18 de julio de 2019 | Loma Linda, California, Estados Unidos | Sandra Blackmer, Adventist Review
La adicción en todas sus formas es una crisis global que causa anualmente millones de muertes, dijo Katia Reinert a los 800 profesionales de la salud y otros asistentes procedentes de 106 países, durante su presentación en la sesión plenaria del 11 de julio, de la Tercera Conferencia Global de Salud y Estilo de Vida, en Loma Linda, California.
“De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), 3.3 millones de personas mueren anualmente —seis muertes cada minuto— debido solo al consumo peligroso del alcohol”, dijo. “Tales estadísticas son impactantes y necesitamos hacer más para lograr un cambio”.
Estadísticas alarmantes
Katia Reinert, directora asociada del Ministerio Adventista de Salud en la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día, dio a conocer reveladoras estadísticas acerca de los factores de riesgo conducentes a muertes, obtenidas en relación a personas de todas las edades y de ambos géneros. Estos factores incluyen fumar, con 6.32 millones; alto nivel de azúcar en la sangre, 5.61 millones; obesidad, 4.53 millones; alto nivel de colesterol, 4.39 millones; consumo de bebidas alcohólicas, 2.81 millones y alta presión sanguínea, 10.46 millones, de acuerdo con OurWorldData.org.
El índice más alto de muertes en personas del grupo de edades entre 15 a 49, se debió a relaciones sexuales inseguras, consumo de bebidas alcohólicas, hábito de fumar, obesidad y altos niveles totales de colesterol, dijo, basándose nuevamente en datos revelados en OurWorldData.org.
El daño emocional causado por la adicción es enorme, hizo notar la Dra. Reinert, añadiendo que “el suicidio es una de las principales causas de muertes prematuras entre los adolescentes y jóvenes”.
Citando algunas declaraciones de la OMS, la Dra. Reinert dijo que muchas familias y comunidades sufren las consecuencias del consumo de bebidas alcohólicas, tales como violencia, daños y perjuicios, problemas de salud mental y enfermedades tales como cáncer y apoplejía. “‘Es hora de redoblar nuestros esfuerzos para prevenir esta seria amenaza al desarrollo de sociedades saludables,’” dijo, citando las palabras de Tedros Adhanom Ghebreyesus, el director general de la OMS.
Adicciones a sustancias dañinas
La Dra. Reinert explicó que las adicciones a sustancias dañinas incluyen la adicción a las bebidas alcohólicas, mariguana, tabaco, drogas ilícitas, narcóticos y opioides, además de benzodiacepina, y un alto consumo de cafeína.
Las sobredosis con drogas relacionadas con opioides se han multiplicado a ritmo exponencial, hizo notar la Dra. Reinert. “En los Estados Unidos, solo en el 2016, murieron un promedio de 116 personas cada día por causa de sobredosis de drogas opioides y 11.5 millones de personas hicieron mal uso de medicamentos prescritos por un médico”, de acuerdo al Informe del Director General de Salud Pública, sobre Bebidas Alcohólicas, Drogas y Salud de 2016.
“Y se atribuyen más de 15,000 muertes a sobredosis de heroína”, añadió.
Adicciones del comportamiento
“Las adicciones incluyen más que el abuso de sustancias dañinas”, dijo la Dra. Reinert. “Las adicciones pueden incluir también conductas compulsivas no saludables”.
Explicó que las adicciones conductuales incluyen apostar en medida patológica, comer desmedidamente (atracón de comida), pornografía y adicción al sexo, adicción a las compras, rascarse o cortarse compulsivamente la piel, adicción a la Internet, los medios sociales, los deportes o el ejercicio, adicción al trabajo y a los videojuegos.
“Y no creamos que los adventistas son inmunes a tales adicciones. Las conductas adictivas se pueden encontrar entre las personas religiosas y también entre los miembros de nuestra propia iglesia”.
