21 de mayo 2020 | Miami, Florida, Estados Unidos | Por Ervin González, División Interamericana
¿Qué representa la obra de publicaciones para la iglesia adventista?
Por varios años, la iglesia ha practicado diferentes métodos para dar a conocer el mensaje bíblico de salvación a las gentes. Se han realizado campañas públicas, campañas de barrio, grupos pequeños; se han impartido estudios bíblicos y diversas formas de dar el evangelio por medio de las instituciones de salud. También se han utilizado otros medios como la educación cristiana, las redes sociales, la radio y la televisión.
Estas formas de evangelizar le han traído beneficios a la iglesia para su crecimiento y expansión alcanzando a miles de personas en casi todo el mundo. Sin embargo, hay otra forma especial de evangelizar que ha demostrado ser muy efectiva y que fue uno de los pilares fundamentales que la iglesia utilizó desde sus inicios para desarrollarse: la evangelización por medio de las publicaciones.
Actualmente, la obra de publicaciones en la iglesia adventista abarca, al menos, tres sectores. En primer lugar, a los colportores regulares y a los estudiantes que trabajan arduamente llevando el mensaje de casa en casa. En segundo lugar, a los miembros que adquieren los libros, los leen para desarrollar una fe madura y luego los obsequian. Finalmente, a todos los miembros de iglesia que participan en la distribución masiva de los libros misioneros cada año.
Los beneficios de evangelizar con las publicaciones adventistas
El mejor método. Al referirse a la obra con las publicaciones y el colportaje, Elena de White afirmó que “Para presentar a la gente las verdades importantes para nuestros tiempos, no se puede emplear método mejor y más afortunado” (El colportor evangélico, p. 16). El poder y la efectividad de este método radica en que se evangeliza a las personas con las publicaciones de manera personal. Se les visita en sus hogares, negocios, oficinas, empresas y diversos centros de trabajo, compartiéndoles el último mensaje de advertencia de Dios a la humanidad y hablándoles de la maravillosa historia del amor de Cristo. Así, la gente conoce de Jesús y lo acepta como su Salvador.
Evangelizar nuevos territorios. Las publicaciones son una herramienta poderosa para introducir el evangelio y conquistar nuevos territorios en ciudades grandes o pequeñas. Los colportores son enviados para trabajar en zonas donde no hay obra adventista, visitan a las personas en sus hogares, les dejan la literatura adventista y obtienen resultados sobresalientes. Los libros que se dejan en los hogares son mensajeros silenciosos que, cuando son leídos, traen a las personas el conocimiento del amor del Salvador. La sierva de Dios asegura que Dios cuida de su verdad y llegará el día en que esos libros se leerán y “más de mil personas se convertirán en un solo día, la mayoría de las cuales atribuirán sus primeras convicciones a la lectura de nuestras publicaciones”. CE. 209, 210.
Fortaleza para los nuevos conversos. Cuando un nuevo creyente acepta a Jesús y se bautiza en la iglesia, se le enseña a leer y utilizar las publicaciones como la mejor, la más fácil y económica herramienta para compartir su fe y mantener su vigor espiritual. Entre más practica un nuevo converso esta actividad misionera, más fortalece su conocimiento sobre la Biblia y las doctrinas que profesa, enriquece su experiencia de conversión y cimenta su fe.
Experimentar el poder del Espíritu Santo. Los miembros de la iglesia que comparten su fe por medio de las publicaciones experimentan con frecuencia el poder y la guía del Espíritu Santo en sus vidas. Cuando abren sus labios para compartir el mensaje de salvación, hablan con sabiduría y poder porque el Espíritu los dirige, capacita, enseña, les hace recordar y les da palabras adecuadas para convencer a las personas del gran amor de Jesús.
Alcanzar a toda clase de personas. Muchos miembros de iglesia han tenido experiencias maravillosas por haber alcanzado a diferentes clases de personas con el evangelio al compartirles nuestras publicaciones. Este método es eficaz para llegar a la gente humilde, a la gente de negocios, a las personas importantes, intelectuales y famosos y enseñarles las verdades de la Palabra de Dios, que brindan fortaleza espiritual especialmente en estos tiempos difíciles de inseguridad por la pandemia que les ha traído temor, ansiedad, desesperación, dolor y sufrimiento.
Las manos de Dios para alimentar. Los miembros de la iglesia se convierten en las manos de Dios para llevan por medio de las publicaciones el alimento espiritual a las gentes que tienen hambre del amor de Jesús. Al abrirles las páginas de los libros y revistas y enterarse de las provisiones que Dios ha provisto para su bienestar, descubren la maravilla del cuidado y protección divinas, se fortalecen con la Palabra, aprenden a confiar en Dios y se satisfacen sus necesidades espirituales, mentales y físicas.
Este es el tiempo para predicar el evangelio por medio de las publicaciones. Mientras haya oportunidad, hay que compartir todos los libros y revistas posibles con las personas. Cuando ya no haya libertad para predicar en las iglesias, en las casas y en ningún otro lado, estos “mensajeros silenciosos” estarán en los hogares y el Espíritu Santo guiará a las personas para buscarlos y leerlos. Así descubrirán el amor de Dios y las verdades vivientes de su Palabra. Nos sorprenderemos al ver los resultados.
Es tiempo de que los miembros se alimenten de nuestras publicaciones para fortalecer su fe en Dios y las compartan con otros. Las páginas impresas con el evangelio de salvación deben alertar a la humanidad con las nuevas de que Jesucristo viene pronto y preparar a un pueblo para el encuentro con su Dios.
Ervin González es el director de publicaciones de la División Interamericana de los Adventistas del Séptimo Día.