Para los adventistas del séptimo día, luchar por la libertad de conciencia y religiosa para todas las personas no es una opción, afirmaron defensores de la libertad religiosa en la XVII Cena Anual de la Libertad Religiosa en Washington D.C.
El evento del 20 de mayo de 2019 reunió a más de 120 expertos de la iglesia y el gobierno, funcionarios diplomáticos, líderes de la iglesia y defensores de organizaciones no gubernamentales (ONG) para reflexionar en algunos de los desafíos actuales a la libertad religiosa en diversas partes del mundo. También sirvió de recordatorio a los invitados al Centro de Libertad Religiosa del Instituto Newseum que las raíces de la libertad de conciencia y creencia llegan mucho más profundo que lo que la mayoría de las personas cree.
“Libertad religiosa es ser libre de acoso, persecución y subyugación religiosos, pero sus raíces son mucho más profundas que tan solo un acuerdo social”, dijo Ganoune Diop, secretario-general de la Asociación Internacional de Libertad Religiosa (IRLA). “No es algo que simplemente votan los legisladores”.
Diop, quien también dirige el Departamento de Asuntos Públicos y Libertad Religiosa de la Iglesia Adventista, pasó a explicar por qué la libertad religiosa es algo indispensable para cada ser humano.
“[La libertad religiosa] es un atributo divino reflejado en los seres humanos”, explicó Diop. “La libertad de conciencia se conecta de hecho con lo que significa ser humano, porque el amor no puede ser forzado; el amor necesita de libertad”.
En ese contexto, enfatizó Diop, la libertad religiosa es mucho más que tan solo promover una idea. “Es parte de una misión de humanización”.
La cena “En defensa de la libertad de conciencia para todos” fue patrocinada por la Asociación Norteamericana de Libertad Religiosa de la Iglesia Adventista (NARLA) y la IRLA.
Una voz en el Congreso
El discurso principal de la velada estuvo a cargo de la congresista de los Estados Unidos Sheila Jackson Lee, descrita como “una voz de influencia y contundencia en Washington”. Jackson Lee, una de los dos adventistas del séptimo día en la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, posee una amplia experiencia en la defensa de los derechos constitucionales de todas las personas y los derechos de las mujeres y los niños.
Jackson Lee, que ha sido nombrada (por la publicación US News and World Report) una de las “diez legisladoras de mayor influencia en la Cámara de Representantes” dijo que la libertad religiosa implica trabajar con legislación importante, extendiéndose a lo largo y a lo ancho del espectro político.
“La religión y la fe no terminan en la frontera de la afiliación política, y esa es la razón por la que cada puerta debería estar abierta a los defensores de la libertad religiosa”, expresó.
Jackson Lee también hizo un llamado para involucrar a las nuevas generaciones y a otras personas, para que ellas también se entusiasmen con la libertad religiosa. “Hablar de libertad religiosa es hablar de derechos humanos”, enfatizó.
También dejó en claro que la defensa de la libertad religiosa no conoce fronteras.
“Aun en los Estados Unidos, tenemos que unirnos y juntar fuerzas para luchar juntos, porque a menos que sigamos luchando, la libertad religiosa quedará sin nadie que la defienda. Y hay gente en diversas partes del mundo que depende de que nosotros sigamos luchando”, expresó.
Caminar con la gente
El evento 2019 permitió que los defensores de la libertad religiosa reconocieran la contribución de tres personas que se encuentran en la vanguardia de lo que varios denominaron “una lucha continuada” para apoyar los derechos de las personas de todas las religiones o de los que no tienen ninguna.
El premiado con uno de los dos Premios Internacionales fue Chris Seiple, quien ha liderado esfuerzos de producir cambios legislativos respecto de muchas situaciones sensibles y complejas en diversos países del mundo. “La libertad religiosa implica caminar con la gente”, dijo Seiple al agradecer a la IRLA por el reconocimiento. “Vincular la legislación con las personas, desde las bases hasta los gobiernos, es lo que tenemos que hacer”.
Seiple promueve iniciativas de defensa tradicional —denunciando injusticias y sacando a las personas de la cárcel— como así también una promoción proactiva de los beneficios de la libertad religiosa para la seguridad y estabilidad, el desarrollo económico y los negocios. Su Institute for Global Engagement (Instituto de Participación Global) también se esfuerza por aumentar los conocimientos de diversos organismos sobre libertad religiosa.
“Trabajamos para brindar conjuntos de habilidades, para relacionarnos mejor mutuamente”, dijo Seiple. “Podemos hacerlo, pero tenemos que trabajar juntos entre las denominaciones cristianas y entonces con otras religiones del mundo”.
La beneficiada con el segundo Premio Internacional fue Asma T. Uddin, una abogada e investigadora de libertad religiosa que trabaja para la protección de la expresión religiosa de las personas de todas las religiones.
Uddin fue presentada como “una defensora elocuente en las circunstancias más difíciles”, y como alguien que ha abogado por la libertad religiosa tanto de las mayorías como de las minorías. De su trabajo, se ha dicho (en Radio Pública Nacional): “El prejuicio no puede sobrevivir su testimonio”.
Por último, el beneficiado con el Premio Nacional fue Stanley W. Carlson-Thies, que trabaja para educar a las instituciones religiosas, organizaciones de base religiosa, sin fines de lucro, y el Congreso de los Estados Unidos sobre el papel fundamental de la libertad religiosa.
“No brindamos defensas en las cortes sino que trabajamos ‘río arriba’, por así decirlo, antes de que se aprueben proyectos de ley deficientes”, dijo Carlson-Thies al aceptar el premio. “Nuestros esfuerzos no son partidarios y abarcan múltiples religiones”.
Carlson-Thies enfatizó que el trabajo se basa es esfuerzos y trabajo conjunto con la comunidad. En ese contexto, hizo un llamado a los defensores de la libertad religiosa para que actúen de manera más deliberada para proteger los derechos de todas las personas. Es algo, dijo él, que la Iglesia Adventista del Séptimo Día está haciendo muy bien.
“Otras comunidades religiosas necesitan aprender de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, de cómo actuar de manera deliberada para defender la libertad religiosa [porque] eso es parte de nuestra testificación al mundo y nuestro servicio a la nación”, dijo Carlson-Thies.
Siempre vigilantes
Ted N. C. Wilson, presidente de la Iglesia Adventista, enfatizó la importancia de estar siempre listos para defender el derecho de todo ser humano de adorar según los dictados de su conciencia.
“No importa lo que diga la Constitución, siempre se necesitan personas que estén de parte de la libertad religiosa”, expresó. “Cada uno de nosotros tiene que ser un embajador de la libertad religiosa”.
En ese contexto, Wilson enfatizó que el evento anual de la IRLA representa “una oportunidad importante de renovar nuestro compromiso con la libertad religiosa”. Y al orar por cada participante, pidió a Dios que añadiera su bendición a los esfuerzos de los defensores de la libertad religiosa.
“Bendice por favor los esfuerzos de tantos […] que ayudan a que los líderes y las personas recuerden que la vigilancia constante de la libertad religiosa es de suma importancia”, expresó.
Traducción de Marcos Paseggi