El 20 de junio es el Día Mundial de los Refugiados, una jornada en la que la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA) se une a las Naciones Unidas y al resto del mundo para conmemorar la fortaleza, el valor y la perseverancia de millones de refugiados y brindar apoyo a las familias y los individuos forzados a abandonar sus hogares debido a la persecución o el conflicto.

ADRA sigue comprometida con el apoyo y la protección de los refugiados y otros niños, hombres y mujeres desplazados, brindando alimento, refugio, agua potable, artículos de higiene, apoyo psicosocial y otros servicios en unos cuarenta países.

ADRA cree que los refugiados tienen el derecho de vivir libres de la vergüenza del ostracismo, o de tener que vivir bajo las cadenas de la persecución y la guerra. Es por ello que ADRA continúa haciendo lo que mejor hace: servir a todos los que pasan necesidad.

Para tener un mayor impacto, ADRA busca no solo ser las manos y los pies de Jesús sino también la voz de los que han sido desplazados de sus hogares, o que son pasados por alto, desestimados y hasta evitados.

Junto con el trabajo de 131 sedes de la red y la Iglesia Adventista, ADRA está enfocando sus esfuerzos en crear conciencia respecto de la importancia de la educación de los jóvenes, en particular los niños y jóvenes refugiados.

Cuatro millones de niños refugiados

Hay cuatro millones de niños y jóvenes refugiados que no están asistiendo a la escuela, según el Instituto de Estadísticas de la UNESCO. Asimismo, los niños refugiados tienen una probabilidad cinco veces mayor de no asistir a la escuela en comparación con los niños que no son refugiados.

Las asombrosas cifras son razón suficiente para que la educación de los niños refugiados y desplazados sea de suma importancia, y es algo que requiere nuestra atención plena.

El informe indicó asimismo que si continúan los conflictos, los desplazamientos y el colapso económico, esos niños y jóvenes se verán privados de años de educación, obstaculizando cualquier posibilidad de éxito futuro. Imaginen qué pasaría si el niño o joven tuviera la oportunidad de leer, reflexionar y avanzar hacia la realización de todo su potencial: ¿Cuántas comunidades se verían afectadas positivamente por sus servicios porque fueron a la escuela?

Asistir a la escuela también ayuda a que los niños refugiados se integren con la comunidad que los alberga, dándoles la oportunidad de aprender el idioma, hacerse de nuevos amigos y, en el futuro, lograr las calificaciones y habilidades necesarias para ser autosuficientes, incrementar su confianza, autoestima y dignidad, y contribuir con la comunidad local y el país anfitrión.

Es por ello que es más importante que nunca que demos el ejemplo que se encuentra en Mateo 25 de servir a otros, sin importar si aquellos a quienes servimos son refugiados o tienen diferencias de estatus, sexo, etnia o discapacidad. ADRA está decidida a ser la voz de Jesús en pro del cambio, para que todos puedan vivir según el propósito de Dios.

ADRA promete hablar en favor de los niños que carecen de acceso a la educación, y buscará apoyo para los niños que carezcan de acceso a la educación. Asimismo, se movilizará en busca de apoyo para que los niños desplazados y todos los niños del mundo tengan acceso a la educación y reciban los medios para poder estudiar. A las generaciones futuras de nuestro mundo jamás se les debería negar la oportunidad de hacer realidad su potencial y luchar para alcanzar la excelencia educativa.

Mediante la educación, los niños y los jóvenes que viene como refugiados pueden elevarse y salir del ciclo de pobreza, vivir en un mundo en el que las tasas de mortalidad y la desnutrición infantiles sean reducidas en forma marcada, como así también vivir en países libres de conflictos, con escuelas establecidas, docentes capacitados y un ambiente de aprendizaje seguro. Una población educada puede tener un impacto significativo en la reducción del riesgo de conflictos y contribuir de manera positiva a una sociedad próspera.

Deseamos ser el cambio que el mundo necesita, pero lograrlo y alcanzar ese objetivo requerirá más que tan solo ADRA.

Un millón de firmas

ADRA necesita un millón de firmas con urgencia para enviar un mensaje a los líderes del mundo de que la educación para todos —sin excepciones— es importante de muchas maneras, y que se deben tomar acciones para garantizar CADA NIÑO. EN TODAS PARTES. EN LA ESCUELA. Usted puede firmar la petición que envía un mensaje inequívoco de que los niños refugiados y todos los niños son importantes, y que ellos merecen un futuro brillante al que solo puede accederse por medio del poder transformador de la educación.

ADRA busca un millón de firmas para junio de 2020. Después de eso, se presentará la petición a la UNICE y otros líderes del mundo, en un llamado para garantizar CADA NIÑO. EN TODAS PARTES. EN LA ESCUELA.

El comunicado de prensa original fue publicado en el sitio de ADRA.

Traducción de Marcos Paseggi

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