Una nueva investigación salida de la Universidad de Loma Linda, una institución adventista en Loma Linda, California, Estados Unidos, indica que los estilos de paternidad y maternidad que no apoyan y alientan a sus hijos pueden tener varias implicaciones negativas para la salud en la vida de los hijos, aun durante sus años de adultez.
El estudio halló que los telómeros, que son los extremos de protección de las hebras de ADN) de los sujetos que consideraban que el estilo de maternidad de su progenitora había sido “frío” eran en promedio un 25 por ciento más pequeño, en comparación con los que informaron tener una madre cuya estilo de maternidad ellos consideraron “cálido”.
La investigación ha mostrado que el estrés en la vida temprana está asociado con telómeros más cortos, un marcador biológico mensurable del envejecimiento celular acelerado y un riesgo más grande de enfermedades en años posteriores de la vida.
“Los telómeros han sido llamados un reloj genético, pero ahora sabemos que a medida que el estrés en la vida temprana se incrementa, los telómeros se acortan y el riesgo de sufrir una gama de enfermedades se incrementa, como así también el riesgo de una muerte prematura”, dijo Raymond Knutsen, autor principal del estudio y profesor asociado de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Loma Linda. “Sabemos que cada vez que una célula se divide, los telómeros se acortan, lo que acorta la esperanza de vida”.
Es interesante que las mutaciones de los genes que mantienen a los telómeros causan un grupo de enfermedades raras que semejan el envejecimiento prematuro. “Sin embargo”, dijo Knutsen, “sabemos que algunas células del cuerpo producen una encima llamada telomerasa, lo que puede reconstruir esos telómeros”.
Publicado hace unos días, el estudio, “Cold parenting is associated with cellular aging in offspring: A retrospective study,” (“La paternidad y maternidad distantes está asociada con el envejecimiento cellular en los hijos: Un estudio retrospective”) usa datos de doscientos sujetos que participaron en dos estudios potenciales de cohortes de hombres y mujeres adventistas, a saber, el Estudio Adventista de Salud 1 (AHS-1), con 34 mil sujetos de California en 1976, y el AHS-2, con 96 mil sujetos de los Estados Unidos y Canadá entre 2002 y 2007.
La investigación analiza más de cerca el impacto que tiene el estilo de paternidad y maternidad con la sucesión de telómeros. “La manera en la que se cría a alguien parece contar una historia que está entremezclada con su genética”, dijo Knutsen.
El estudio también examine el impacto que la educación y el índice de masa corporal (IMC) podrían tener en la asociación entre una paternidad y maternidad distante y la longitud de los telómeros.
“La asociación con el estilo de paternidad y maternidad fue más grande entre las personas con menos educación, y en los que siguieron con sobrepeso u obesos, o subieron de peso durante el seguimiento, lo que sugiere que una mayor educación y un IMC normal podrían brindar cierto tipo de resiliencia contra la paternidad y maternidad distantes y el envejecimiento celular”, destacó el estudio.
La versión original de este artículo fue publicado por Salud de la Universidad de Loma Linda news site.
Traducción de Marcos Paseggi