10 de abril 2020 | Miami, Florida, Estados Unidos | Por Hiram Ruiz, División Interamericana
¿Recuerdas el Salmo 32:8?: “Te haré entender y te mostraré el camino por el que debes andar, sobre ti fijaré mis ojos”. Quiero que mires a tu alrededor por un momento y pienses en qué es lo que tienes y qué puedes hacer con eso.
El 23 de marzo, solo unos días después de formarse la iglesia virtual PCM, vi llorar a una joven en una transmisión donde estábamos rodeados de universitarios y profesionales como tú. Nos dijo: Me sentía muy sola, muy presionada, con mucho temor de no saber cómo enfrentar todo lo que venía por delante y de pronto leí una publicación sobre la iglesia digital universitaria PCM y aquí estoy. Quiero agradecerles por lo que están haciendo Esto se ha convertido en mi refugio, mi oasis en medio de todo lo que está pasando a mi alrededor, pensando que no lo podía sobrellevar. Se secó las lágrimas y nos dijo: Gracias por los cantos, gracias por el mensaje de hoy, gracias por sus sonrisas, gracias por orar por nosotros, gracias por dejarme hablar.
Poco tiempo después oré por ella y por los que estábamos en la reunión virtual, que abarca un promedio diario de 55 puntos de reunión, y su rostro se transformó, el dolor desapareció y ahora se podía ver luz en sus ojos, una sonrisa y tranquilidad y paz.
Al mirar a tu alrededor en busca de qué puedes hacer, me gustaría compartir algunas sugerencias. Recuerda que somos cerca de 20,000 universitarios involucrados de diversas maneras en este ministerio, en medio de todo lo que está pasando.
En primer lugar dale gracias a Dios porque estás aquí leyendo esto. Piensa en las palabras del Salmo 63:3. Muchos más de los que imaginas, no lo leerán, ni están más allí donde comúnmente estaban. Son ahora un recuerdo, porque la muerte los sorprendió. En segundo lugar, mira a tu alrededor y lee Juan 4:35. ¿Tal vez esta cosecha se refiera a un familiar, amigos o las personas que te rentan un lugar para vivir?
Te propongo algo que podrías hacer por ellos. Por ejemplo, Eric García, de El Salvador, se atrevió el 20 de marzo, en medio de la pandemia, a formar un grupo por Zoom, a fin de reunir a sus amigos y cantar y orar juntos. En pocos días se convirtió en la iglesia virtual universitaria PCM, donde participan más de 16 países de Interamérica, Sudamérica y otras partes del mundo y que se reúne todos los días de la semana a las 8:00 p.m., hora del Este, y los sábados a las 11:30 a.m. El sábado 2 de abril, el Dr. Elie Henry presentó el mensaje del culto divino, acerca de un Dios que escucha, ve, conoce y actúa a nuestro favor. Ahora son más de 12 grupos que se reúnen en distintos países de la División.
Me dijo Enrique Chuc Mac, un líder de PCM en Guatemala, que había salido a la calle a comprar alimentos y vio a una persona indigente y le compró comida, siguiendo el ejemplo de Jesús en Mateo 14:13,14. Casi le cuesta ser arrestado, porque no debía desviarse camino a su casa llevando su provisión. Pero la gratitud del indigente le hizo olvidar la dificultad del incidente.
¿Qué te parece orar por un amigo de la iglesia? Envíale un mensaje o llámalo para preguntarle cómo está durante este confinamiento para conservar su salud y la de otros. Pregúntale qué versículo de la Biblia lo ha sostenido en estos días. Luego dile: “Quiero orar por ti, ¿qué deseas que pida en esta oración? Ora entonces y despídete. Si puedes, repite la misma acción con cuantas personas puedas y quieras alcanzar. Si tu amigo no es cristiano, tal vez le puedes preguntar: “¿Hay algo que te ha sostenido en estos días? Para mí ha sido Dios y quiero pedirle que te ayude a ti también”. Puedes leerle Salmos 57:1.
¿Recuerdas a tus maestros en la escuela? Cuando estés estudiando en línea, envía un mensaje privado al profesor en el chat y agradécele el gran esfuerzo que hace por llevar adelante su materia. Puedes decirle: “Profesor, yo no sé si Ud. cree en Dios, pero yo sí y le pediré que le dé fuerza a usted y a su familia mientras termina todo esto y puedan estar bien.
¿Recuerdas a alguien que alguna vez te buscó porque eres cristiano y te pidió un consejo? Ahora es el tiempo de hablarle nuevamente, comparte con él un canto de seguridad en Dios y dile que te acordaste de él para darle ánimo. Dile que si necesita platicar no dude en llamarte. El dedicar tiempo para escuchar a alguien, es un regalo que no tiene precio. Habla con ese amigo que por algún motivo no habías podido comunicarte con él antes.
Recuerda, hoy es tiempo de decir a los demás que estamos aquí para ser una familia. ¡Dios cuidará de ti! Es tiempo de mostrar compasión unos por otros, según lo aconseja Mateo 9:36-38. Elena G. White nos recuerda: “No se pase por alto a los jóvenes; déjeselos participar en el trabajo y la responsabilidad. Hágaseles sentir que tienen que contribuir a beneficiar a otros” (Testimonios para la iglesia, t. 6, p. 435).
Hiram Ruiz es director de Capellanía y Ministerio de apoyo a estudiantes y profesionales adventistas en escuelas y universidades no adventistas (PCM).