9 de junio de 2020 | Miami, Florida, Estados Unidos | Libna Stevens, Noticias de la División Interamericana
Los administradores de los hospitales adventistas y los líderes de la iglesia de todo el territorio de la División Interamericana hicieron hace poco una pausa para tener una reflexión espiritual y orar por los médicos, otros profesionales de salud y el personal que está atendiendo pacientes durante la crisis de la pandemia. La sesión por videoconferencia tuvo por propósito reafirmar la misión de esparcir esperanza, amor y compasión, aun en medio de las estrictas medidas de operación en los catorce hospitales adventistas de Interamérica.
“El trabajo que están haciendo como obreros de avanzada, sacrificando a la familia, su vida personal, para salvar a las personas en servicio a la comunidad es fundamental como parte del ministerio [de salud]”, dijo el pastor Elie Henry, presidente de la Iglesia Adventista en Interamérica al dirigirse a decenas de líderes el pasado 31 de mayo de 2020. “Ser las manos de Dios de esta manera… Gracias por quienes son y lo que están haciendo como médicos, enfermeras, profesionales médicos… por favor, sepan que Dios no los abandonará”.
El aliento se produjo en momentos en que los líderes de los ministerios de salud de la Iglesia Adventista mundial señalaron la Biblia y las tormentas que el pueblo de Dios tuvo que enfrentar en el pasado.
Unidos en solidaridad“Nos reunimos aquí en solidaridad, durante este momento de desafíos, dolor, pérdida y oportunidad sin precedentes”, dijo el doctor Peter Landless, director de ministerios de salud de la Iglesia Adventista mundial. “Estamos aquí para agonizar, para confiar en Dios y compartir los unos con los otros. Todos estamos en la misma tormenta en diferentes botes, luchando con estas cuestiones, pero cada uno de ustedes está representando la mano derecha del mensaje de Dios a un mundo quebrantado”.
No solo tiene que ver con el mensaje de salud sino con una misión de salud de extender el mensaje de sanación de Jesús, dijo Landless. “Gracias por la dedicación, el trabajo y el compromiso y el servicio. La iglesia está con ustedes”.
Se recordó a los administradores de los hospitales de cómo hacer frente al estrés y enfrentar los desafíos apremiantes, el llamado especial y la confianza en Dios durante la pandemia.
Las sesiones de oración incluyeron pedidos específicos de protección entre los profesionales de salud, sus familias y la sabiduría para tomar las decisiones correctas enfocadas en la misión de servir con amor y compasión.
Frente a las dificultadesEsta reunión no tuvo por propósito traer quejas y preocupaciones actuales o pasadas sobre la pandemia en nuestras instituciones de salud, enfatizó el doctor Elie S. Honore, presidente de Servicios Adventistas de Salud de Interamérica. “Sí, estábamos enfrentando dificultades en nuestros hospitales antes de que nos golpeara la pandemia, pero gracias a nuestros socios financieros, los hospitales aún están funcionando y brindando servicios médicos a la comunidad”, expresó.
Los hospitales están funcionando con menos personal, menos compensaciones y más desafíos, dijo, pero “tenemos que seguir juntos en este esfuerzo orando los unos por los otros cada día al mediodía”, expresó Honore.
Honore explicó que poco después de que entraron en vigencia las restricciones por la pandemia en diversos países de Interamérica, los administradores de los hospitales tuvieron que efectuar rápidos ajustes para enfrentar tres prioridades: recortar salarios, obtener equipos de protección personal tales como protectores faciales, máscaras, guantes, y procurar los insumos que necesitaban los hospitales.
