Randy Robinson (izquierda), tesorero de la División Norteamericana, escucha a Juan Prestol-Puesán (derecha), tesorero de la Asociación General, que efectúa comentarios relacionados con la historia de la distribución de diezmos entre la división y la Asociación General. Fotografía: Pieter Damsteegt, Comunicación de la División Norteamericana

Un parte significativa de la Asamblea de Fin de Año de la División Norteamericana en 2019 estuvo dedicada el pasado 3 de noviembre en la respuesta de la Asociación General a la solicitud de paridad financiera de parte de la Junta Directiva de la División Norteamericana. El ítem en la agenda fue un seguimiento a la moción que se presentó en 2018.

Durante la Asamblea de Fin de Año de la División Norteamericana en 2018, muchos delegados expresaron preocupación por los crecientes desafíos financieros que enfrentan las asociaciones y congregaciones que tratan de alcanzar a sus comunidades. Las preocupaciones lanzaron una discusión sobre los porcentajes de diezmos enviados de la División Norteamericana a la Asociación General en comparación con otras divisiones. La División Norteamericana actualmente envía el 6,1 por ciento y comenzará a pagar 5,85 por ciento en enero de 2020, mientras que las otras doce divisiones contribuyen con el 2 por ciento. Asimismo, los miembros de la Junta Directiva enfatizaron el deseo de no infligir perjuicios financieros a la iglesia mundial sino que, por el contrario, esperaban que la Asociación General hallara formas más equitativas de contribuir con el progreso de la misión en la división.

El 5 de noviembre de 2018 se aprobó una moción para que los líderes de la División Norteamericana se reúnan con los líderes de la Asociación General para analizar el tema de la paridad financiera, esperando que se alcanzara la paridad de dos a tres años.

A partir de allí, la administración de la División Norteamericana envió la propuesta al liderazgo de la Asociación General, que se reunió con los líderes de todas las divisiones de la iglesia el 29 de enero de 2019. Los líderes prepararon un borrador de una propuesta general y no oficial una semana después, mostrando apoyo por la solicitud, pero pidieron que se llevara a cabo en un período de cinco años en lugar de los dos a tres años propuestos. Los detalles fueron entonces agregados a la propuesta durante reuniones adicionales del liderazgo de la iglesia mundial, lo que incluyó el Concilio de Primavera 2019 de la Junta Directiva de la Asociación General, que se llevó a cabo en abril de 2019.

“Esta travesía de Norteamérica y la Asociación General en este proceso es tanto para ustedes como para nosotros una búsqueda de identidad”, dijo Juan Prestol-Puesán, tesorero de la Asociación General. Fotografía: Pieter Damsteegt, Comunicación de la División Norteamericana

“Jamás hubo una instancia en la que se efectuaron comentarios públicos de que esto era una mala solicitud por parte de la División Norteamericana. Prácticamente todos los comentarios fueron introducidos con ‘Creemos que este es un buen pedido, un pedido justo’. Algunos llegaron a decir que si esa fuera la situación en sus divisiones, ellos harían el mismo pedido. Jamás existió una actitud hostil hacia la División Norteamericana”, dijo G. Alexander Bryant, secretario ejecutivo de la División Norteamericana, durante las reuniones de fin de año en 2019.

“La Asociación General hizo un tremendo trabajo, en nuestra opinión, en preparar el marco que permitió mostrar que la División Norteamericana ha cargado con la mayor parte de la carga económica de la iglesia durante años. Ellos reconocieron que es tiempo que el resto de las divisiones ayuden a llevar parte de la carga, para que podamos cumplir de mejor manera con la misión que el Señor nos ha dado aquí”, expresó.

En julio, al tener conocimiento de que muchos de los líderes de las divisiones estarían presentes al Camporí Internacional de Conquistadores en Oshkosh, Wisconsin, se citó a un encuentro sin precedentes de la Junta Directiva de la División Norteamericana para presentar un informe a los miembros sobre la respuesta de la Asociación General y el tiempo para discutir y analizar opciones de una actualización de la propuesta. Los miembros de la Junta Directiva que estuvieron presentes, o que se sumaron a la reunión por medio de una videoconferencia, votaron recomendar un cronograma que llevaría a disminuir la contribución de diezmos con la Asociación General del 5,85 al 3,75 por ciento en cuatro años.

