El deterioro cognitivo puede ser prevenido y al menos parcialmente revertido, según Wes Youngberg, especialista adventista en medicina de estilo de vida. En uno de sus libros, Hello Healthy [Hola, sano], Youngberg explicá cómo lograrlo. En julio de 2019, Youngberg compartió algunos consejos en una serie de charlas en Loma Linda, California, Estados Unidos. Fotografía: Adventist Review

Un enfoque abarcador y personalizado para reconfigurar su salud puede ayudarlo a prevenir y revertir el deterioro cognitivo, lo que incluye mejoras significativas en diversas señales y síntomas de Alzheimer, dijo Wes Youngberg en la iglesia de la Universidad de Loma Linda, California, Estados Unidos, el 10 de julio de 2019.

Youngberg, un profesor asistente de clínica en la Escuela de Salud y Medicina de la Universidad de Loma Linda, es también un especialista en nutrición certificado y autor de Memory Makeover — How to Prevent Alzheimer’s and Reverse Cognitive Decline [Memoria renovada: Cómo prevenir el Alzheimer y revertir el deterioro cognitivo]. Hace poco, Youngberg brindó tres charlas al margen de la Tercera Conferencia Global de Salud y Estilo de Vida en la Universidad de Loma Linda. Sus charlas se basaron en su extensa experiencia luchando y revirtiendo enfermedades crónicas.

“De una u otra manera, todos nosotros estamos en riesgo, y muchos estamos en camino al deterioro cognitivo”, le dijo Youngberg a su audiencia. “Pero hay esperanza, y mi objetivo es darles esperanza para que puedan comenzar ahora mismo a responder a sus factores de riesgo”.

La primera cosa que tienen que determinar es quién es responsable de su salud, dijo Youngberg. “¿Quién está a cargo? ¿Quién toma las decisiones que afectan a su salud?”, preguntó, antes de responder: “Usted es el presidente de la junta de su salud, por lo que no tiene que permitir que otros lo hagan por usted”.

La lucha contra las afecciones crónicas

El deterioro cognitivo no tiene que ser parte del proceso regular de envejecimiento, explicó Youngberg, y sin embargo suele seguir un proceso que va desde el deterioro cognitivo subjetivo hasta las discapacidades cognitivas subjetivas y hasta las diversas etapas de la enfermedad de Alzheimer. Puede llevar a que suele llamarse demencia, o “una disminución en la capacidad mental lo suficientemente severa como para interferir con las actividades de la vida diaria”, dijo.

No obstante, el uso de terapias integradoras de estilo de vida es una herramienta poderosa para luchar no solo contra el deterioro cognitivo sino también para la reversión de la diabetes y las afecciones cardiovasculares, la recuperación de la depresión y la gestión efectiva de muchas enfermedades crónicas.

“El objetivo no es simplemente normalizar los parámetros metabólicos sino más optimizarlos”, dijo Youngberg; “enfocarse en los niveles óptimos, y hacer todo lo que sea necesario para alcanzarlos”.

Es algo, expresó, que puede ayudarlo a alcanzar un umbral, un punto de inflexión que le permitirá detener y aun revertir cualquier afección crónica, lo que incluye el deterioro cognitivo.

¿Cómo funciona?

El enfoque usado por Youngberg y algunos otros es personalizado y se basa en más de 150 puntos de datos que crean una evaluación abarcadora de la salud de un individuo. “Todos tenemos factores de riesgo, por lo que al usar este método podemos determinar los riesgos específicos a cada uno de nosotros”, explicó, añadiendo que esto en realidad es algo positivo. “Cuantos más factores de riesgo descubrimos, mejores resultados conseguiremos”, dijo.

Los muchos puntos de datos están basados en pruebas de laboratorio exhaustivas diseñadas para descubrir el perfil particular de factores de riesgo de una persona asociado con sus niveles de lípidos, pruebas de tolerancia a la glucosa, medidas inflamatorias, vitaminas y minerales, y otros marcadores diversos. También incluye pruebas neuropsicológicas para determiner la salud cerebral. Sobre la base de esa riqueza de información, Youngberg sugiere cambios específicos a la dieta de la persona, comenzando por mejorar el programa de caminata y ejercicios, y arreglando otros aspectos relacionados con la salud.

“Si uno es serio sobre alcanzar al potencial pleno de salud y bienestar, tiene que tomarse en serio el tema del ejercicio y la dieta”, explicó Youngberg. En ese sentido, dijo, los genes con los que nace cada persona no son inalterables. “No son indicadores fijos de cuánta salud podemos tener”, dijo. Por el contrario, “las investigaciones extensivas han mostrado que el ejercicio y la dieta pueden afectar la manera de funcionar de nuestros genes”.

