El fallo del día de hoy de la Corte Suprema sobre el caso Bostock vs. Condado de Clayton, Georgia es una decisión histórica con consecuencias de largo alcance en el área de los derechos civiles, incluida la libertad religiosa. En un fallo de 6-3, la Corte Suprema sostuvo que el Título VII de la Ley de Derechos Civiles de 1964 protege a los individuos de discriminación por orientación sexual o identidad de género.
La Iglesia Adventista del Séptimo Día apoya las protecciones a las personas lesbianas, homosexuales, bisexuales y transexuales en el lugar de trabajo que incluyan firmes salvaguardas a la libertad religiosa. Apoyó la Ley de Equidad para Todos (H.R. 5331), que extendería las protecciones a las personas lesbianas, homosexuales, bisexuales y transexuales no solo en el lugar de trabajo sino también en muchas otras áreas de la sociedad. Desafortunadamente, el fallo de hoy deja casi tantas preguntas sin resolver como las que responde.
La Corte Suprema hizo referencia a las protecciones actuales a la libertad religiosa que establece el Título VII, la Primera Enmienda, y la Ley de Restauración de la Libertad Religiosa (RFRA). Asimismo, la corte también notó que esta decisión solo impacta las decisiones relacionadas con el empleo. Las cuestiones relacionadas con los arreglos públicos como por ejemplo en los baños, los vestuarios y otros espacios privados aún tienen que ser tratados.
Al interpretar una ley nacional de una manera ajena a su intención, el fallo de hoy desafortunadamente impacta el proceso legislativo de una manera en que las cortes federales no suelen hacerlo. Asimismo, la capacidad de las instituciones de índole religiosa de conservar sus estándares de contratación y conducta ahora es cuestionada y se verá sujeta a una litigación significativa.
Por estas razones, la Iglesia Adventista del Séptimo Día sigue comprometida con la Ley de Equidad para Todos, y hace un llamado al Congreso de los Estados Unidos para que la implemente.
Traducción de Marcos Paseggi