La música utilizada como terapia muestra que hay una armonía entre el cerebro y el cuerpo, dijo la oradora de sesión plenaria, Bronwen Landless, durante su presentación el 10 de julio de 2019, en la Tercera Conferencia Global sobre Salud y Estilo de Vida, celebrada en la Universidad Loma Linda. “Es un hecho asombroso y un misterio”.  Imagen: Adventist News Network

28 de julio de 2019 | Loma Linda, California, Estados Unidos | Sandra Blackmer, Adventist Review

La música es mucho más que simple entretenimiento, dijo la oradora de sesión plenaria, Bronwen Landless, ante más de 800 asistentes procedentes de 106 países, durante la Tercera Conferencia Global sobre Salud y Estilo de Vida, celebrada en la Universidad Loma Linda, del 9 al 13 de julio de 2019.

“Tanto individual como colectivamente, los seres humanos reconocemos el poder de la música” para motivar, inspirar, transformar y para sanar, dijo la oradora Landless. “Es un hermoso misterio”.

La música fue usada con fines de terapia tan antiguamente como alrededor del 1025 a.C., según se registra en la historia bíblica de David, cuando tocaba su arpa para el rey Saúl, dijo la oradora Landless, profesora asistente de música en el Conservatorio de la Universidad Shenandoah, en Winchester, Virginia, Estados Unidos. “Y Saúl tenía alivio y estaba mejor, y el espíritu malo se apartaba de él” (1 Samuel 16:23, RVR 1960), señaló.

Fue cuando la música utilizada como terapia fue reconocida y utilizada en los hospitales VA (Veterans Administration), en los Estados Unidos, en la década de los 1940, después de la Segunda Guerra Mundial, que se hizo evidente la necesidad de entrenamiento formal al respecto, dijo la profesora Landless.

“Un reglamento oficial sobre el uso de la música en hospitales militares declara que debe utilizarse música para ayudar al reacondicionamiento físico, el reacondicionamiento educativo, la resocialización y el tratamiento neuro siquiátrico”, dijo. A ese punto, se ofrecieron servicios de terapia musical por parte de músicos y también empleados de los hospitales”.

La oradora de sesión plenaria, Bronwen Landless, dijo que desde los tiempos bíblicos, la música ha sido utilizada con propósitos terapéuticos. “Tanto individual como colectivamente, los seres humanos reconocemos el poder de la música” para motivar, inspirar, transformar y para sanar, enfatizó. La profesora Landless se dirigió el 10 de julio de 2019 a los asistentes a la Tercera Conferencia Global sobre Salud y Estilo de Vida celebrada en Loma Linda, California, Estados Unidos. Imagen: Adventist News Network

Fue en 1950 cuando se estableció la Asociación Nacional de Terapia Musical (NAMT, por sus siglas en inglés), formalizando así la profesión de terapia musical en los Estados Unidos. Le siguió después en 1971, el establecimiento de la Asociación Americana para la Terapia Musical y, en 1998, las dos asociaciones se unieron para formar la Asociación Americana de Terapia Musical (AMTA, por sus siglas en inglés).

¿Qué es la terapia musical?

La AMTA define a la terapia musical como el uso clínico y basado en evidencia, de la música, para alcanzar objetivos terapéuticos en pacientes, tanto en forma individual como en grupos, explicó la profesora Landless. Añadió que tal terapia debe ser practicada por profesionales bien acreditados que han terminado su instrucción y han sido aprobados en un programa de terapia musical.

“La terapia musical, como profesión, se nutre de teorías procedentes de campos tales como la medicina, la sicología, neurología y música; así como de investigación y práctica”, dijo. Los terapeutas hacen participar activamente a sus clientes al tocar instrumentos musicales, canto, movimiento físico y escuchar música”.

Se usan varias formas de terapia musical para alcanzar esos objetivos al incrementarse la socialización y conexión, mejorar la memoria y los recuerdos, mejorar la calidad de vida y el mantenimiento de las habilidades motoras finas y gruesas, explicó la profesora Landless. Al referirse a la terapia musical que involucra a los adolescentes que forman juntos una banda musical, la oradora hizo notar que estos jóvenes “desarrollan habilidades inherentes al tocar en conjunto, tales como escuchar activamente, realizar trabajo en equipo, regulación de las emociones y resolución de conflictos”.

“Están también esforzándose hacia un mejor sentido de estima propia a través de la realización de algo que se proponen hacer y adquiriendo nuevas habilidades y expresión propia a través de la música”, añadió.

Otros beneficios de la terapia musical para grupos de todas las edades incluyen disminución del estrés, distracción de la sensación de dolor, incremento de la relajación y conexión con otros.

Un ejemplo de los beneficios de la terapia musical citado por la oradora Landless, fue el caso de un niño autista que no se comunicaba verbalmente, pero que pudo relacionarse con el terapeuta a través de la música que tocaban juntos”. Esto pudo proveer aceptación, conexión y afirmación, sin que ninguno de los dos tuviera que usar palabras”, dijo.

De acuerdo con la profesora Landless, otros pacientes que pueden tal vez beneficiarse de la terapia musical incluyen a personas que sufren de la enfermedad de Alzheimer, demencia, síndrome de déficit de atención, parálisis cerebral, trastornos de la comunicación, síndrome de Down, síndrome de estrés postraumático, enfermedad mental y trastornos del aprendizaje, entre otros.

Al describir algunos de los principios fundamentales al trabajar con una variedad de personas en el contexto de la terapia musical, la profesora Landless declaró que “el usar la música preferida por el cliente es uno de los principios guiadores más importantes, lo cual requiere de terapeutas adiestrados en terapia musical en todo el mundo, que ejerzan su práctica en formas centradas en el cliente, ejerciendo consistentemente sensibilidad cultural y humildad.

“Usamos por lo tanto una amplia variedad de géneros musicales para involucrar activamente a las personas hacia el logro de objetivos terapéuticos”, dijo.

La oradora Landless enfatizó también la importancia de ejercer intencionalidad positiva, sentido de ética y responsabilidad al utilizar la música, tanto en el trabajo como en la vida personal.

Diferencia entre la música y el lenguaje 

La diferencia entre la música y el lenguaje, explicó la profesora Landless, es que “la música se encuentra en todo el cerebro” mientras que el lenguaje es “localizable”. Si ocurre una lesión cerebral en las zonas localizables respecto al lenguaje, explicó, “se presenta un déficit significativo en el habla y el lenguaje”.

“Los pacientes que han experimentado derrames cerebrales y no pueden hablar, todavía son capaces de pronunciar o cantar todas las palabras en cantos”, dijo. Gracias a la plasticidad neural de nuestro cerebro, podemos ser capaces de utilizar la música como ´rodeos o desviaciones´ en torno a las zonas afectadas, creando así nuevos senderos neurales que nos permiten rehabilitar el habla comenzando con la actividad del canto”.

Un increíble cerebro

“Hemos aprendido tantas cosas y tenemos evidencia sólida que afirma que nuestro cerebro y  nuestro cuerpo están programados para la música”, dijo la profesora Landless. “Esto nos proporciona asombrosas e inspiradoras oportunidades de conexión, inspiración y sanidad.

“Qué hecho tan maravilloso y misterioso”.

Traducción – Gloria A Castrejón

 

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