El voto tomado fue enviado al Concilio Anual de la Asociación General en octubre de 2019 para su discusión y votación. El voto final fue el de reducir el porcentaje de diezmos de la División Norteamericana en un 2 por ciento, del 5,85 al 3,85 por ciento en cuatro años a partir de 2021, y hacer que el resto de las doce divisiones aumente sus porcentajes de diezmos del 2 al 3 por ciento en diez años. El votó también llamó a llevar a cabo reevaluaciones de la distribución de los diezmos, que se llevarán a cabo en 2024 y 2028.

Jamás existió una actitud hostil hacia la División Norteamericana”, dijo G. Alexander Bryant, secretario ejecutivo de la División Norteamericana, al hablar del liderazgo de la iglesia mundial y su respuesta a una solicitud de la División Norteamericana para alcanzar la paridad financiera. Fotografía: Pieter Damsteegt, Comunicación de la División Norteamericana

“Me gustaría dar las gracias al departamento de tesorería y a la administración de la Asociación General por iniciar tan rápido este diálogo. La solicitud no solo afectaría a la División Norteamericana sino que también afectaría a las divisiones del mundo. Tener esta discusión en esa instancia para los líderes del mundo y votarla unos sesenta días después fue, para mí, algo increíble”, dijo Bryant. “Mostró un nivel de alta estima por nuestra solicitud, y un esfuerzo muy deliberado y determinado de parte del liderazgo de la Asociación General de tratar de satisfacer ese pedido”.

Historia de la distribución de diezmos

Juan Prestol-Puesán, tesorero de la Asociación General, fue invitado a compartir la historia de la distribución de diezmos en lo que respecta a la División Norteamericana y a la Asociación General.

“Esta es una conversación entre familia. Pensamos en darles una historia que podría ayudar a sacar la noción de que, de alguna manera, la División Norteamericana está reaccionando o tomando represalias por votos recientes que hemos visto en la iglesia mundial. Ese no es el caso de ninguna manera”, dijo Randy Robinson, tesorero de la División Norteamericana. “Ha habido una larga conversación sobre este tema; tiene una larga historia”.

La historia abarca casi treinta años, comenzando cuando la división se convirtió oficialmente una entidad separada en 1990, con la elección de los primeros directivos del territorio.

Antes del voto que se tomó en el Concilio Anual el 8 de octubre de 1990, las cuestiones financieras y operacionales de la Asociación General y de Norteamérica estaban superpuestas. Un vicepresidente general, un secretario asociado y un tesorero asociado de la Asociación General se reunían una vez a la semana para tomar decisiones para Norteamérica, según Prestol-Puesán. Durante ese tiempo, el 21 por ciento de los diezmos de las asociaciones y uniones eran enviados a la Asociación General, donde entonces era dividido para financiar las operaciones de la Asociación General y los esfuerzos relacionados con la educación, el evangelismo y otros proyectos de Norteamérica.

Juan Prestol-Puesán, tesorero de la Asociación General, delinea cinco acciones que han tenido lugar en los casi treinta años que han llevado a discusiones sobre la paridad financiera en 2019. Fotografía: Pieter Damsteegt, Comunicación de la División Norteamericana

“Las cuestiones de la División Norteamericana siempre eran asumidas y atendidas por la Asociación General”, dijo Prestol-Puesán.

Un voto tomado durante el Concilio de Primavera en 1993 transfirió el centro de medios de la Iglesia Adventista en Norteamérica a la División Norteamericana, y organizó oficialmente la Red de Voluntarios Adventistas. Ambos votos llevaron a una reacomodación de las distribuciones financieras de la División Norteamericana, que recibió financiación adicional para esas dos entidades.

En 1995, los porcentajes de diezmos sufrieron ajustes adicionales. Del 20 por ciento de diezmos que provenían de las asociaciones y el 1 por ciento de las uniones, se le asignó 10,72 por ciento a la Asociación General y 10,28 por ciento a la División Norteamericana.

“No hay nada mágico en la manera en que estas cosas han ido evolucionando”, dijo Prestol-Puesán. “Fueron llevándose a cabo durante un período de tiempo, con discusiones, diálogos en espíritu de compañerismo, pero al mismo tiempo, en reuniones sumamente directas”.