“Todos nuestros hospitales se vieron forzados a reducir su personal, reducir el número de cirugías electivas, y recortar la paga al resto del personal hasta en un cincuenta por ciento”, dijo Honore. Algunos hospitales tales como el Hospital Adventista Vista del Jardín en la República Dominicana han aceptado pacientes con COVID-19, y lo propio hizo el Hospital Bella Vista en Puerto Rico. Muchos administradores se han visto forzados a reducir la proporción de enfermeras respecto del número de pacientes de una enfermera por cada cinco pacientes a una por cada diez pacientes, explicó Honore. Asimismo, hay profesionales médicos que se han visto expuestos y han sido afectados por el coronavirus. Es motivo de agradecimiento que no haya que reportar muertos entre los médicos y el personal de salud.
Operaciones hospitalariasDebido a esa falta de equipos apropiados para tratar a los pacientes del COVID-19, algunos de los catorce hospitales adventistas han podido aceptar pacientes con necesidades médicas regulares de otros hospitales públicos, liberando así el espacio para los pacientes de COVID-19 en los hospitales públicos, dijo Honore.
En Honduras, por ejemplo, el Hospital Adventista Valle de Ángeles tuvo un caso positivo del coronavirus que llegó hasta allí pero tuvo que ser trasladado a otro hospital porque el principal servicio que ofrecen es para pacientes de cuidados prolongados. El personal médico ha estado tomando toda clase de precauciones en su atención a los residentes de la sección dedicada a residencia de ancianos, según Honore.
El Hospital Adventista de Haití ha experimentado los mismos desafíos, en los que las cirugías electivas fueron pospuestas, los servicios no esenciales como la fisioterapia tuvieron que cerrar, y se redujeron las operaciones en más de un 25 por ciento. “El hospital ve por lo general a 200 pacientes ambulatorios por día, peor ahora está atendiendo a menos de 100, y en ocasiones 60 o aun 40 debido a las medidas de distanciamiento y el personal reducido que presta servicios”, dijo Honore.
Apoyo de instituciones asociadasA pesar de ello, en medio de la reducción de las operaciones, el doctor Honore ve claramente de qué manera Dios continúa sustentando a los hospitales. Gracias a Servicios Adventistas de Salud de Interamérica, que está afiliado con Adventist Health International —una organización con sede en la Universidad de Loma Linda, California, que apoya y ayuda a las instituciones de salud que promueven la plenitud física, mental, social y espiritual de la humanidad mientras llevan adelante la misión de la iglesia— el personal médico ha sido compensado por su trabajo en los dos últimos meses, explicó Honore. Nueve de los hospitales que son parte del sistema de Servicios Adventistas de Salud de Interamérica recibieron ayuda para compensar a su personal.
Asimismo, AdventHealth, con sede en Altamonte Springs, Florida, y su red de hospitales, y en coordinación con ADRA Internacional, están brindando contenedores de equipos de protección personal a cuatro de sus instituciones insignia en Honduras, la República Dominicana, Jamaica y Haití.
“Sigo recordándome que no importa lo que pase, Dios está a cargo”, dijo Honore, que pasa muchas noches sin dormir y la mayor parte del día en el teléfono siguiendo muy de cerca las cuestiones y decisiones de la administración hospitalaria.
Dependencia de DiosHonore solía orar para que Dios le diera dinero para que pudiera encargarse de las instituciones. “Pero no me daba cuenta cuán rico somos gracias a la ayuda de nuestros socios. Eso me dice que Dios está cuidando de los hospitales y eso tranquiliza mi alma en gran medida. En lugar de afanarme, me regocijo en esas oportunidades que ayudan que nuestras instituciones sigan sirviendo”, expresó Honore.
La preocupación más grande es no tener una dependencia permanente de las instituciones donantes, explicó Honore. “Queremos que todos nuestros hospitales y clínicas alcancen el sustento propio”.
La situación por la pandemia ha presentado oportunidades de que los administradores y miembros de la junta de los hospitales se reúnan más en línea, oren más juntos y ofrezcan más capacitación. A partir de mediados de junio, los miembros de la junta y sus presidentes de reunirán una vez al mes como parte de una educación continua de capacitación general para líderes de los hospitales, entre otras iniciativas, dijo el doctor Honore.
Traducción de Marcos Paseggi