20 de abril de 2020 | Miami, Florida, Estados Unidos | Por: Faye Patterson, División Interamericana
Eran las 5:30 de la mañana cuando sonó el reloj despertador, indicándole a Arturo que tenía que levantarse de la cama para prepararse, participar en el devocional familiar, desayunar y tomar el autobús para irse a la escuela. Arturo cursa el tercer grado en la Escuela Adventista de Limón, en Costa Rica y esa era su rutina diaria, al igual que de todos los estudiantes; pero de pronto todo eso cambió por la aparición del COVID 19, que provocó el cierre de las escuelas y de la casi totalidad de actividades en la sociedad.
Según la UNESCO, el cierre de instituciones educativas ha afectado a más de 850 millones de estudiantes como Arturo, deteniendo la gestión tradicional de la adquisición de conocimientos, por lo que se han tenido que buscar alternativas para lograr el objetivo interrumpido. Las instituciones educativas adventistas no se escapan de esta situación. En Interamérica hay 613 escuelas primarias y 342 escuelas secundarias, las cuales han tenido que buscar estrategias que les permitan a los docentes continuar atendiendo a sus estudiantes, utilizando herramientas tecnológicas a través de las cuales continuar con el proceso de enseñanza educativa desde sus hogares.
Esta estrategia de labor educativa representa una novedad tanto para los docentes como para los padres de los estudiantes, pues ingresan en un escenario para ellos desconocido o poco conocido hasta el momento, todo con la esperanza de finalizar el curso lectivo exitosamente. Con el objetivo de mantener la calidad de la educación impartida en el nuevo formato, se hace necesario modificar las estrategias de enseñanza y atención a los estudiantes.
Para tal efecto, se sugiere tomar en cuenta las siguientes estrategias que harán más activo, productivo y entretenido el cumplimiento de la cuarentena establecida:
Estamos frente a un escenario que exige la revisión de las estrategias a aplicar; para ello se exige la creación de estrategias novedosas con el objeto de brindar un aprendizaje significativo. En este contexto se puede considerar la ejecución de concursos de dibujo, de escritura, lectura y la creación de un diario de gratitud que al final de la semana pueda ser compartido con todos los compañeros para mantener este contacto constante con el Señor. Es sumamente importante que tanto padres, docentes y líderes se unan para que los jóvenes y niños puedan gozar de una educación que les ayude a formarse como excelentes personas y puedan así hacer una buena contribución a la sociedad.
Los padres y docentes debemos estar sumamente conscientes de la importancia de esta oportunidad que el Señor nos está brindando para acercarnos más como familia, para brindarle a nuestros hijos y estudiantes una educación que los prepare para este mundo y el venidero. La educación y formación de nuestros niños y jóvenes no debe ser tomada a la ligera; por eso Elena G. de White, una de las pioneras de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, les recuerda a los padres y tutores, en su libro Joyas de los Testimonios, vol. 2: “Los padres deben alcanzar una norma más alta, seguir el camino del Señor. . . [y] cooperar con el maestro para la salvación de sus hijos» (2JT 460)
Faye Patterson es directora asociada del departamento de Educación de la División Interamericana de los Adventistas del Séptimo Día.