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Jacky Barry, de la iglesia adventista de Philipsburg en San Martín, muestra parte de la huerta que comenzó en el fondo de su casa después de la implementación de las medidas de aislamiento en marzo pasado. Ella coordina un grupo cerrado de Facebook que cuenta con más de 776 miembros. [Fotografía: Facebook]

6 de mayo de 2020 | Santa Cruz, Islas Vírgenes de los Estados Unidos | Royston Philbert / NCC / Noticias de la División Interamericana

Jacky Barry, miembro de la iglesia adventista de Philipsburg en la Isla de San Martín, escogió usar las órdenes de aislamiento durante la pandemia del coronavirus para iniciar un ministerio de huerta. Es un ministerio que ha florecido hasta alcanzar más de 776 miembros.

“Fue Dios quien me dio este ministerio”, dijo Barry. “Solo estaba pensando en una manera de usar la huerta como una herramienta para esparcir el mensaje de la vida sana”.

Barry, que es coordinadora regional de los Clubes de Conquistadores en la isla, administra lo que ha creado como el Club Kitchen Garden en Facebook para apoyar la iniciativa en línea. Ella dijo que ella simplemente comenzó con una transmisión en vivo de sí misma trasplantando lechuga, y que la gente quedó tan impresionada por el video que decidió iniciar un grupo solo para personas que tenían la misma mentalidad.

Productos agrícolas recogidos de la huerta de Bibi Hodge Shaw una de las miembros del grupo. [Fotografía: Bibi Hodge Shaw]

Ahora más que nunca, las personas entienden que la aptitud física y la buena nutrición son las claves para un estilo de vida saludable y vibrante, explicó Barry. “La promoción de alimentos orgánicos locales es una ventaja para las familias que desean adoptar [las prácticas] de mejor salud. Cuando uno cultiva lo propio, no solo se sabe lo que se está comiendo, sino que se hace ejercicio mediante la vigorosa actividad de hacer huerta, y se recibe el beneficio adicional del diálogo y la camaradería al aire libre con los que decidan sumarse”, dijo.

Barry dijo que todos deberían tener una huerta en el fondo de su casa. Roslyn Brookson, que es educadora para la salud y miembro de la iglesia adventista de Cole Bay, se siente tan feliz de haberse sumado al grupo. “Me siento motivada a ser parte del grupo porque invita a los miembros a que sigan creciendo y aprendiendo”.

“Buenos días, hortelanos”, es como se inicia un chat en el grupo de Facebook en una mañana típica. Poco después, decenas de miembros se suman al diálogo y comparten de qué manera están aprovechando la oportunidad de hacer lo que siempre quisieron. Los miembros del grupo aprenden y comparten cómo plantar y cosechar verduras orgánicas, propagar plantas para trasplantar y cómo sacar las malezas, regar, fertilizar y abonar.

Sharon Hughes, una de las miembros del grupo y miembro de la iglesia adventista de Cole Bay en la Isla San Martín, muestra su caja de verduras y hortalizas. [Fotografía: Cortesía de Sharon Hughes]

Cindy Campbell Clark, que es miembro del grupo, dijo que le permitió revivir su amor por la huerta e ilustró lo que puede lograrse en poco espacio.

Barry dijo que el éxito de su ministerio de huerta en línea ha producido un reavivamiento en toda la isla y ha llamado la atención de los líderes del gobierno, que están hablando de ubicar un terreno para dedicarlo a la agricultura y a ayudar a los granjeros locales.

Muchos han expresado el pensamiento de que es la primera vez que se colocó a la agricultura en la lista de empresas esenciales después de una catástrofe, expresó. Barry se siente feliz por la revelación pero ese no es el énfasis de ese ministerio. “Nuestro énfasis es en la vid asana y en [cultivar] plantas usando lo que tenemos”.

Helen Brown, miembro del grupo de huertas, comienza a preparar la huerta en el fondo de su casa. [Fotografía: Facebook]

El nuevo ministerio ha inspirado a personas de todos los trasfondos para que usen el tiempo que tienen para hacer huerta en sus casas, dijo Barry. “Ha alcanzado a los jóvenes y a personas de mediana edad, como así también a gerentes y funcionarios públicos, que están usando su tiempo para las huertas personales”. Alrededor del ochenta por ciento de los miembros es mujer.

“He dejado de procrastinar”, dijo un miembro en el grupo de Facebook. “Hay tanto aliento aquí”, expresó otro.

Barry admira las variedades de verduras y hortalizas orgánicas que ve en los que la siguen, y que incluyen tomates, calabazas, cebollas, remolachas o betabeles, rabanitos, berenjenas, acelgas, habichuelas o ejotes, okras, pimientos morrones, espinaca, lechuga, sandías, melones, coles, pepinos, zanahorias, nabos, batatas o camotes, e hierbas.

Binkie Van Es, miembro del grupo de huertas, posa junto a su huerta de verduras en macetas. [Fotografía: Cortesía de Binkie Van Es]

“Mi gozo más grande es el hecho de que mientras cultivamos una huerta, cultivamos amistades, una vida de oración y hasta una mentalidad como la de Cristo”, dijo Barry. “Al igual que una huerta, esta mentalidad requiere de cuidados diarios. Cultivar es una actividad con un propósito definido”. De manera similar, al buscar a alcanzar a otros para Cristo, Barry dijo que se necesitan hacer algunos planes con anticipación al trabajar en la huerta.

“Si estamos dispuestos a ser creativos por causa del evangelio, Dios suplirá los recursos. Con las manos de hortelano o no, todos pueden hallar maneras de ministrar mediante las huertas comunitarias”.

Traducción de Marcos Paseggi

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