Una estrategia abarcadora

Youngberg explicó que en el caso del Alzheimer, es importante recordar que la enfermedad no es causada por tan solo una cosa, de manera que para prevenirla, se necesita una estrategia abarcadora. Por ejemplo, uno de los disparadores más comunes del Alzheimer es la resistencia a la insulina. En efecto, muchos investigadores se refieren al Alzheimer como la Diabetes de Tipo 3, una “diabetes [resistencia a la insulina] del cerebro”, explicó. “Sabemos cómo la mayoría de los casos de diabetes de tipo 2 pueden revertirse, y esto ofrece claves importantes sobre cómo revertir un impulsor clave y una causa subyacente del deterioro cognitivo”.

Youngberg señaló entonces el asombroso incremento de casos de enfermedades crónicas de riñón y el aumento del Alzheimer, y dijo que él cree que todo está interconectado. “Pero la buena noticia es que los riñones pueden regenerarse, y lo mismo se aplica al cerebro si adoptamos el enfoque apropiado y los pasos para lograrlo”.

Según Youngberg, otros elementos de una revisión abarcadora de la salud incluye aprovechar al máximo los beneficios de la luz del sol, optimizar la circulación y la digestión, estar atentos a los patrones de sueño, controlar el estrés y trabajar sobre las emociones y las actitudes.

Dormir, la inflamación y la fructosa

Según Youngberg, dormir es sumamente importante. “Si usted no resuelve sus problemas para dormir todo lo demás no funciona”, dijo al mencionar que irse a dormir tarde ha sido asociado con la pérdida del volumen cerebral del hipocampo aun en jóvenes sanos. “Por ello”, añadió Youngberg, “una de las peores cosas que usted puede hacerle a su cerebro es saltearse horas de sueño, porque cada noche que usted no duerme está destruyendo cientos de neuronas de la memoria en su hipocampo”.

Las investigaciones también muestran que la inflamación es otro de los factores claves que dispara el Alzheimer, recordó Youngberg. Según una investigación de la Universidad Harvard, los cuatro alimentos que producen más inflamación son las carnes procesadas; los granos procesados (como por ejemplo la harina refinada); las masas dulces, pasteles y golosinas; y las bebidas gaseosas y bebidas dietéticas.

Youngberg también compartió investigaciones de cómo el consumo de alimentos procesados que contienen fructosa (en especial los alimentos endulzados con jarabe de maíz de alta fructosa) afecta el cerebro. “La fructosa ha mostrado ser un factor en los cambios genéticos del cerebro que han sido asociados con una enfermedad”, dijo. “Al mismo tiempo, las investigaciones han mostrado que el incremento de los niveles de DHA, un ácido graso esencial de omega-3, puede revertir el daño que la fructosa produce a los genes, pero cortar el consumo de todo tipo de azúcares refinados figura al tope de la lista si se quiere que el cerebro sane”.

Una palabra de precaución y esperanza

Al tratar específicamente con el Alzheimer, el sólido enfoque científico de Youngberg no incluye falsas promesas. “El Alzheimer es una enfermedad sumamente compleja, y puede verse disparada por una combinación de más de treinta mecanismos causales independientes. Es por ello precisamente que tenemos que adoptar un enfoque abarcador si es que queremos experimentar mejoras”, explica. “No estoy diciendo que si una persona con deterioro cognitivo hace todo bien, se va a curar. Lo que estoy diciendo es que, en la mayoría de los casos (hasta el ochenta por ciento de ellos, para ser exacto) en que los pacientes respondieron de manera apropiada a todos sus factores de riesgo, he visto que el proceso se detiene y hasta se revierte hasta el punto en que una persona puede recuperar al menos en parte su funcionalidad”.

Youngberg también confesó que algunos médicos descreen de los resultados que él y algunos colegas están consiguiendo al enfrentar el deterioro cognitivo. “No pueden creerlo porque jamás lo han presenciado siguiendo los protocolos médicos estándares. Pero cada vez hay más profesionales médicos que están comenzando a ver resultados positivos al implementar estas mismas estrategias a su práctica clínica. Lo hemos visto una y otra vez: las enfermedades crónicas pueden ser detenidas y a menudo revertidas, en especial cuando se las enfrenta poco después del diagnóstico”, expresó.

Traducción de Marcos Paseggi

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