Un voto tomado en 2001 relacionado con la distribución de diezmos resultó especialmente significativo, según Prestol-Puesán, porque realizó ajustes a la distribución del 21 por ciento de los diezmos enviados a la Asociación General para una mayor distribución a la División Norteamericana. El monto dado a la Asociación General fue reducido del 10,72 al 8 por ciento, y el monto dado a la División Norteamericana del 10,28 a aproximadamente el 9 por ciento. Los fondos restantes fueron asignados a las jubilaciones.

Al mismo tiempo, se les dijo a las divisiones restantes de la iglesia que incrementaran su contribución del 1 al 2 por ciento.

Randy Robinson (al centro), tesorero de la División Norteamericana, analiza ítems adicionales que tienen que ser negociados como parte de los diálogos generales relacionados con la paridad financiera para la división. Fotografía: Pieter Damsteegt, Comunicación de la División Norteamericana

“Este fue un llamado de atención para las divisiones”, dijo Prestol-Puesán. “Algunas divisiones absorbieron ese uno por ciento, y otras lo pasaron a las uniones y a los campos locales. En total, el proceso llevó algunos años”.

Avancemos once años hasta el Concilio Anual 2012, donde la Junta Directiva de la iglesia mundial reexaminó la distribución de diezmos en la iglesia y tomó “uno de los votos más significativos que se ha tomado”, dijo Prestol-Puesán, con la reducción adicional de la distribución de diezmos en la División Norteamericana al 5,85 por ciento.

“Esta travesía de Norteamérica y la Asociación General en este proceso es tanto para ustedes como para nosotros una búsqueda de identidad”, siguió diciendo Prestol-Puesán. “Logramos en meses lo que podría haber demandado años. No podríamos haberlo logrado sin la presencia del Señor. Necesitamos continuar con esto con un espíritu de oración”.

Así como fue explicado por Bryant antes de la presentación de Prestol-Puesán, los líderes de la iglesia mundial han continuado extendiendo el apoyo a la travesía aún en curso de la división hacia la paridad.

“La Asociación General ha ido disminuyendo su presencia. Digo esto sin ningún tipo de malicia”, dijo Prestol-Puesán. “Hemos hecho esto siendo conscientes de que Norteamérica ha sido el fundamento de la iglesia mundial, y les agradecemos por ello”.

“No podría haber convencido a las divisiones del mundo, a los presidentes y a otros directivos […] sin el pleno apoyo del pastor Wilson”, remarcó Prestol-Puesán al referirse al apoyo del presidente de la Asociación General.

Y añadió: “No quiero tomar todo el crédito en esto cuando no me pertenece. El Señor estuvo en esto”.

¿Qué pasará ahora?

La distribución de diezmos es tan solo un factor para alcanzar la paridad financiera, según Robinson. Robinson resumió a los delegados cuáles son los temas significativos pendientes que necesitar ser negociados como parte de un diálogo más abarcador sobre la paridad. Los temas incluyen contribuciones adicionales con el plan definido de beneficios de salud, los fondos misioneros para la División Norteamericana, la distribución de costos del Servicio de Auditoría de la Asociación General (GCAS), los servicios compartidos de Servicios de Testamentos y Legados, y la asistencia adicional por la prima de exceso de responsabilidad legal. Según Robinson, el siguiente diálogo con la Asociación General sobre la cuestión ha sido planificado para el 21 de noviembre.

“Los siguientes pasos para la División Norteamericana será redefinir cómo implementar el ministerio”, dijo Daniel Jackson, presidente de la División Norteamericana. “Pensar que no habrá cortes o reacomodaciones en nuestra manera de hacer las cosas en la División Norteamericana sería estimar erróneamente el futuro. Tenemos que ser capaces de analizar lo que estamos haciendo.

“Hemos llegado hasta aquí por la gracia de Dios, pero aún resta una mayor diferenciación para esta división. Demandará valor de parte de este cuerpo y del liderazgo”, añadió Jackson.

En la conclusión del ítem de agenda durante la sesión de la tarde, por recomendación de Jackson, la Junta Directiva votó afirmar y aceptar las acciones votadas de la Asociación General y expresar aprecio a sus colegas de la Asociación General por responder con tanta rapidez.

“Reconociendo que hay algunas cuestiones que haremos lo mejor por resolver, y todo lo que Prestol ha dicho, siento un profundo aprecio por las acciones de la Tesorería de la Asociación General”, dijo Jackson. “Tomaron en serio nuestro pedido, y es algo que apreciamos profundamente”.

The original version of this story was posted on the North American Division news site.

Traducción de Marcos Paseggi

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