20 de abril de 2020 | Columbia, Baltimore, Estados Unidos | Por: Kimberly Luste Maran y Servicios a la Comunidad de la División Norteamericana

Las entidades de Servicios a la Comunidad (ACS, por sus siglas en inglés) en el territorio de la División Norteamericana (NAD, por sus siglas en inglés), continúan proveyendo ayuda para satisfacer las necesidades de la comunidad, en torno a la pandemia COVID-19.

Las entidades ACS de la NAD continúan apoyando fielmente las operaciones del ministerio de estos centros de distribución gratuita de alimentos en sus 60 asociaciones locales dentro de la División Norteamericana (Bermudas, Canadá, Guam-Micronesia y los Estados Unidos). A fin de proveer tal apoyo, NAD ACS está invirtiendo un millón y medio de dólares y asignando veinticinco mil dólares por asociación para tales esfuerzos de asistencia social.

A través de las dos décadas pasadas, NAD ACS ha establecido 1,358 centros ACS en la división, en la mayoría de los cuales se proveen servicios provisionales, especialmente en términos de alimentos procedentes de sus bancos de alimentos. Los fondos financieros actuales están destinados a asegurar provisión de alimentos y proveer equipo de protección personal (PPEs) para los servidores voluntarios.

Voluntarios deshojan mazorcas de maíz, alistan suministros de alimentos en el centro de distribución de Servicios Adventistas a la Comunidad (ACS) de la Asociación Este de Allegheny, en Pennsylvania, Estados Unidos. [Imagen: Servicios Adventistas a la Comunidad de la División Norteamericana]

Las compañías distribuidoras y manufactureras no están siendo capaces de producir y operar actualmente sus industrias a toda capacidad, especialmente dentro de la industria de alimentos, explicó Sung Kwon, director de NAD ACS.  La cantidad de personas que han solicitado beneficios de desempleo en solamente los Estados Unidos, se ha elevado hasta un total de 10 millones. La industria de la transportación no está siendo capaz de funcionar normalmente y la importación de productos se ha restringido y limitado.

“Debido a estas complicaciones, los dirigentes de NAD ACS decidieron enfocar sus esfuerzos en prestar ayuda en relación con la escasez de alimentos. Al aumentar el desempleo, la gente procura alimentos gratuitos a través de los bancos de comida locales y centros de distribución de los mismos”, dijo Sung Kwon. “Vamos a hacer lo que esté de nuestra parte para servir a otros, a la vez que mitigamos y minimizamos el riesgo de nuestros propios voluntarios ACS y miembros de la iglesia”.

“Es importante que los ministerios que prestan servicio a los más vulnerables, continúen sirviendo en medio de la pandemia global”, dijo Bonita Shields, vicepresidenta de ministerios de la NAD, “porque es entonces cuando la gente está más vulnerable y necesita esperanza y la seguridad que proveen estos ministerios”.

Los bancos de alimentos gratuitos cuentan con existencias limitadas debido a la pandemia de COVID-19 y no es fácil para los ministerios ACS obtener productos de alimentación donados. Esto está ejerciendo una gran presión sobre los centros que están continuamente sirviendo y apoyando a las familias e individuos que están enfrentando todavía más desafíos debido a esta crisis.

 

Un voluntario de Servicios Adventistas a la Comunidad (ACS), en Texas, Estados Unidos, ayuda a tener listos productos de limpieza para su dist[Imagen: Servicios Adventistas a la Comunidad (ACS) de la División Norteamericana]

Uno de los muchos lugares que está esperando recibir más asistencia, es el banco de alimentos ACS Escanaba, en Míchigan, uno de los pocos centros de distribución gratuita de alimentos en la altiplanicie superior de la península. Este ministerio adventista se ejerce a través de viajes de distribución de alimentos a los diferentes condados, a fin de llegar hasta las personas necesitadas de esos lugares. La directora Robin Wycoff informó que la semana anterior encontraron a más de 1,200 familias haciendo fila para obtener alimentos. “Fue un día increíble y a la vez triste; [la despensa móvil] sirvió a tantos, pero también tuvo que darles la espalda a mucho otros porque se le acabó la provisión de alimentos”.

En algunos lugares, los voluntarios necesitaban equipo de protección, actualmente muy escaso, para ayudar en los centros. Siendo que tales voluntarios se han propuesto continuar sirviendo, hay una gran necesidad de protegerlos y mantenerlos seguros. Los centros ACS enfrentan costos adicionales por razón de artículos de protección tales como guantes, mascarillas, desinfectantes, antisépticos y otros.

“Tenemos que mantener a todos en nuestra mente y oraciones al transitar juntos a través de esta tribulación, dando y recibiendo gracia en nuestro trato con nuestra familia, personas voluntarias, nuestra comunidad y el mundo”, dijo el director Kwon. “ACS continúa en su resolución de que, al continuar adelante, seguiremos tomando medidas de protección con todos, pero especialmente en relación con los miembros de iglesia ancianos y vulnerables y los voluntarios ACS. A pesar de la interrupción sin precedentes del COVID-19, me siento agradecido por nuestros miembros de iglesia y voluntarios ACS, continuamente activos en su servicio a la comunidad”.

Y añadió: “Si deseas ayudar a mantener seguros y protegidos a nuestros voluntarios, considera por favor contribuir con una donación benevolente, a fin de que podamos continuar cumpliendo con nuestra misión de “Servir a las Comunidades en el Nombre de Cristo”.

 

Historias acerca de los desafíos que ha posado la crisis del COVID-19, ante los centros y bancos de alimentación en toda la división, así como algunas formas de funcionamiento que estos centros han adoptado a fin de atender las necesidades de sus comunidades, están disponibles a través de NAD ACS news site. (Sitio de noticias NAD ACS). Ansiosos de dar a conocer esas historias de desafíos, milagros y bendiciones, el personal de NAD ACS actualiza frecuentemente este sitio.

La original version (versión original) de esta historia se publicó en el news site (sitio de noticias) de la División Norteamericana.

Traducción – Gloria A. Castrejón

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