, murió hoy a la edad de 76 años después de una batalla contra el cáncer.
El referido procedimiento, a la vez pionero y controversial, se convirtió muy pronto en una de las grandes noticias en 1984 que llamó la atención diaria de los noticieros nacionales hacia ese notorio caso en el cual la pequeña paciente muriera 21 días más tarde. El Dr, Bailey continuó realizando trasplantes de corazón en 376 infantes y llegó a ser toda una autoridad en cirugías de cardiopatía congénita y consultor de médicos de todo el mundo.
Su labor hizo que el sistema Loma Linda University Health llegara a ser el más afamado centro pediátrico de trasplante de corazón en el mundo y marcó el camino hacia innovaciones que les permiten a los cirujanos reparar ciertos complejos defectos de cardiopatía congénita en vez de que los pacientes tengan que pasar por todo un trasplante de corazón.
El Dr. Bailey prestó sus servicios como un distinguido profesor de cirugía cardiovascular y toráxica y de pediatría en la Escuela de Medicina de la Universidad Loma Linda y cirujano en jefe del Hospital Infantil. Prestó sus servicios al sistema Loma Linda University Health por un total de 42 años.
Aunque era ampliamente reconocido por realizar trasplantes, esta labor era solamente una pequeña parte de su práctica médica que consistía en todo tipo de cirugías de corazón abierto realizadas en niños e infantes.
Muchos de sus pacientes de trasplante de corazón en infantes regresaron a visitarlo ya en calidad de adolescentes y adultos. Por lo menos uno de ellos ingresó a la escuela de medicina.
“Cuando uno opera a uno de esos bebés, hay siempre la esperanza de que lleguen a vivir más tiempo que nosotros. Es muy agradable saber que así está resultando”, dijo el Dr. Bailey en 2017, después de que un ex paciente de 36 años lo visitó. “Con frecuencia, cuando comenzamos a tratar un caso, le damos gracias al Todopoderoso por ponernos en tal posición de ayudar y le pedimos que los resultados sean de acuerdo a su voluntad”.
Al hacer sus rondas médicas en el hospital visitando a los pacientes más jóvenes, el Dr. Bailey portaba con frecuencia corbatas con motivos de Snoopy o personajes de Looney Tunes. “Eso hace que los chicos se relajen un poquito”, dijo en cierta ocasión en una entrevista. Este cirujano estaba dispuesto también a cambiar los pañales de un bebé si era necesario.
“Nuestro colega y amigo, Len Bailey, prestó sus servicios a esta institución y al mundo en general, con dignidad y valentía”, dijo el rector de la institución Loma Linda University Health, Richard Hart, MD, PhD. “A pesar de su fama, fue siempre parte de la familia de nuestra propia facultad y se mantuvo en alto años más tarde como uno de nuestros más experimentados y respetados personajes ilustres. Su conducta modesta y su búsqueda de la excelencia ejemplificaron lo mejor de nuestros valores fundamentales.
Leonard Lee Bailey nació el 28 de agosto de 1942, en Takoma Park, Maryland y graduó de la vecina institución Columbia Union College (ahora Washington Adventist University) en 1964. Más tarde graduó como médico (MD) de la Escuela de Medicina de la Universidad Loma Linda en 1969.
Fue durante una residencia en cirugía toráxica y cardiovascular en el Hospital For Sick Children, en Toronto, durante la década de los 1970, cuando vio que numerosos, de otra manera saludables bebés, morían por causa del síndrome del corazón izquierdo hipoplásico, un defecto congénito del corazón que desafiaba la cirugía reconstructiva del corazón.
El Dr. Bailey regresó a la Universidad Loma Linda en 1976 para unirse a la facultad como profesor asistente en la Escuela de Medicina de la misma. Durante los siguientes años inmediatos realizó más de 200 trasplantes experimentales en animales bebés de laboratorio para determinar la viabilidad de los trasplantes en cachorros de mamíferos.
«En aquellos días, se les aconsejaba a los padres dejar al bebé para que muriera aquí o llevarlo a su casa a morir allá”, recordó el Dr. Bailey en una entrevista en el 2009.
El 26 de octubre de 1984, el Dr. Bailey y su equipo trasplantaron el corazón de un mono babuino a la pequeña recipiente “Baby Fae,” como llegó a conocérsele en los medios de comunicación. El procedimiento dividió en forma pronunciada a la comunidad médica y provocó la protesta de los grupos en defensa de los derechos de los animales, algunos de los cuales enviaron manifestantes opositores a la universidad y se refirieron al procedimiento como un “chapucero juego macabro” con la vida humana y la vida animal, según declararon los informes de los medios de comunicación.
Pero el procedimiento tuvo también un amplio apoyo. Me resulta asombroso que el 90 por ciento de nosotros podamos disfrutar de un jugoso bistec, de un paté de foie grass, o de una buena pieza de cordero y no tengamos que enfrentar a ningún manifestante en la carnicería”, declaraba una carta al editor de la Montreal Gazette”, pero se utiliza un corazón de babuino para salvar la vida de un niño y de pronto se nos dice que todos necesitamos recibir una lección sobre compasión por los animales”.
Baby Fae sobrevivió al trasplante durante 21 días, dos semanas más que ningún otro recipiente de trasplante entre diferentes especies.
El siguiente día, el Dr. Bailey, de 41 años, habló en una conferencia de prensa. La revista Time informó que, tratando siempre de contener las lágrimas, había declarado: “ Los infantes con problemas del corazón que todavía están por nacer tendrán un día muy pronto la oportunidad de vivir, gracias al valor de esta pequeña y el de sus padres”.
Las investigaciones a partir del caso de Baby Fae pavimentaron el camino a través del cual, un año más tarde, el Dr. Bailey y su equipo llevaron a cabo el primer trasplante de corazón entre seres humanos, realizado en un niño.
Sobreviven al Dr. Bailey sus dos hijos, Brooks y Connor. Nancy, su esposa, graduada de la Escuela de Enfermería de la Universidad Loma Linda de una maestría en ciencias, lo había precedido en su defunción el 7 de abril.
Se están haciendo planes para el servicio en memoria del Dr. Bailey y se darán a conocer los detalles en el tiempo oportuno.
También se hará disponible muy pronto la información acerca de cómo hacer una donación en honor del Dr. Bailey.
Esta noticia se publicó originalmente en el sitio electrónico de Loma Linda University Health
Traducción – Gloria A Castrejón