“El dolor radica en el alma de las personas”, dijo la Dra. Reinert, “y nos volvemos hacia varios tipos de adicción para automedicarnos a fin de calmar ese dolor. El problema no son las adicciones; las adicciones son solamente la punta del iceberg. Las cicatrices emocionales son realmente la raíz del problema”.
De acuerdo con la Dra. Reinert, muchas de esas cicatrices se originan en experiencias de la niñez, y las experiencias negativas de la niñez pueden tener un efecto profundo más tarde en términos de adicciones, aumento de riesgos de salud, enfermedades y muerte.
“Las experiencias infantiles adversas son el principal determinante de la salud y el bienestar social en los Estados Unidos, y son el factor primordial subyacente que forma la base de las adicciones”, explicó.
Elena G. White entendió bien la relación entre lo emocional y lo físico, explicó la Dra. Reinert. En su libro El Ministerio de Curación”, escribió: “Las penas, la ansiedad, el descontento, remordimiento, sentimiento de culpabilidad y desconfianza, menoscaban las fuerzas vitales, y llevan al decaimiento y a la muerte” (p. 185) .
Desempeño de la comunidad religiosa
Al hacer notar que los dirigentes y miembros de la comunidad de fe son con frecuencia los primeros en responder cuando una persona o familia enfrenta un desafío de enfermedad mental o un evento traumático, “el saber cómo responder a esas eventualidades puede representar una gran diferencia en cómo el individuo o la comunidad les hace frente y puede sanar”, dijo. Así que debemos proveer tanto entrenamiento como recursos”.
La iniciativa Doce Pasos, llamada Jornada hacia el Bienestar Pleno —adaptada del programa Doce Pasos de Alcohólicos Anónimos —ha sido elaborada por Ministerio Adventista Global de Recuperación en la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día. Provee ayuda bíblica centrada en Cristo, para todas las adicciones.
“Los invito a echarle un vistazo y utilizar este programa”, dijo.
Tenemos también a su disposición un programa centrado en ayudar a los adolescentes a combatir comportamientos de riesgo, llamado Youth Alive. Se está utilizando actualmente en otras regiones del mundo, tales como África, Asia y Europa, y muy pronto se va a lanzar en la División Interamericana, dijo la Dra. Reinert.
“Youth Alive enseña acerca de conductas saludables y conecta a los adolescentes con mentores adultos”.
“Muchos jóvenes luchan con un sentido de baja estima propia”, dijo la Dra. Reinert. “Tienen necesidad de un sentido de pertenencia y aceptación entre sus compañeros y con frecuencia se vuelven a sus aparatos electrónicos y medios sociales en busca de conexión. Sin embargo, eso se puede volver una adicción cuyos resultados pueden ser relaciones fracturadas. Pueden también involucrarse en fumar mariguana y comer en demasía o en abusar de bebidas alcohólicas para sentirse bien, pero eso puede llevarlos a otros tipos de adicciones más peligrosas”.
“Pero hay esperanza”, añadió. Una alimentación saludable, ejercicio, salir afuera al aire puro, el encontrar conexiones reales y relaciones solícitas con otros jóvenes o mentores adultos y aprender acerca del propósito de Dios para su vida —todos estos comportamientos pueden hacer que su vida de un giro para bien.
“Youth Alive equipa a facilitadores para que ayuden a los jóvenes a hacer cambios en su estilo de vida, encontrando a la vez sanidad emocional y relaciones significativas”.
Los Ministerios de Jóvenes y de la Familia, de la Asociación General, Misión Adventista y numerosas escuelas adventistas se están uniendo a este programa.
Mirando hacia Dios
“Lo más importante”, enfatizó la Dra. Reinert, es que “debemos mirar hacia Dios y su amor, compasión, y promesas. Él promete libertad de la esclavitud y podemos poner con toda seguridad nuestra confianza en él”.
Traducción – Gloria A. Castrejón